Wrong Cops, o por qué lo amoral es tan divertido
Wrong cops
Quentin Dupieux, 2014
Todo amante del cine, del surrealismo, del absurdo y de la tontuna tiene una cita urgente. Ver la última creación de Quentin Dupieux. Es obligatorio, va a examen y se pasará lista.
El creador de esas dos marcianadas tan entrañables que son Rubber y Wrong lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a dejarnos perplejos con una cinta que descoloca, que hace reír, que provoca incomodidad y que te hace sentir que en el mundo de las artes no todo tiene que estar codificado y pulido, que cada uno puede salirse por la tangente y hacer lo que le dé la gana.
Rubber (2010) seguía el recorrido vital de Robert, un neumático que cobra vida en un pueblo de mala muerte, descubre que tiene poderes telepáticos destructivos y acaba obsesionándose con una mujer misteriosa. Wrong (2012) cuenta la historia de un hombre que despierta una mañana y se da cuenta de que ha perdido al amor de su vida, su perro Paul. El viaje vital que emprende para recuperarlo es como un camino pausado hacia la locura.
A este par de joyas se le añade Wrong Cops. Es decir, los policías incorrectos. Como diría Miguel Noguera, los polis mal. El punto de partida es sencillo, casi de chiste: ¿qué pasa si cogemos una comisaría de policía y hacemos que los agentes se comporten como sátrapas, cínicos y criminales? Pues lo que pasa es que tenemos una hora y media de risa garantizada. De esa risa que nos da ver el lado más irreverente y oscuro de las cosas.
Pero no os creáis que esta es la típica película sobre polis corrompidos por la mafia ni sobre polis violentos que pierden el control de sus actos. No, aquí no hay ninguna reflexión sobre la moral. Aquí no hay complejas tramas ocultas. Aquí los polis son así porque ésta es su naturaleza, y ya está. Son polis que dan cosica, entre pasmados, agresivos, ridículos, dantescos, oscuros.
Un policía trafica con droga en los envases más inverosímiles. Otro tiene una relación obsesiva con la música electrónica. Hay mariposones de uniforme. Hay una rubia perversa que se ha equivocado de lado de la ley. Hay un obseso sexual. En fin, no hace falta seguir.
Ah, se me olvidaba. Entre el brillante elenco de actores encontramos a Marilyn Manson, que hace un papel totalmente en las antípodas de su persona escénica y mediática: un tío apocado e insulso que solo quiere sentarse bajo un árbol a escuchar su música. La pregunta que me hizo una amiga al salir del cine fue: ¿crees que el personaje es justico por exigencia del guión o es que M.M. no sabe actuar? Hagan sus apuestas.
La banda sonora de la película tampoco deja indiferente. Se trata de piezas de música electrónica repetitivas y perturbadoras. Un género que crea el propio Dupieux, conocido en el mundo de la música por su alter ego, el prolífico Mr. Oizo. De hecho, la película empezó como un corto para promocionar su música, y terminó como terminó. Vaya, que se le fue de las manos. Y le damos las gracias por ello.
No hay una reflexión DIRECTA sobre la moral, lo que hay es un divertimiento banal y soez que busca la complicidad en el espectador, ergo, trata al espectador como si éste fuese banal y soez, no hay una reflexión, hay una afirmación. Una pena porque WRONG sí era tremenda e “inteligente” a su manera, demuestra que se pueden hacer humor sin caer en la idiotez. Fin de la opinión subjetiva.