Que el cine de autor deja poco espacio a la comedia es un tópico recurrente, pero como sucede a menudo con los tópicos, a veces da la sensación de que contiene un porcentaje (variable, según el momento) de peliaguda verdad… ¿O tal vez no? Al cine de autor le gusta el drama humano, la tristeza, la oscuridad. Tal vez porque considera la comedia como algo banal, o más bien porque le impone demasiado, porque es extremadamente difícil hacer una buena comedia y porque cuesta mucho más hacer reír que hacer llorar. Sea como fuere, desde hace ya unos cuántos años, se ha venido demostrando por parte de una gran cantidad de directores/as, que es posible hacer buenas comedias desde una posición autoral, que no se limite al mero entretenimiento y que permita al espectador una cierta reflexión. Os traemos a continuación una pequeña selección de algunas de las mejores comedias vistas estos días en el festival.