Entrevista a LõBISON

El músico Juamba D’Estroso es la persona que se esconde detrás de LõBISON, bajo este nombre ha publicado ya cinco discos. Hace ya más de una década que es el alma mater de esta aventura musical. Su último trabajo se llama De lo que no se habla no se olvida y con él hablamos de su carrera y de este disco en particular, que podéis escuchar aquí.

Para aquellos que no conozcan a LõBISON, ¿cómo y por qué nace el proyecto? ¿Y qué significa el nombre de la banda?

Ya hay una canción que se llama LõBISON en el disco Para muchas amigas mías de mi anterior proyecto musical, Falso Cabaret. Cuando dejaron de estar los dos miembros que fundaron conmigo ese proyecto, lo que iba a ser el segundo disco de Falso Cabaret, se convirtió en el primer disco de LõBISON, Perro amor.

El nombre viene de un recuerdo que tengo de pequeño cuando conocí a un lobisón (hombre lobo), que nunca he olvidado, en el pueblo de mi padre situado en una montaña en Cantabria… Para mi LõBISON tiene un significado más filosófico o psicológico, es el monstruo contra el que lucho cada día para que no me gane la partida, si no lo ha hecho ya.

Tres años después de Enemigo de lo auténtico llega De lo que no se habla no se olvida. ¿Cómo ha sido el proceso de composición de las nuevas canciones? ¿Qué nace primero, la letra o la música?

Me dejo llevar por las historias que voy escribiendo y de ahí van saliendo letras que van entrando en una especie de bandas sonoras con las que las voy arropando. A medida que pasa el tiempo, algunas de esas historias convertidas en canciones se transforman en una especie de adalid o guías que me dicen que las tengo que seguir y yo las sigo sin pensar si son buenas o malas canciones. Seguramente es porque están muy conectadas a mis vivencias.

¿En qué se inspira Juamba para escribir sus letras? Son letras muy personales y te desnudas en ellos sin patujos. ¿Es la música una terapia?

Salen de las cosas que vivo y necesito hacerlo para desintoxicarme del monstruo que hay en mí. Creo que me ayudan a ser mejor persona y a través de ellas me conozco un poco mejor. Es por ello por lo que no me pongo límites a la hora de escribir, si suena mal lo que digo o sienta mal, no lo corrijo de ninguna manera y así se queda.

Por supuesto que encerrarme a crear música me sirve de terapia, me aleja de mis vicios y de las manipulaciones de las que somos presa en la sociedad en la que vivimos. Me distancia de mi monstruo.

El título me ha recordado a la magia simpática de los antiguos egipcios. Ellos creían que, si no se pronunciaba el nombre de los que ya no estaban o se escribía en las paredes, morían dos veces, desaparecían y se olvidaban. No sé por qué me ha venido esto a la cabeza al leer el título. ¿De qué cosa hablas para que no se olviden?

Sí, conozco eso que comentas de los egipcios. Es por ello por lo que nombro a mis amigos que ya no están, en dedicatorias o canciones, etc…, para que no mueran nunca.

Hablo de cosas que me hacen esclavo de mí mismo por no decirlas y por no olvidarlas. Esa esclavitud se llama “Fracaso” por no haberlas afrontado y lo que viene después de eso es devastador, aunque intento siempre reírme de mí mismo para sobrellevarlas como pasa en la canción “Show show fantasma”.

Vuelves a encargarte de grabar casi todos los instrumentos del disco. ¿Es una cuestión de control o de que siempre te tienes a mano?

Es una cuestión de compromiso con los compañeros que podrían colaborar conmigo. Los músicos que participan en un disco después quieren dar conciertos y yo no puedo prometerles que eso sucederá y defraudarles. Es por ello que decidí liberarme de esos compromisos y encargarme yo de todo. Solo he contado para este último disco con Jaime Neria para seis baterías de las ocho que hay en el disco y los coros de Ale Castillo para la canción “Entrampada”. Pero echo de menos estar con compañeros, pues me divierto con ellos y echamos buenos ratos.

¿Y cómo ha sido la grabación? ¿Ha diferido de tus anteriores trabajos?

Sí, con respecto al anterior Enemigo de lo auténtico, el cuarto de LõBISON, que fue un disco intimista, con mis guitarras, bajos y acordeones, y algún hammond de Fernando Zambruno, y en el que participaron haciendo duetos conmigo compañeras de diferentes escenas musicales como Ana béjar, Elena Setién, María Guadaña, Mónica Navarro de Alondra Galopa, Laura Arias de Detergente Líquido y Mati Pando de Tilde. Este último disco ha tenido el mismo proceso de elaboración que el primer, segundo y tercer disco de LõBISON sólo que a diferencia de esos discos, en este me encargo de todos los instrumentos.

El bajo tiene mucha preeminencia en el sonido del disco, marcando el ritmo. ¿Es algo buscado?

Sí, me di cuenta cuando los grabé y después cuando estuve produciendo observé que el bajo tenía unos “fraseos” que merecían dejarlos respirar y que se entrelazan con la voz principal como si fuera una segunda voz.

Es un disco de banda, al menos suena así, ¿cómo serán tus directos? ¿Has podido presentarlo ya?

Pues aún no lo he podido presentar, por salud. Para colmo, durante esta letanía de ver lo que pasaba, han surgido otras cosas musicales que también me inquietan y estoy entre metiéndome en todo ello.

En 2023, Lõbison cumplió diez años. ¿Cómo ves la evolución del proyecto en estos diez años?

Trece años hará ahora en 2025. Mirando hacia atrás con cada disco, creo que el oyente puede descubrir sonidos con diferentes registros en cada uno de los instrumentos, incluso en mi manera de cantar, descubrir historias diferentes en cada uno de ellos y a todos esos monstruos que acechan. Pero, sobre todo, lo que más he descubierto en esta evolución es que por fin creo en mí y me puedo considerar un músico porque entiendo lo que hago con mis canciones, porque somos la misma cosa.

¿Cuál es tu primer recuerdo musical?

Mi primer recuerdo musical fue cuando cumplí siete años y me regalaron dos cassettes de los grandes éxitos de Elvis Presley y de los Beatles.

¿Cuándo decidiste que la música era lo tuyo y querías dedicarte a ello?

Pues sinceramente, no hace mucho.

¿Ha sido un proceso difícil llegar a este punto de tu carrera?

Es siempre un puro sacrificio.

¿Cuáles son tus proyectos de futuro? ¿Ya estás componiendo más música?

Intentar sacar un nuevo disco. Sí, siempre estoy componiendo.

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