Roger Rossell, la poética de la intimidad
Este mes se pueden ver simultáneamente dos exposiciones de un artista con una obra de un magnetismo y una intensidad fascinantes. Se trata del fotógrafo Roger Rossell (Barcelona, 1977).
Por un lado, la Projekteria Art Gallery acoge la colección El bon dolor, que recoge una serie de fotografías que Rossell le hizo a Pina Brutal, una bailarina y performer húngara que trabaja en el delicado campo de las perforaciones corporales.
El fotógrafo y la performer se conocieron en Berlín. A base de pasar tiempo juntos, Rossell fue documentando momentos de cotidianeidad y algunas de sus actuaciones de Pina en las que se cuelga de ganchos, en un proceso de exploración de la relación entre dolor y placer.
Por otro lado, ayer se inauguró en el centro de arte Mutuo la exposición Intim/Extim, que explora el concepto lacaniano de extimidad, o ‘intimidad exhibida’.
Esta serie trata el erotismo (y el autoerotismo) en un contexto de intimidad total. Algunas de las imágenes están captadas en presencia de la modelo, y otras realizando videoconferencias y fotografiando la pantalla del ordenador.
A pesar de sus distintos discursos y planteamientos, ambas exposiciones permiten ver los elementos definitorios de la obra de Rossell.
A nivel de ejecución, el fotógrafo le da mucha importancia a la naturalidad. Olvídate de la idea de alguien que trabaja en un estudio con modelosposando. Rossell establece una relación de intimidad con los modelos (mayoritariamente femeninos), y en el momento justo y necesario dispara la foto para capturar un momento único.
Se puede percibir la comodidad de las modelos, que en la mayoría de los casos se encuentran en su casa, en espacios de confort. Esto genera unas imágenes frescas, auténticas y de una gran poética.
En cuanto al revelado, Rossell trabaja con mentalidad de artesano, de alquimista. En pleno s. XXI, rechaza rotundamente la inmediatez y reproducibilidad de la fotografía digital, y se entrega al proceso de revelado con paciencia y dedicación de orfebre.
Además, no trabaja en una línea de nitidez o de perfección, sino que se encuentra cómodo con una estética más cruda, más ‘crusty’ (en sus propias palabras).
Os recomiendo encarecidamente que visitéis ambas exposiciones y que entréis en su universo. Fotografía poética en estado puro.