Sitges Film Festival 2022. Películas destacadas (y III)

07. Medusa Deluxe (Thomas Hardiman, 2022)

Travelling capilar

Uno de los debuts en el largometraje más interesantes que hemos podido ver en este festival es el del británico Thomas Hardiman. Medusa Deluxe está construida mediante un apabullante plano secuencia que recorre los entresijos de un concurso de peluquería para intentar averiguar quién de los/las presentes es un/a asesino/a. Una premisa más que clásica (podría haber sido, sin duda, una novela de Agatha Christie) que, en manos de Hardiman se convierte en una divertida experiencia sensorial, en un recorrido por el espacio que nos deja tal vez exhaustos, pero siempre con una sonrisa en los labios (¿alguien es capaz de ponerle un solo pero a la apoteósica coreografía final?). Con un acertado tono de comedia negra y una abrumadora cantidad de diálogos (la verborrea de los personajes es tan excesiva como desaforada su pasión por el cabello), el filme utiliza la excusa de la intriga criminal para ir recorriendo uno por uno los peculiares personajes que habitan este microcosmos plagado de pelucas, trenzas postizas, botes de laca, mascarillas capilares y conspiraciones pasionales.

 08. Nos cérémonies (Simon Rieth, 2022)

Rituales de muerte

Tal vez no haya sido más que una simple casualidad, pero este año intuyo haber detectado una cierta querencia de un determinado tipo de cine francés por acercarse a lo fantástico desde el realismo más cotidiano. Películas como La montagne, Les cinq diables, Jacky Caillou o Nos cérémonies tienen eso mismo en común: empiezan mostrando un contexto aparentemente ordinario en el que empiezan a suceder, de modo imprevisto, algunos hechos inexplicables. Destaca entre ellas Nos cérémonies, el debut en el largometraje de Simon Rieth que retrata la relación entre dos hermanos a lo largo de los años desde que, durante su infancia en el verano de 2011, un singular accidente (una caída desde un precipicio que podría haber matado a cualquiera) dota a uno de ellos de un inesperado poder. Una década después, todo parece normal pero nada lo es. Los hermanos regresan a su pueblo natal para el funeral de su padre y los fantasmas del pasado reaparecen. Las repetidas muertes de Tony a manos de Noé ya no son un mero juego como antaño, sino que con el paso de los años se han transformado en una especie de enfermiza adicción, y la necesidad de Tony de morir constantemente acaba por atormentar a su hermano, que no soporta ser constantemente su único ejecutor. La interesante mezcla de realismo y fantasía que nos ofrece Nos cèrèmonies la ubica en un lugar poco común, ese intersticio en el que confluyen lo infraordinario y lo extraordinario, ese lugar en el que parece que no va a suceder nada, pero en realidad podría suceder cualquier cosa.

09. La piedad (Eduardo Casanova, 2022)

La madre y el exceso

Hace ya un lustro que Eduardo Casanova debutó en el largometraje con la personalísima Pieles, opera prima que sirvió para dar a conocer el universo íntimo de un cineasta que ahora presenta en el Festival de Sitges La piedad, un melodrama desaforado y excesivo, teñido de rosa y de color sangre, que ahonda con pasión desgarradora en las relaciones tóxicas entre una controladora madre y su introvertido hijo, diagnosticado de cáncer. A medio camino entre una dirección de actores un tanto almodovariana y una puesta en escena que hibrida a Stanley Kubrick con John Waters, Casanova encuentra un camino propio, un camino que mezcla el absurdo (la subtrama de Corea del Norte no tiene desperdicio) con el kitsch, la obsesión por la simetría y la perfección con la inevitable aparición de lo grotesco, el humor más negro con la locura más desatada. Es un camino peligroso y desconcertante, cierto. Un camino que, por barroco y desmesurado, pocos directores (los más osados, los más ambiciosos, los que menos prejuicios tienen) se atreven a transitar. Puede que La piedad narre una historia aparentemente convencional, (¿cuántas relaciones de dominación madre-hijo conocemos tanto en el cine como en la vida?), pero lo hace de un modo absolutamente inédito, y es por ello que muchos cinéfilos le damos las gracias.