Dulce Pájara de Juventud, cambiando de rumbo
Dulce Pájara de Juventud sorprendieron a todos con su espectacular debut homónimo. Un disco cargado de energía, guitarras afiladas y rock. El EP Faithful Songs fue un interludio a lo que ha sido su excelente segundo disco Triumph. Un trabajo mucho más experimental y maduro, un salto al vacío en el que la banda sigue desvelándose como uno de los grupos más interesantes del panorama nacional. Sarai Garrido (bajo y sintetizador) nos habla de todo ello.
El sonido de Dulce Pájara de Juventud ha cambiado con este segundo trabajo, Triumph. Habéis pasado del sonido más inmediato a atmósferas mucho más densas. ¿Qué ha provocado este cambio?
Ha llovido mucho desde que sacamos el primer trabajo. Parece que no, pero de los veintipocos a los veintitantos se producen demasiados cambios que se deben de asumir con muy poco margen de tiempo. Las hormonas y las responsabilidades no son las mismas. Maduras y eso se refleja no solo en tu vida sino en tu música.
¿Cuál fue la inspiración para componer las letras de este nuevo disco?
En la nave. Como concepto de un TODO.
¿Cómo os dividís las tareas de composición?
El motor creativo principal de Dulce Pájara es Ricard Izquierdo. Tiene mucha facilidad para sacar de la nada esbozos con muchas posibilidades. Luego se gesta entre todos en el local. Ricard trae un borrador. Nos lo muestra y entre todos le damos vueltas y lo pulimos. En algunos casos nos lo presenta como una lluvia de ideas que tiene en su cabeza, las cuales ordenamos e intentamos construir un poco entre todos. Otros temas son esbozos muy desnudos aunque ya algo más estructurados y los vamos vistiendo con sintes, delays, efectos de voz, etc,… Bruno se pierde entre sus mil pedales y es bastante responsable del rollo atmosférico que comentáis. En mi caso (para bien o para mal), suelo ser una maniática del orden en las estructuras y tempos. En el caso de este disco, Víctor se unió al carro cuando estaban casi todos los temas compuestos, con lo cual no pudo participar tanto a nivel de composición, pero intervino en la producción y eso fue la clave.
¿Por qué Triumph como título del disco?
Es muy probable que mucha gente juzgue el título de nuestro último trabajo de manera equivocada. Por alguna razón la gente asocia el triunfo a algo bueno, y no tiene porqué tener una connotación positiva. Precisamente en nuestro caso es lo contrario, se trata del triunfo de la muerte.
¿Cómo fue el proceso de grabación?
Fue espectacular. Personalmente es una de las mejores experiencias que he vivido. Con los anteriores trabajos, el poco tiempo era un handicap y apenas tuvimos margen para asimilar y digerir el proyecto. Esta vez queríamos hacerlo bien y sin prisas. Fueron dos semanas encerrados en el Estudi Cal Pau de Sant Pere Molanta. Un estudio que está en la planta baja de una masia, con caballos, perdida entre los campos de viñas del Alt Penedès. Tanto la grabación como la convivencia fue muy intensa y eso quedo plasmado en el disco sin duda.
Los primeros días los pillamos con muchas ganas. Eso fue porque no recordábamos lo duro que era. Son muchísimas horas dándole vueltas a las ideas, intentando matizar todo al detalle. Llega un momento que no sabes si está sonando bien o mal. Tienes mucha presión ya que quieres intentar plasmar un concepto muy abstracto de tu cabeza y te asusta pensar que no lo conseguirás. Todo esto entre las cuatro mismas paredes y con las mismas caras.
Así que para hacerlo más llevadero nos obligábamos a salir a correr por las mañanas por las viñas, veíamos documentales de música juntos mientras hacíamos la cucharilla, nos echábamos siestas con sonidos de cascadas en el hilo musical, asistimos a algunas catas del mejor vino del Penedès, montábamos a caballo e incluso hicimos salidas nocturnas a ferias de pueblos cercanos. Todo esto ha quedado plasmado en un documental que ha dirigido Ferran Gassiot y que esperamos poder enseñaros pronto.
¿Teníais el disco muy trabajado antes de entrar en el estudio o dejasteis pie a la improvisación?
