Conejo maldito. Bora Chung.

Diez historias. Diez terrores que se acercan a lo cotidiano. Diez momentos espeluznantes, malsanos, pero al mismo tiempo fascinantes. Eso es Conejo maldito de Bora Chung. La escritora surcoreana sabe condensar en pocas páginas historias que te atrapan desde la primera página. Condensadas en un relato en el que lo sobrenatural se cuela por los resquicios de la realidad y trastoca la vida de sus protagonistas.

Portada del libro de Bora Chung Conejo maldito.

El primer relato es el que da título al libro. Ese conejo maldito, es una lámpara en forma de conejo que causa terribles desgracias a la persona que la posee. Es el primer golpe que te da Chung con sus palabras. Las historias que empiezan como algo cotidiano y normal, se van retorciendo a medida que pasas las páginas. Luego, tenemos una mujer que se encuentra algo en su lavabo que la atormenta. Unas píldoras que provocan el efecto contrario. Una persona que ve en los robots más de lo que el resto de la humanidad. Una princesa que quiere salvar a un príncipe. Criaturas monstruosas que torturan a niños indefensos. Fantasmas que se quedan atrapados. Historias incómodas que te enganchan y no te sueltan. Relatos sobre el pasado, presente y futuro.

En Conejo maldito, Bora Chung coge las armas de lo sobrenatural, de lo fantástico y las utiliza para mostrarnos realidades, sobre todo aquellas que afectan a la mujer, para subvertir el relato. Nos muestra una realidad cruda, aunque la fantasía la salpique por completo. Dicen que la realidad, a veces, supera a la ficción y es cierto. Bora Chung tiene la maestría suficiente para enseñarnos, abriendo una puerta a nuestra alma, como de perverso puede ser el ser humano, sus instintos más crueles y bajos.

No os reveló más. Tenéis que leer Conejo maldito y verlo con vuestros propios ojos. Merece la pena. Estoy esperando ansiosa nuevas historias de mano de la escritora coreana, en su Corea natal ya ha publicado varios libros de relatos y novelas, así que material no les falta. El libro está publicado en castellano por Alpha Decay y la traducción es de Álvaro Trigo Maldonado.

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