Si estamos en febrero, entonces Madrid es el epicentro del arte

arco

Nunca había ido antes a la feria de arte ARCO, y había oído muchas opiniones diversas. Algunas excelsas, otras dubitativas, otras muy críticas. Pero como dice el refrán: para gustos, colores. Y nunca mejor dicho. Porque en una feria como esta hay colores al gusto de todos.

Cuando decidí ir, me planteé en calidad de qué quería ir. Sí, amigos, es una pregunta que le puede ahorrar preocupaciones a más de uno. La decisión principal fue no ir como artista. Es decir, no ir en calidad de creador con la esperanza de encontrar la galería que te está esperando para difundir tu obra, ya que este camino está sembrado de baches, trampas y desencantos.

También decidí no ir en calidad de corresponsal de Culturaca, ya que la presión de tener que cubrir un evento así desde una perspectiva aunque fuera remotamente periodística supondría una presión tal que destruiría toda la diversión. Esta segunda decisión también fue acertada, ya que al fin y al cabo Culturaca no es periodismo (es autobiografía cultural en tiempo real; o algo así). Por último, no fui en calidad de coleccionista (como algunos afortunados), grupo en el que no me encuentro.

En definitiva, decidí ir en calidad de sencillo amante del arte. Porque es desde esa perspectiva desde la que uno puede entrar, disfrutar como un niño y salir con una sonrisa que no cabe en ningún marco.

IMG_20170224_172624177 Obra de Rafa Macarrón

Habiendo tomado esta decisión, uno llega a ARCO como un niño hambriento a un buffet libre de golosinas. Con una perspectiva inmejorable por delante. Le esperan dos pabellones feriales enteros rebosantes de obras. Algunas mejores, otras menos atractivas, algunas sorprendentes, otras menos… Pero todas ellas dispuestas a entrar por tu retina y convertirse en puro deleite.

Ayer leía un artículo del País sobre la feria titulado ¿A quién le interesa Arco? Por un lado, el artículo criticaba que se había perdido parte de la espíritu y del atrevimiento original. Sobre esta cuestión, no tengo duda. Poco hay de transgresor en ARCO. Da la impresión de ser como una muestra de lo que mejor parece funcionar en el mercado del arte. Ideal para amantes de la pintura en todas sus formas, de la ilustración, la fotografía y la escultura. Menos ideal si lo que te pone es el videoarte, la performance o el conceptual. Pero si aceptas esto, el viaje puede ser fascinante.

Además, el artículo planteaba el interrogante de a quién se está dirigiendo ARCO actualmente, teniendo en cuenta el precio abusivo de la entrada (40€). Cerraba con una pregunta interesante: «¿No será mejor ir directamente a los museos?». Pues, en mi humilde opinión, sí y a la vez no. Porque una cosa no quita la otra. Nadie en su sano juicio dejará de visitar museos por ir una vez al año a Madrid.

IMG_20170224_173056425Obra de Hermann Nitsch

Dicho todo esto, ¿qué puedo añadir? Mi experiencia en ARCO fue alucinante. Me paseé por cada uno de los estands consumiendo todas esas gominolas visuales, paladeando algunas más que otras, y pasando por alto las que menos atractivas me parecían. Me resultaría imposible hablar de todos los artistas que descubrí, los que redescubrí, los que me fascinaron.

Para mencionar tan solo algunos, el minimalismo vibrante de José María Yturralde, el abstracto orgánico de Jorinde Voigt, los divertidísimos montajes entre fotografía y dibujo de Richard Prince, el universo fascinante de Chema Madoz (del que os hablaré en profundidad muy pronto)… Fueron muchos los placeres, y concentrados en un solo día.

IMG_20170224_182834613Ciudades ideales, de Juan Pérez Agirregoikoa

¿ARCO en un solo día? Sí, porque resulta que aparte de lo que está pasando en los pabellones de Ifema, en madrid se cuecen muchas cosas más.

Paralelamente a ARCO se celebra también la feria Art Madrid, la feria JustMad, el festival emergente Hybrid y el Urvanity-Art. Seguro que me dejo alguno, pero mi acompañante y un servidor logramos ver todo esto en 4 días. Y todavía tuvimos tiempo para ver el Matadero, el centro cultural Conde Duque, el Palacio de Cristal y algunas cositas más, que os contaré en mi siguiente artículo.

Os dejo con una pequeña galería aleatoria de fotografías de algunas de las obras que más llamaron mi atención.

 

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