Sex Education, o la celebración de la adolescencia

En Culturaca somos anacrónicos, y lo sabéis. Este mes me he vuelto un verdadero adicto a una serie estrenada a principios de 2019, pero que se me había pasado por alto hasta ahora. Se trata de Sex Education, una serie creada por Laurie Nunn y que cuenta con la presencia estelar de Gillian Anderson, junto con un sinfín de jóvenes promesas.

El título ya te da una idea de por dónde van las cosas. Hay educación sexual, hay conversaciones sobre sexo, y hay mucho sexo. Todo ello hecho con un tratamiento elegante y, como dijo en su día nuestra colaboradora Jade Sal, “refrescante y sin tapujos mojigatos”.

La serie tiene como protagonista a Otis Milburn, que no tiene una gran experiencia en el campo de las relaciones íntimas, pero lo compensa con un amplio bagaje de conocimientos teóricos sobre el tema. Esto es así porque su madre es la sexóloga Jean Milburn, que habla abiertamente sobre sexo y tiene la casa llena de todo tipo de materiales educativos.

Como si fuese un superpoder de un cómic de Marvel, Otis decide usar sus conocimientos para ayudar a sus compañeros de instituto, y de paso conseguir cierta popularidad. Pero no lo hace solo, sino asociado con Maeve, la tipa dura de clase que es además uno de los cerebros priviliegiados del instituto (a pesar de tener una vida familiar poco favorecedora).

Juntos, Maeve y Otis montan una clínica clandestina de terapia sexual para tratar los problemas de sus compañeros de clase. Además de estas sesiones de terapia adolescente (que no siempre tienen éxito), seguimos de cerca la explosión emocional y sexual de un amplio elenco de personajes segundarios, a cual más entrañable, como Eric (el mejor amigo de Otis), Adam (hijo del director, y abusón de manual), Aimee (una de las chicas populares) y Lily (dibujante de cómic con curiosas fantasías alienígenas).

Todas sus vidas se desarrollan con la pasión y el drama propio de la adolescencia, con todo lujo de detalle. Se tratan numerosas inclinaciones, prácticas y tendencias, siempre sin sordidez y con abundante sentido del humor. En este sentido, no puedo evitar comparar Sex Education con otra gran serie reciente sobre adolescentes obsesionados con el sexo, Euphoria. Gran Bretaña contra Estados Unidos. Pero donde Euphoria incomoda, Sex Education fascina.

El casting es excelente, y todos los personajes son tremendamente entrañables. Desde los profesores más bobalicones a los estudiantes más estirados, acabas adorándolos a todos una vez te has adentrado en sus intimidades.

Las aventuras y desventuras sexuales de este grupo de adolescentes están tan cuidadosamente representadas que los adultos seguramente aprenderán una o dos cosas. Una serie tierna, fresca, sincera y sorprendentemente pedagógica. Imperdible.

De momento hay tres temporadas, y la cuarta debería aparecer a mediados de este año, aunque habrá alguna omisión notable.

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