Satanás, o el realismo degradado de Mario Mendoza

Una mujer que hace de carnada de ejecutivos para drogarlos y robarlos, un sacerdote tocado por el sexo y la culpa, un pintor con una relación curiosa con el futuro y un hombre cínico y tendencias asesinas. Estos son los personajes que vertebran la última novela gráfica que ha caído en nuestras manos.
Se trata de la incursión en el mundo del cómic del novelista colombiano Mario Mendoza, Satanás, adaptación para la viñeta de su novela homónima (Planeta Cómic, 2018). Una pequeña joya incómoda.
Satanás ya fue llevada al cine en el 2007 por Andy Baiz. Cuenta tres historias entrecruzadas. Una de ellas está basada en un trágico hecho real ocurrido en los años ochenta. Concretamente en la masacre causada por Campo Elías Delgado, un excombatiente de la guerra de Vietnam que asesinó a su madre y a varios clientes de un restaurante de Bogotá.
La novela gráfica, obra de Mario Mendoza y del dibujante Keco Olano, reproduce con crudeza y sin tapujos las tres historias de la novela. Los dos creadores dan rienda suelta a su amor por el realismo sucio y la literatura fantástica, y el resultado es tan placentero como incómodo.

Es interesante que sea el mismo novelista el que se encargue del paso al guión. Todo un ejercicio de concentración. ¿Cómo enfrentarse a semejante reducción? En una entrevista en la revista Laterales, Mendoza lo explica:
El guion es elegir la médula del libro, lo fundamental, y eso significa hacer a un lado mil escenas, mil descripciones, muchos personajes secundarios. Respeté la estructura del libro, pero después hice limpieza, fumigué los capítulos y me fui quedando con una escaleta limpia que me permitiera avanzar rápidamente. En los guiones de novela gráfica es clave no hacer giros ni torcer demasiado la trama. Hay que ser puntual y directo. La velocidad es una de mis grandes obsesiones. Eso es.
Las ilustraciones logran transmitir la crudeza y la sordidez de los mundos donde transcurren las tramas. Y la expresión de los rostros transmite hábilmente la desesperación de los personajes.
Una obra muy recomendable para los que sienten afinidad por los sucesos extraños, el misterio, la voluptuosidad sórdida, los casos escabrosos y, en general, por el lado más salvaje de la vida.
