He Never Died. Henry Rollins contenido.
Reconozco que la película no me ha parecido nada del otro mundo en cuanto a guión, pero tiene algo que hace que merezca la pena verla: Henry Rollins. Si por algo se aguanta He Never Died es por la interpretación de este cantante reconvertido en actor, escritor y artista del spoken word, entre muchas otras cosas.
He Never Died, como su propio nombre indica, trata de un hombre que nunca muere. Jack es inmortal y por mucho que le peguen palizas, le disparen o le apuñalen, no muere. Después de miles de años de existencia (“Mi nombre sale en la biblia por si eso sirve de algo…”, comenta en una de las escenas del film), la vida de Jack es monótona y depresiva. Apenas se relaciona con nadie, se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo y cuando no, en un café o jugando al bingo, actividades totalmente rutinarias en las que intenta mantener un contacto mínimo con la gente que le rodea. Pero pronto los problemas volverán a su vida y tendrá que enfrentarse a la realidad de nuevo, sobre todo a los matones que han secuestrado a una hija que no sabía ni que tenía.
Los momentos más divertidos del film son los que le hacen relacionarse con los personajes femeninos. Leyendo los libros de Rollins uno se puede llegar a preguntar, cuánto ha tomado de su propia vida y experiencia personal para crear a este gruñón inmortal. Dos son las mujeres que le acompañan. Una es Cara, la camarera a la que ve todos los días en el café, prácticamente la única persona con la que cruza dos o tres palabras en todo el día o casi en toda su existencia. Y que además se verá abocada a ser su compañera de fatigas involuntaria. Y la segunda es su sorpresiva hija, Andrea, a la que ni siquiera conocía hasta unas horas antes.
La parquedad de palabras y esa actitud de “la vida me la suda” es la que hace a Jack un personaje tan interesante, bien construido por el trabajo actoral de Rollins. Los momentos más hilarantes son por obra y gracia de Mr. Rollins. La actitud de “pasar de todo, me pegan un tiro y ¿qué?” del personaje de Jack es la que le ofrece la oportunidad de lucirse. Después de veinte años de carrera cinematográfica es la primera vez que es protagonista principal de una película y sale airoso. Y lo hace interpretando a un hombre contenido, a pesar de la rabia interior que le corroe. Una rabia y una historia detrás del personaje que le atormenta, la vida rutinaria es su droga, la única forma que tiene de sobrellevar la eternidad. Jack es brutal y descarnado, con una mirada de hielo y una actitud totalmente a vueltas de todo. Y eso, Rollins lo clava. Lástima que el guión no le acompañe, algunas incongruencias en la historia resultan imposibles de explicar y el final te deja con una sensación de “¿Esto es todo?” que una película con una premisa tan interesante como esta no puede permitirse. Mezcla de cine noir y sobrenatural, He Never Died promete mucho pero se queda a medio camino. Una pena. Al menos, hemos podido disfrutar de una buena interpretación de Henry Rollins.