Commando. La voz de Johnny Ramone.

En Culturaca no nos gusta hablar solo de actualidad. También nos gusta bucear en historias pasadas pero interesantes que merezcan la pena. Por eso, no es de extrañar que acabemos escribiendo sobre un libro que llegó a nuestro país hace unos años gracias a Malpaso, Commando. Autobiografía de Johnny Ramone. Publicado seis años después de su muerte, la autobiografía de Johnny Ramone es breve y certera como las canciones de los Ramones. No se anda con tapujos ni historia. Tal y como una se esperaría de un Ramone. Él mismo confiesa en las primeras páginas que la rabia y el enfado guiaron siempre su vida, que se subía y se bajaba cabreado del escenario, que ese impulso es el que le llevó a hacer todo lo que hizo en la vida. Y que el cáncer le había ablandado, le había hecho más suave y que no estaba seguro que ese cambio le gustase en absoluto. Pero es quizás ese cambio el que proporcionó los mejores momentos del libro. Que Johnny Ramone revisitara los recuerdos de su pasado Ramone con otra perspectiva quizá es lo que ha convertido esta autobiografía en especial. Desde luego aunque es un artefacto para fans, no explicará nada que no supiéramos sobre la banda, pero si aporta un punto de vista diferente que permite acercarse más a la figura del guitarrista y fundador de la banda.

Fue compilada a través de entrevistas, notas y diarios del propio Johnny Ramone por John Cafiero, Steve Miller y Henry Rollins. A Johnny no le dio tiempo a acabarla y no se publicó hasta seis años después de la muerte de Ramone en 2004 a causa de un cáncer de próstata. Aún así, no hay duda del cuidado que han empleado en seleccionar no solo las fotos, la memorabilia de conciertos, las notas, los diarios y agendas del propio Ramone. Pero también que han sabido mantener la voz del guitarrista. Recorremos así su vida desde su infancia como John Cummings, sus trabajos en la construcción para ganarse la vida, el inicio de los Ramones y su andadura hasta su posterior retirada. No sólo nos ofrece un relato personal, a veces muy breve pero igualmente directo de su vida, también repasa sus discos comentándolos según su criterio personal y encontrarás diversas listas, le encantaba hacerlas, sobre las mejores películas de terror, los mejores republicanos, las mejores canciones de Elvis o los mejores grupos de punk. Bucear en los objetos de la vida de Johnny Ramone debe ser un placer de esos que nunca se olvida. Ávido coleccionista, no hay más que ver las imágenes de su habitación dedicada a Elvis en su casa de Los Ángeles. O las imágenes de sus agendas en las que marcaba las películas que había visto, los conciertos a los que iba, las actuaciones de los Ramones o incluso cuando compraba una guitarra. Un archivo en el que cualquier fan estaría encantado de bucear.

Johnny Ramone era un tío pragmático, uno que se marcó la meta del millón de dólares para retirarse. Y lo hizo. Uno que se lamentaba de que sus canciones no fuera éxitos inmediatos. Uno que alucinó cuando vio que ganaba más dinero después de que el grupo se separase que mientras se dejaban la piel en el escenario. Johnny Ramone era un tipo curioso, un punk raro casi podría decirse, era republicano y adoraba a Bush, Nixon y compañía. No era de drogas, como mucho un par de cervezas y nunca antes de actuar, el escenario era sagrado. Era un currante, uno al que la música le dio la vida. Cierto, pero un currante al fin al cabo. Y tenía mala leche, eso también es cierto, lo reconoce y no lo oculta. Es sincero y eso se agradece. Si los Ramones nunca te han interesado, probablemente este libro tampoco lo hará. Pero si su música te revolvió las entrañas, sin duda sabrás apreciarlo. Johnny Ramone 100%.