Azkena Rock Festival 2023
Otro año más partimos hacia Vitoria-Gasteiz para disfrutar del mejor festival de rock del país. Tres días en los que el Azkena Rock Festival nos llena de buena música, el mejor rock en todas sus variantes y algunos de los conciertos más memorables que hemos visto. Si te gusta el rock, esta es tu cita festivalera anual. Repasamos lo que vimos en estos tres días.
15/06 Primera jornada
El primer día del festival, era a priori, el día más tranquilo, pero tenía potentes actuaciones en el cartel. Abrió sus puertas con la poderosa propuesta de la banda donostiarra Liher, liderados por la cantante Lide Hernando. Les siguieron la mítica banda brasileña Os mutantes, nacidos en los años sesenta dentro del movimiento Tropicália, el grupo mezcla sonoridades propias del país con psicodelia y pop rock. El cantante y guitarrista Sérgio Dias sigue llevando el legado de la banda hacia adelante, acompañado por la voz de Esmeria Bulgari. Sentado mientras tocaba la guitarra, Dias dirigía la banda, mientras Bulgari se hacía con todo el escenario. Un disfrute festivo que nos hizo bailar de lo lindo con temas clásicos como “Tecnicolor”, “Bat Macumba” o “A minha menina”.
Steve Earle se hizo dueño y señor del escenario Respect. Solo con una guitarra acústica, armónica y mandolina, Earle se hizo respetar. Es difícil presentarse con un set acústico y sin banda en un festival de rock, pero poco necesita este experto trovador para hacer con maestría lo que hace y encandilar al público con ello. Ofreció el que fue, sin duda, uno de los conciertos del festival. Sabe emocionar, transmitir y golpearte con su música. La lagrimilla se nos cayó cuando rindió homenaje a su hijo, Justin Townes Earle, tristemente fallecido con su versión del “Harlem River Blues”. La piel de gallina. Sonaron también “Feel Alright” cantada a coro con un público totalmente entregado, “Mr. Bojangles” o “Copperhead Road”, entre otras. Hubo momento de reivindicación en “Coal Country”, una canción que habla de una de las mayores desgracias mineras de los Estados Unidos donde murieron 29 trabajadores. Uno a uno fue recordando sus nombres. Un setlist cuidado y escogido con mimo que nos llegó al corazón.
El Drogas actuó seguidamente en el escenario principal. Con un público coreando las míticas canciones de su banda Barricada, como sino hubiera mañana. Baño de masas total. Le siguió la incombustible Lydia Lunch y sus Retrovirus. Un concierto que fue de menos a más, con una banda pletórica, potente y funcionando como una apisonadora y una Lunch desatada. Su música es poesía irreverente y descarnada. Con cara de importarle todo una mierda, fue una reina gótica sobre el escenario. Su grito recomendándonos hacer “something witchy” se nos quedó clavado y retumbando en nuestros tímpanos el resto de la noche.
El gran grupo de la jornada, y el que todos esperaban, fue Rancid, que ofreció un concierto energético y espectacular, repasando temas nuevos y grandes clásicos de la banda. Siguen siendo uno de los grandes del punk rock y lo demuestran con sus directos explosivos. Los pogos no faltaron y el público coreó sus himnos sin parar como “Tomorrow Never Comes” o “Roots Radicals”. Rancid tiene canciones potentes y redondas que siguen sonando de miedo 30 años después. Canciones como “Time Bomb”, “…And Out Come the Wolves” o “Ruby Soho” sonaron espectaculares y nos dejaron sin aliento.
Monster Magnet cerraron de noche con su música agresiva, rock psicodélico potente y desatado. Dave Wyndorf y los suyos ofrecieron un buen final a la noche de conciertos de la primera jornada, con Lydia Lunch y su banda disfrutando del espectáculo en uno de los lados del escenario.
16/07 segunda jornada
Llegamos cuando empezó la actuación de S8nt Elektrik. El grupo de Los Ángeles está formado por Briana Carbajal (voz), Niko Tsangaris (guitarra solista), London Hudson (batería), Eric Matt (guitarra rítmica) y Jack Kleinman (bajo). Entre el público se oía el comentario típico, es la banda del hijo de Slash, London Hudson para más señas. Esperamos que se puedan quitar ese tipo de etiquetas.
En el escenario God, Cordovas ofrecieron otro de los grandes conciertos del festival. Los de Nashville disfrutan sobre las tablas y nos hacen disfrutar. Bailamos sin parar. Americana, country-rock y un poco de salsa, todo aderezado con unos músicos expertos que se dejan la piel en el escenario y que sabe disfrutar de su propia música. No es fácil conectar a primeras horas de la tarde cuando aprieta el calor, pero está claro que Cordovas venían a ganarnos y así lo hicieron. Benditos sean.
Tras ellos el trío Earthless desataron la furia jam con su música instrumental entre psicodélica y Stoner rock. Canciones para sumergirte y dejarte llevar. Poco después, la jefa tomó el escenario God. Chrissie Hynde y sus Pretender ofrecieron un concierto sólido y redondo de principio a fin. Se la vio suelta y disfrutando, algo que no pasó en el anterior concierto que pude verlos en Cap Roig, el público y el lugar no eran propicios. Pero el Azkena es el sitio ideal para una reina del rock como ella. Pura clase rockera. La banda funciona como una máquina bien engrasada y van cayendo clásicos como “Don’t Get Me Wrong”. El público se desata y disfrutamos de una Chrissie Hynde pletórica, con presencia, voz y carisma a raudales. Es la jefa y no hay duda.
