Por qué se cuece el niño en la polenta

Hoy queremos hablaros del último libro que ha caído en nuestras manos y nos ha fascinado profundamente. Se trata de una obra tan bella, triste, real, sublime. Estamos hablando del libro Por qué se cuece el niño en la polenta, de Aglaja Veteranyi (Lengua de trapo, 2001).
Esta artista y escritora rumana nacionalizada suiza nació en el seno de una familia circense. Durante su infancia, vivió la vida de un circo itinerante.
Por qué se cuece el niño en la polenta relata con la misma cantidad de lirismo y de crudeza la vida de su familia. Por un lado está el glamour del espectáculo circense, y por otro la realidad del desarraigo y las dificultades vitales a las que se enfrentan.

Aglaja y su hermana crecieron en ese entorno. Su padre era el payaso del circo, su madre la trapecista, cuyo número principal implicaba colgarse de su larga melena. Las dos hermanas la observan cada noche con una mezcla de admiración incondicional y de horror ante la posibilidad de que caiga y muera. Para distraerla del horror, la hermana mayor le cuenta a Aglaja un cuento popular rumano sobre el niño que se cuece en la polenta. Este relato recurrente se convertirá en un símbolo de su vida.
A medio camino entre la novela autobiográfica, la prosa poética, el diario y la poesía libre, Por qué se cuece el niño en la polenta nos traslada arrebatadoramente a la vida de la pequeña Aglaja y a los quehaceres cotidianos de la familia.

La autora nos habla con una mezcla de inocencia infantil y de sordidez descarnada sobre sus vidas itinerantes, entre la caravana circense que recorre los continentes y el internado suizo al que acaban enviando a las hermanas. Hay belleza, pero también incomprensión, miedo, tristeza y nostalgia, además del misterio oscuro de la sexualidad o los horrores de la mera existencia.
Y por encima de todo, la necesidad de evasión. La historia de una niña que necesita reinventar la realidad a través de la ficción y el absurdo. Aglaja Veteranyi publicó el libro en 1999 y murió en el 2002, a la edad de 39 años.
Tremendamente recomendable.
Ya pronto lo leeré