Venganza. Yoko Ogawa.

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Ya os hablé hace un tiempo de la grandiosa Yoko Ogawa. En este artículo recomendaba La fórmula preferida del profesor. Desde que leí La policía de la memoria, todo lo que Ogawa escribe me interesa, así que la publicación por Tusquets de obras anteriores como este libro de relatos de 1998 me pareció una gran noticia. Leer Venganza me lo ha confirmado. Posee Yoko Ogawa el don de crear mundos únicos, mundos que pueden parecer llenos de cotidianeidad, pero que de golpe son asaltados por elementos, casi diría que sobrenaturales, que los golpean sin piedad.

Portada del libro de Yoko Ogawa Venganza.

En Venganza, Ogawa reúne una serie de relatos, todos conectados entre sí. Una mujer que espera en una pastelería para comprar un pastel a su hijo fallecido, dos trabajadoras de un hospital que se cuentan sus vidas, un extraño museo con un tigre en el jardín, una mujer que acude a un trabajador de la piel para que le haga un bolso muy particular, una señora a la que le salen zahorias en forma de manos en el huerto o un periodista que está escribiendo un artículo sobre un hotel de lujo y al que una anciana no para de perseguirlo,…son algunos de los protagonistas de estas fascinantes historias a cual más particular.

A veces algún protagonista salta de una historia a otra, en otras ocasiones es una leve referencia a algo que pasó en alguno de los relatos anteriores. Pero todos están conectados en un círculo perfecto que cierra el último de ellos. Once relatos que se sumergen en los secretos y oscuridades del ser humano. A medida que pasan los relatos nos sumergimos un poco más en esa oscuridad que se vuelve cada vez más escabrosa y brutal.

Es difícil no leerse el libro del tirón. La prosa de Ogawa es totalmente adictiva. Y en Venganza Yoko Ogawa nos regala un retrato del ser humano en toda su imperfección. Deseando que se publiquen más de sus obras.

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