Americana Film Fest (y III)

Identidad(es)
El fin de semana pasado terminó el Americana Film Fest con una ceremonia de clausura en la que se premiaron films como Harvest, Janet Planet (de los que os hablamos en la primera crónica), Familiar Touch (Premio del Jurado Cineclubista) o Between the Temples (Premio del público que comentamos en nuestra segunda crónica) entre otros. Pero dejando al margen el Palmarés, ha habido un tema en concreto que ha recorrido algunas de las películas más interesantes del Festival, y ese ha sido el de la identidad. Concretamente, aquella identidad que rehúye las etiquetas y nada a contracorriente. ¿Cómo se conforma? ¿Hasta qué punto influyen los condicionantes sociales en la configuración de nuestra identidad? ¿Y nuestra relación con los demás? ¿Sabemos realmente quiénes somos? ¿O son nuestras dudas constantes al respecto más que razonables? Estas son solo algunas de las preguntas que vinieron a mi mente tras el visionado de estas tres películas.
The People’s Jocker (Vera Drew)
Sección: Next
Sin duda, uno de los títulos más arriesgados y sorprendentes del festival. Realizado con un presupuesto ínfimo y un buen puñado de originales ideas, el film reinterpreta el universo de Batman y el Joker y narra la historia iniciática de Joker the Harlequin, personaje trans interpretado por la propia directora, Vera Drew, también coguionista de la película. La cuestión que me rondaba la cabeza antes de entrar a la proyección era esta: ¿Es posible una visión queer del universo DC? Drew nos demuestra que sí en esta divertidísima sátira underground plagada de cromas kitsch y personajes inolvidables. Con una factura visual que la acerca más a algunos artistas del videoarte de principios del S XXI que a la industria del cine mainstream (de la cual parece radicalmente alejada), la película podría recordar por momentos a los films de Bertrand Mandico o incluso de Jane Shoenbrun, de quien hablaremos más adelante. Podría recordarnos, aunque tampoco demasiado, porque en realidad es difícilmente comparable a otras películas. The People’s Joker es, por supuesto, una versión no autorizada por DC, y por esta misma razón Drew no se autocensura en ningún momento. De hecho, diría que esta falta de autorización es más una declaración de principios que una simple etiqueta. El salto de Drew es triple y tal vez mortal: adapta sin autorización las historias de DC y narra a su vez una historia sobre identidad trans que también es, en cierto modo, autobiográfica (Drew es transgénero al igual que su protagonista). Puede que Vera Drew, más que una directora, sea una superheroína. Pienso en otros nombres que hayan logrado algo parecido, pero no se me ocurren.

El Jockey (Luis Ortega)
Sección: Tops
He de confesar que, ya desde los primeros minutos, el film de Luis Ortega desmontó todas mis expectativas, dejándome clavada en la butaca sin saber muy bien qué pensar. A pesar de que había visto El Ángel (2018), su anterior película, poco me podía imaginar cuáles serían las aventuras, desventuras y destino final de Remo Manfredini, jockey legendario que, tras un aparatoso accidente, comenzará una surrealista deriva situacionista por las calles de Buenos Aires. Y será ese accidente el que le sirva para resetear, para acabar con su pasado (al menos parcialmente), para empezar –casi– desde cero y configurarse una nueva identidad. En El Jockey los personajes hablan poco, probablemente porque no lo necesitan. Prefieren el silencio, como los protagonistas de las películas de Aki Kaurismäki o de Roy Andersson, en quienes no podemos evitar pensar al ver el film. Prefieren ese silencio que incomoda, que corta como un cuchillo pero que a veces también nos hace reír. Aunque parezca paradójico, los momentos musicales (y hay varios) son especialmente memorables. Y, por supuesto, las coreografías. También es memorable su puesta en escena, la fotografía de Timo Salminen (¡oh, sorpresa! director de muchos films de Aki Kaurismäki) y, sobre todo, la historia. Original, impredecible, salpicada de momentos tan absurdos como hilarantes, de esos momentos tristes y alegres al mismo tiempo, de esos momentos que nos cuesta procesar porque rompen nuestros esquemas y dinamitan nuestros prejuicios.

I Saw the TV Glow (Jane Shoenbrun)
Sección: Tops
A los habituales del festival el nombre de Jane Shoenbrun probablemente les suene familiar, ya que en el año 2022 pudimos ver su ópera prima, We’re all Going to the World´s Fair. Shoenbrun vuelve a la carga tres años después y lo hace con un film tan perturbador, triste y tierno como su predecesor. Y es que I Saw the TV Glow conforma junto con su primer largometraje una suerte de díptico inconfeso sobre la conformación de la identidad durante la adolescencia y la influencia de las redes sociales y la televisión en nuestras vidas. Ambos films, con innegables tintes lynchianos, retratan adolescentes un tanto outsiders que intentan, de modo infructuoso, encontrar su lugar en el mundo. Hasta que lo consigan, Internet y la televisión serán sus refugios y también sus enfermizas obsesiones. En una entrevista, Shoenbrun (que también escribió los guiones de ambas películas) confesó que entre sus directores favoritos figuraban nombres como Wes Anderson, Jacques Tati o Víctor Erice. Al principio dicha selección me dejó un tanto desconcertada; no encontraba mucho parecido entre su cine y el de aquellos nombres, pero tras reflexionar un buen rato me di cuenta de que, en realidad, dicha selección tenía todo el sentido del mundo. Si bien a primera vista aquellos tres directores no parecían tener mucho en común, era innegable que los tres habían conformado con sus filmografías un universo único, personal e inconfundible, como el que está empezando a conformar Shoenbrun con estos films. Hay señales inequívocas de que tanto We’re all Going to the World’s Fair como I Saw the TV Glow están destinadas a convertirse en películas de culto para las nuevas generaciones. Por cierto, I Saw the TV Glow ha logrado dos menciones especiales, la del Jurado de la Crítica y la del Jurado Cineclubista.
