En la Tierra somos fugazmente grandiosos, de Ocean Vuong
Descubrí este libro gracias a la recomendación de la artista Marla Jacarilla. Y tengo que agradecérselo porque se ha convertido en una de mis mejores lectura de 2021. Ocean Vuong nació en Ciudad Ho Chi Minh, la antigua Saigón, en 1988, pero emigró a Estados Unidos con su familia en 1990. Antes tuvieron que pasar un año en un campo de refugiados en Filipinas. Mucho de esto lo descubrimos a través de En la Tierra somos fugazmente grandiosos publicado por Anagrama. Aunque esta es su primera, y tengo que decir impactante, novela, el autor ha recibido numerosos premios y becas. Y ya era conocido por su poesía.
En 2014 recibió la beca Ruth Lilly / Sargent Rosenberg de la Poetry Foundation. Y con el poemario Cielo nocturno con heridas de fuego ganó el Whiting Award y el Forward Prize en Estados Unidos y el Premio T. S. Eliot en Inglaterra. Escribe en medios como The Atlantic, Harper’s,The New Yorker y The New York Times. Y también es profesor en el Amherst College de Massachusetts. Pero vayamos a la obra de Ocean Vuong.
En la Tierra somos fugazmente grandiosos es una maravilla de principio a fin. Una de aquellas novelas que lees y te dejan impactada, tocada y hundida. Es una de esas obras que marcan y que no olvidas. También es la carta que un hijo le escribe a su madre explicándole quién es y cómo ha vivido su vida hasta entonces. Una carta que no sabe si algún día leerá, pero en la que se desnuda y destripa, en la que se enseña a sí mismo en su más puro yo. Una carta en la que se rompe y se recompone como buenamente puede.
En la Tierra somos fugazmente grandiosos también es la historia de una familia vietnamita que se marcha de Vietnam a Estados Unidos en busca de un futuro mejor. La historia de su madre y de su abuela, dos mujeres que han tenido que vivir y sufrir mucho para darle una oportunidad a su Perro Pequeño, como lo llaman cariñosamente. Una abuela que tuvo que sobrevivir sola y una madre con un trauma lleno de violencia, tras la guerra, que no consigue dejar atrás. Dos mujeres que no hablan inglés y cuya única conexión con este nuevo país que las acoge, será un niño que está aprendiendo el idioma. Un niño que será el puente entre lo que fueron y lo que son. Esta es la historia de una familia de inmigrantes que se enfrenta a lo desconocido, a la inadaptación, al racismo, a la violencia.
Ocean Vuong nos cuenta todo esto a través de los ojos de un niño, de sus ojos, sin tapujos, crudamente y con una brutalidad apabullantes. También es la historia de un joven que descubre su sexualidad a través de un amigo, Trevor que marcará su devenir. Pero a través de él también descubrirá muchas otras cosas que reforzarán los sentimientos de desarraigo que sufre el protagonista. En esta carta casi poética por momentos, en la que combina momentos puramente bellos con otros crudos y dolorosos, descubrimos el talento de Ocean Vuong.
Son palabras que nunca le dijo a su madre en voz alta, palabras que se tragó, palabras que se han quedado en él en forma de herida abierta que de alguna forma tiene que cerrar. Este libro es un exorcismo, un acto de autoanálisis y sinceridad. Sabemos que, probablemente, su madre nunca leerá esta carta, pero poco importa. Lo que importa es el proceso que él inicia para convertirse en lo que es, un escritor y uno de los que dejan huella.