Traducir a Tolstói: Viaje emocional a Yásnaia Poliana

Después de leer el maravilloso libro de Javier Peña, Tinta Invisible, que os recomiendo mucho (os hablé de él aquí), me entraron ganas de leer muchos de los libros de los que hablaba. Entre ellos, Anna Karenina. Una vez finalizada la lectura de tremenda obra magna, uno de esos clásicos imperecederos e imprescindibles, me entraron gana de seguir leyendo a Tolstói. Pero que absoluta maravilla y cómo consigue meternos de lleno en la Rusia de finales del siglo XIX. Gracias a una buena amiga, cayó en mis manos esta pequeña e interesantísima obra, Traducir a Tolstói: Viaje emocional a Yásnaia Poliana de Joaquín Fernández-Valdés publicado por Báltica. Una joyita de principio a fin.

Joaquín Fernández-Valdés es traductor del ruso al español y ha sido el encargado de la última traducción de otra obra cumbre del maestro Tolstói, Guerra y paz. Además de traducir otras obras rusas como las de Iván Turguénev que voy a leer también en breve. Este libro, que publica Báltica Editorial, nace de la traducción de Guerra y paz y de su acercamiento al escritor ruso. A mí me encantan ese tipo de libros que te llevan a leer más libros. Creo que es el sumun para los amantes de la lectura. Este es ideal, no solo por recomendar más lecturas. Me he ido anotado unos cuantos a medida que iba leyendo, no solo de Tolstói, sino en torno a su obra y su vida. Sino también porque te lleva a entender más al autor ruso.
En Traducir a Tolstói, Joaquín Fernández-Valdés nos cuenta su viaje personal como traductor, pero también como amante de la literatura rusa. El libro se divide en tres partes. La primera empieza cuando le ofrecen traducir Guerra y paz. En esta parte, Joaquín Fernández-Valdés aprovecha para contarnos su viaje vital hacia la literatura rusa, por qué se convirtió en traductor y como se enamoró de esa literatura y de la traducción como oficio. Un capítulo que nos habla de la importancia de la traducción como un arte en el que hay que invertir tiempo y esfuerzo para el completo disfrute de una obra.
La segunda parte nos relata sus viajes a Yásnaia Poliana, la finca donde vivía Tolstói y que actualmente es un museo del autor. Allí se celebraron varios seminarios dedicados al autor y a la literatura rusa. Con él, nos damos, en este capítulo, un paseo por el terreno y por la casa donde vivió el escritor ruso con su mujer Sofía Andréievna y sus hijos. Nos describe no solo el terreno y los edificios, sino también habitación por habitación. Tan bien nos describe las estancias y los parajes que paseó Tolstói que te entran ganas de ir a visitarlos. Es esta una oportunidad única también de saber mucho más del autor, de sus motivaciones a la hora de escribir y de su vida allí.
La tercera parte, por supuesto, nos explica cómo fue la experiencia de traducir Guerra y paz. Si la lectura ya se presenta como un reto, a través de sus palabras nos podemos imaginar lo que significó dedicarle cuatro años de su vida a los centeneras de páginas que tiene la obra. La inmersión en profundidad a la que tuvo que enfrentarse. Todo ello para que pudiéramos disfrutar de estos dos volúmenes que ha publicado en castellano Alba. Ya os podéis imaginar que este año va a ser uno de mis retos lectores.
Si os gusta leer y descubrir más sobre las personas que crean las historias que nos leemos. Este libro es ideal para eso y también para darle la importancia que se merece al oficio de traductor. Además, es una lectura muy amena, escrita por una persona que se nota que siente pasión por lo que hace y lo que nos está contando. Nos hace sentirnos que estamos allí paseando por las habitaciones del maestro Tolstói. Admirado, pero también con sus claroscuros que también nos cuenta Joaquín Fernández-Valdés. Una manera perfecta de ampliar nuestras lecturas sobre Tolstói y su obra.