Jim Jefferies, póngame dos de incorrección política

Hoy quiero hablaros de mi última obsesión del mundo del stand-up. Se trata del cómico Jim Jefferies. Este humorista, actor y guionista australiano afincado en EEUU protagonizó la sitcom Legit (2013–2014) y el programa The Jim Jefferies Show (2017–2019) del canal Comedy Central.

The Jim Jefferies Show era un programa bastante divertido que se centraba en hacer comentario satírico de los temas de la semana, haciendo especial hincapié en los temas más polémicos. Hacía monólogos, reportajes y entrevistas. Tenía momentos muy surrealistas, como por ejemplo esta entrevista a conspiranoicos de QAnon. Duró tres temporadas. Sin ser genial, tenía sus momentos.

Pero donde más luce el bueno de Jim es en sus especiales de comedia. Empezó su carrera con one-liners (chistes cortos de una sola frase), progresivamente fue mutando hacia un humor más basado en la narración de anécdotas, normalmente con un toque crítico y no exento de auto-ridiculización.

Cuenta la leyenda que Jim Jefferies se hizo famoso en 2007, cuando fue atacado en el escenario durante una actuación en el Manchester Comedy Store. Más tarde, el cómico incorporó las imágenes del incidente a su espectáculo (se puede ver en Contraband, de 2008). Pero su carrera despegó de verdad en 2009, cuando debutó en HBO con su especial I Swear to God.

Yo me enamoré de este hombre con su primer especial de Netflix, Freedumb (2016), seguido de This Is Me Now (2018) y de Intolerant (2020).

El estilo de Jim Jefferies no deja indiferente. O te escandaliza o te vuelve loco. Sus chistes son profundamente ofensivos, sin tapujos. ¿Corrección política? No se encuentra por ninguna parte. ¿Escatología? Mucha. ¿Tacos? Muchos. Además de contar historias personales, Jim se ríe absolutamente de todo el mundo. Hace humor político, religioso… y nadie sale bien parado. Y todo ello con una ejecución impecable, una sonrisa irresistible y esa imagen de borrachín simpático que se sienta junto a ti en la barra del bar.

Te recomiendo que veas sus especiales de comedia en orden cronológico, para disfrutar de su evolución desde lo más escandaloso hasta un estilo ligeramente más contenido, pero no por ellos menos mordaz o delirante. Para mí es, junto con Bill Burr o Anthony Jeselnik, uno de los mejores humoristas de stand-up de la actualidad.

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