Guardianes de la galaxia, ¡estamos salvados!
Marvel ha acertado de pleno con esta arriesgada apuesta adaptando un cómic desconocido para el gran público. Los fans de los personajes salidos de las viñetas estamos de enhorabuena, pero el espectador en general también porque han llevado a la gran pantalla la panda de antihéroes más divertida del universo Marvel cinematográfico, hasta el momento. 
Los Guardianes de la Galaxia son un atajo de perdedores que acaban detenidos y juntos en una cárcel infecta y que casi por accidente se ven salvando al universo de la destrucción. Chris Pratt es Peter Quill, piloto caza-recompensas abducido de la tierra cuando era un niño, sinvergüenza, atractivo, divertido y en el fondo con buen corazón. Rocket, un mapache pequeño pero matón modificado genéticamente con la voz de Bradley Cooper forma pareja cómica con Groot, un árbol coloso ¿interpretado? por Vin Diesel; Zoe Saldana es Gamora, la última de su especie e hija adoptiva del malvado Thanos que la convirtió en un arma y por último, Drax el destructor, gigantón literal que busca la venganza por la muerte de su familia, interpretado por Dave Bautista. Juntos tendrán que escapar de Ronan (Lee Pace), un villano malo malísimo que desea poseer un orbe que traerá un poder terrible a la galaxia. Entre los secundarios a destacar John C. Reilly, Glenn Close, Djimon Hounsou o Benicio del Toro. Dirige James Gunn, autor de aquella graciosa y rara Super. Guardianes de la Galaxia es una película dinámica, desenfrenada y sumamente divertida. Por suerte para nosotros, está llena de gags agudos, duelos dialécticos desternillantes, buen humor, personajes definidos y bien combinados. Los espectaculares efectos especiales no ensombrecen la trama sino que la acompañan. Al contrario que otras sagas, la presentación de unos personajes desconocidos se hace de forma ágil y fresca, sin lastrar la historia. Por separado son quienes son pero juntos, son, les guste o no, lo busquen o no, los guardianes de la galaxia, con todos sus defectos, que son muchos, y sus virtudes. Quizás precisamente por esos defectos, por ese “no tenemos nada que perder” y además
estamos juntos, Guardianes de la Galaxia funciona tan bien. Groot y Rocket se llevan la palma de la diversión y la emotividad a partes iguales como pareja cómica, ojo emotividad que no sensiblería que aquí de eso no hay. Pero la verdad es que todos los protagonistas juntos tienen una química apabullante. 
A destacar la tremenda banda sonora, que baña la historia de principio a fin y que hará las delicias de los melómanos. Doce canciones de los 60 y 70, entre los que suenan “Hooked on a Feeling” de Blue Swede, “Cherry Bomb” de The Runaways, “Ain’t no mountain high enough” de Marvin Gaye y Tammy Terrell o “I Want You Back” de Jackson 5, entre otros. La cinta que es el regalo más preciado de Quill y que nos hará mover el cuerpo mientras estamos sentados en la butaca. 
Esta es una película de superhéroes, o más bien antihéroes, que combina a la perfección la diversión y la buena factura, porque la diversión pura y dura y bien hecha es posible. No os dejéis engañar por lasbazofia que nos intenta vender Hollywood la mayor parte del tiempo. Cuando quieren pueden hacer cine palomitero pero con mayúsculas. Sin bajones, ni altibajos, se mantiene la acción y la emoción durante las dos horas de metraje de esta obra que mezcla la tradición del cómic con el enganche de sagas como La Guerra de las Galaxias, humor y acción combinados en el espacio como solíamos disfrutar de pequeños. No nos cuesta conectar con los protagonistas, esos desgraciados que se ven abocados a ser nuestros guardianes, pero que lo hacen a la perfección casi sin comerlo ni beberlo. Son nuestros guardianes de la galaxia y nos alegramos de ello. Un hit del verano que perdurará. Esperamos con ganas la segunda parte en 2015.