Eikoh Hosoe: arte, erotismo e irracionalidad
Una de nuestras últimas obsesiones es la obra del fotógrafo Eikoh Hosoe, un artista que empezó a trabajar durante el movimiento experimental japonés tras la Segunda Guerra Mundial. Lo hemos descubierto recientemente gracias al catálogo Eikoh Hosoe de la colección Masters of Photography publicada por la Aperture Foundation (1999).
Eikoh Hosoe nació en la ciudad japonesa de Yonezawa en 1933. Tras formarse en el Tokyo College of Photography, empezó a trabajar como fotógrafo freelance. Junto con Tomatsu, Kikuji Kawada, Ikko y otros artistas, fundó el movimiento “VIVO” con la idea de promover la fotografía moderna y la “nueva subjetividad”.
Lo que hace que la obra de Hosoe sea especialmente interesante es su combinación de fotografía con elementos propios del teatro, la danza, el cine y el arte tradicional japonés.
Tuvo una estrecha amistad con el novelista Yukio Mishima, que dio lugar a una interesantísima colaboración (que probablemente supone el punto álgido de la estética de Hosoe). Con el escritor como musa, creó la colección Barakei (traducible por ‘Muerto por las rosas’ o ‘Calvario de rosas’, según las versiones).
Esta serie, recogida en un libro, está formada por fotografías de carácter marcadamente sexual y de ambiente ligeramente onírico. En una especie de documental subjetivo, Hosoe colocaba a Mishima en poses singulares y construía escenas grandilocuentes, oscuras y surrealistas.
La serie empezó como un encargo de Mishima, que le pidió a Hosoe que ilustrara un libro de sus ensayos. Pero la colaboración no se detuvo allí, sino que dio lugar a una asociación creativa bastante prolongada. Hosoe fotografió a Mishima en la casa del escritor en Tokio, y en el austero estudio de danza del coreógrafo de butoh Tatsumi Hijikata.
Hosoe se dedicó a explorar las diversas combinaciones en las que podrían colocarse los objetos a fotografiar, además de todas las combinaciones posibles de luces y sombras. En la serie hay referencias a la pintura clásica del Renacimiento (por ejemplo, hay un Nacimiento de Venus de Botticelli flotando debajo de una de las fotografías).
Creo que el alma de una persona vive en cualquiera de sus posesiones, particularmente en objetos de arte, que conviven con el alma del artista. Por eso combiné las pinturas renacentistas preferidas de Mishima con su cuerpo.
Hosoe.
En la serie hay alusiones bastante provocativas a la homosexualidad de Mishima. El escritor adoptaba poses muy melodramáticas y daba rienda suelta a sus fantasías.
Barakei se publicó en 1963. La segunda edición (revisada por Mishima) estaba prevista para 1970, el año de su famoso suicidio ritual (el escritor apresó a un comandante del ejército, se puso un uniforme de oficial, dio un discurso ante los soldados y entonces llevó a cabo el seppuku), pero no aparecería hasta 1971. Sin duda, el libro supuso una especie de testamento estético del novelista.
Barakei es una obra que va muy buscada, y tan solo se encuentra a precios muy elevados. Os recomiendo encarecidamente que exploréis su versión digitalizada (disponible aquí).
También es muy recomendable adentrarse en la vinculación de Hoseo con el butoh, espoleado por su encuentro en 1959 con uno de los fundadores de este influyente estilo de danza contemporánea, Tatsumi Hijikata. Aquí podéis ver el corto Navel and A-Bomb, grabado por Hoseo e interpretado por Hijikata.