Sinceramente, una semana antes de entrar a grabar estábamos un poco preocupados por este tema. Fuimos con el petardo en el culo. Los temas habían sido pulidos hacía muy poco y no fuimos muy rodados. Recuerdo que Bruno estaba hasta cabreado porque no habíamos ensayado lo suficiente. Pero fue muy curioso, como algo que en principio pintaba como contraproducente fue crucial para Triumph. Una vez allí, nos vimos con un gran abanico de posibilidades y nos dejamos llevar. Acabamos improvisando en muchas cosas y eso le dio una magia muy especial al disco.
Portada de Triumph
Habéis cambiado de batería durante el proceso de grabación, Víctor García. ¿Cómo ha influido Víctor en el sonido del disco?
Lo de Víctor fue amor a primera vista. Lo conocimos en Ultramarinos, durante la grabación del primer disco. La primera vez que lo vi tocar en directo flipé. Es un tío al que admiramos muchísimo. Estábamos en un momento muy delicado, veníamos de una ruptura amorosa con un segundo batería y andábamos muy desanimados. Nos planteamos dejarlo ya que parecía que el Pastor Pan y Agua nos estaba echando un mal de ojo y no había manera de sacar el proyecto a flote. Pero nos daba mucha pena tener tres cuartas partes del disco hecho, así que nos lanzamos y se lo propusimos a Víctor, pensando que iba a ser un no rotundo ya que juega en otra liga. El ‘Sí, quiero’ supuso una resurrección y una inyección de fuerza brutal para Dulce Pájara de Juventud. Se adaptó rapidísimo y aportó ese sonido característico a Triumph.
Víctor también es vuestro productor. ¿Por qué? ¿Y qué cambios ha aportado a la producción respecto a vuestro primer trabajo?
Cuando ya teníamos las fechas cerradas para entrar a grabar y él ya formaba parte de la banda, aún estábamos buscando productor. Teníamos algunos nombres en mente pero no lo teníamos muy claro. Víctor se ofreció y lo hablamos. Pensamos que podía ser curioso que el productor fuera parte de la banda, ya que podríamos sincerarnos sin prejuicios a la hora de poner las ideas sobre la mesa. Fantaseábamos con la idea de que queríamos hacer una superproducción para este disco y parece que Víctor se lo tomó en serio. Estamos más que contentos con el resultado final.
¿Ha cambiado vuestro enfoque del directo ahora que las canciones han cambiado de rumbo sónico?
Totalmente. Intentamos plasmar toda esa fuerza y energía sónica en el directo con los recursos que sean necesarios. Es muy probable que nunca volvamos a interpretar muchos de los temas del primer disco. El concepto del directo es muy diferente y no tienen cabida.
Este es vuestro segundo disco, en el primero había melodías quizás más juveniles, este parece un disco más maduro y oscuro incluso. ¿Os veis muy cambiados de aquellos músicos que empezaron hace unos años?
No nos identificamos para nada con el primer trabajo. Es un bonito recuerdo de lo que fuimos, pero no refleja lo que somos ahora. Maduras, creces, aprendes y cambias. Y eso es inevitable que no se refleje en tu trabajo.
Entre vuestro debut y Triumph publicasteis el EP Faithful Songs. ¿Cómo surgió y por qué un EP y no lanzaros ya a vuestro segundo trabajo?
Se puede decir que Faithful Songs fue un EP casual y no causal. No teníamos temas suficientes temas para grabar un largo y David Teichenné quería que estrenáramos su nuevo estudio, Cal Pau (dónde también grabamos Triumph), para poder hacerse una idea de cómo se podía trabajar en él. Nos encontrábamos en un punto de transición a nivel creativo y personal bastante delicado, así que no tenía ningún sentido haber grabado un LP.
¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
El proceso de composición, creación y gestación de un disco es muy largo. Desde que compones el primer tema, pasando por la grabación, edición y presentación de ese trabajo, igual pasa un año. Eso hace que la digestión del disco para la banda, sea muy diferente a la del público. No vamos a negar que estemos fantaseando con algo nuevo, pero lo justo para Triumph será dedicarle un tiempo.