Mi vida en la carretera. Gloria Steinem.
Hay veces que coges un libro y ya sabes, desde la primera página, que te va a encantar. Este es uno de ellos. Me leía el prólogo en el aeropuerto de Gatwick, esperando un vuelo que se retrasaba, y pensaba: este libro es de los buenos y lo voy a devorar. Mi vida en la carretera no es solo el relato autobiográfico de una de las activistas más importantes de la historia de los Estados Unidos: activista por los derechos de la mujer, de las minorías, contra la segregación racial, por el derecho a decidir, por los trabajadores de las granjas, por los derechos de los nativos americanos,…Un verdadero tótem del activismo, no solo feminista, que encontró en la carretera su forma de vivir. Sino que este libro también es un relato de lo que ha aprendido de la vida en sus viajes. El tránsito, el viaje, el destino son los momentos que te enseñan lo que es la vida. De la carretera, Steinem ha aprendido más que de cualquier otro sitio. Su padre era comerciante y la carretera fue su medio de vida. Así que pronto le inoculó el virus de la inquietud y el movimiento constante, aunque ella lo utilizó para intentar cambiar el mundo.
En el libro, Steinem nos cuenta esos primeros viajes en familia de su niñez y de cómo aprendió a amar la carretera, casi sin querer. Pero también del viaje que le cambió la vida a la India, donde descubrió las castas y la situación en la que las mujeres vivían allí. Cuando volvió a casa, se dio cuenta que aunque mucho mejor, la situación de las mujeres en los Estados Unidos tampoco estaba para tirar cohetes precisamente. Pronto, se vio metida en el surgimiento del movimiento feminista, como periodista primera pero luego como organizadora de eventos, charlas, conferencias,…Esas que acabó dando ella misma, pese a su pavor a hablar en público. También nos relata cómo pasó de organizar campañas electorales a fundar la revista feminista Ms. Pero no se quedó ahí, Steinem no defendía los derechos de la mujer solamente sino los derechos humanos. Así que pronto se vio luchando por los y las trabajadoras del campo y su difícil situación, por las empleadas del hogar, por las personas de color, por la comunidad LGTBI, por los nativos americanos,… Incansable y luchadora, la carretera era y es su vida, el movimiento constante pero sobre todo, la gente que conocía la conformaban. Desde el taxista que le llevaba al hotel, hasta la mujer de un motero que se le acercaba para contarle porque decidió tomar las riendas de su vida, hasta aquella senadora que decidió presentarse, contra todo pronóstico, aunque no tenía ni un duro para hacer campaña,…Un sinfín de personas y experiencias que han moldeado la vida de Gloria Steinem y de las que ha aprendido muchísimo.
Se lee Mi vida en la carretera como una autobiografía pero también casi como una novela de aventuras y lo hace con una prosa ágil y divertida, pero que a la vez no se olvida de concienciar sobre las injusticias del mundo. Y además, nos presenta la historia de los Estados Unidos a través del activismo y a través de sus ojos y su experiencia, la que le ha brindado la gente que ha conocido por el camino. Gracias a ella conocemos a Florence Kennedy, el padre Harvey Egan o la interesante historia de Wilma Mankiller, la primera mujer elegida como jefa de la nación Cherokee. A destacar el capítulo que dedica a los nativos americanos, interesantísimo, te deja con más ganas de descubrir la realidad y la historia de sus pueblos. Mi vida en la carretera no es pues, ni una autobiografía al uso, ni un libro de viajes, es mucho más. Una lectura totalmente recomendada e imprescindible para conocer de primera mano el mundo del activismo, no solo feminista.