Calexico nos hicieron bailar y mucho con su propuesta fronteriza. Su música aúna raíces muy diversas que casan a la perfección. Sus canciones pueden ir desde el americana, pasando por el country, el mariachi, la música tejana y la cumbia sin despeinarse. Ay, como bailamos con la cumbia. Canciones redondas, un sonido impecable, una banda experta y un Joey Burns lleno de carisma. Otro gran concierto.
Sonaban rumores de suspensión de la actuación de Incubus, la banda había cancelado varios conciertos por culpa de la voz de Brandon Boyd. Por suerte, pudieron actuar. Fuimos afortunados. La banda está en buena forma y el cantante también. Al principio tuve que cambiarme de sitio porque los graves me estaban matando, pero una vez conseguida una posición mejor, el concierto sonó espectacular. Escuchamos temas como “Karma Come Back”, “Privilege”, “Anna Molly” o “Nice to Know You”. También una versión del “Come Together” de los Beatles y por supuesto, fin de fiesta con “Drive”, que no podía faltar. Fuimos afortunados dos días después suspendían varios conciertos de la semana siguiente.
La noche la cerró uno de los conciertos más espectaculares del festival, el de The Soundtrack of Our Lives. La banda no tocaba desde 2012 y esta reunión era una de las más esperadas. Con razón. Era el segundo concierto desde que se reunieron y, madre mía, que bien engrasados están. Decir que fue impresionante, es quedarse corta. No importa que sean las dos de la mañana y ya lleves dos jornadas a cuestas, con su música reviven a los muertos. Ebbot Lundberg y los suyos nos invitan a viajar por la estratosfera hacia otras galaxias con temas como “Galaxy Gramophone”, que abrió el concierto. Nos entró la locura con “Sister Surround” y “Secon Life Replay”. Por supuesto. Mesiánicos, explosivos, desatados, impresionantes. El cierre perfecto de esta jornada. No podía haber acabado mejor.
17/06 Tercera jornada
La última jornada del festival empezó con tormentazo y suspensión de algunos de los conciertos. Por suerte, la lluvia amainó y el Azkena pudo abrir sus puertas con algunos cambios de última hora a causa de los destrozos de la tormenta. El escenario Love se había inundado. A las siete aún seguía lloviendo, pero nada que con un chubasquero y ganas de rock and roll no pudiéramos sobrellevar.
Empezamos la jornada con Amanda Shires cuya propuesta, quizás demasiado intimista para el Azkena, no llegó a calar y menos con la lluvia como protagonista. En cambio, Ana Popovic se ganó al público del festival con su blues de guitarras afilas. Aunque le faltase emoción para mi gusto. Algo muy distinto a lo que veríamos después.
Lo de Lucinda Williams fue impresionante. El concierto más emotivo del festival, de soltar la lagrimilla y de ponérsete la piel de gallina. Tras sufrir un ictus, Lucinda no puede tocar la guitarra, pero cantar, vaya si puede. No solo puede, sino que se deja la piel en ello. Arropada por una banda de altura, Lucinda nos arrancó el corazón de cuajo en el Azkena e hizo con él lo que quiso. Empezó con una maravillosa “Protection” y le siguió una emotiva “Drunken Angel”. A estas alturas ya nos habíamos derretido de gusto, estábamos viendo el gran concierto del festival. No faltó ni uno de sus clásicos desde “Fruits of My Labor”, “Are You Down”, “Joy”, “Essence”. Los cantamos como si no hubiera mañana. Con ella, liderándonos. En “Let’s Get the Band Back Together”, de su excelente nuevo álbum Stories from a Rock n Roll Heart, Lucinda daba palmas al ritmo, animándonos a bailar. Y bailamos. Y ella, cantaba, con esa sonrisa de felicidad en la cara, de saber que la vida te ha golpeado y que aquí estás disfrutando de nuevo de lo que más te gusta hacer: cantar sobre un escenario. Hacia el final nos regaló “Honey Bee” y acto seguido un “Rockin’ in the Free World” de Neil Young que nos quitó el sentido. Lucinda se iba dándonos besos y abrazos, y nosotros ofreciéndole todo el amor del que éramos capaces, deseando que no se fuera y siguiera emocionándonos como lo ha hecho siempre y sigue haciendo y rindiéndonos ante su maestría. Gracias Lu. Eres muy grande.
Tras la gloria de Lucinda, Melvins hicieron un bolo apoteósico, de esos que te revienta los tímpanos. Oficiado por el maestro King Buzzo a la guitarra y las voces, acompañado por el energético Steven McDonald al bajo y la apisonadora Dale Clover a la batería, Melvins arrasaron. En estado de gracia podría definir perfectamente a la banda. En poco más de una hora, Melvins conquistaron el Azkena con su potente y rabiosa música. Ya querrían muchos tener la energía que tiene este trío, incluso la mitad de su energía. Parece que están enganchados a la corriente, una de decibelios endemoniados y músculo sonoro. Nos lo hicieron pasar en grande, la única pega que fuese tan corto.
Iggy Pop era el plato fuerte de la noche. La iguana llegó, vio y venció. Hablando de músicos por los que parece que no pasan los años sobre el escenario, a pesar de renquear y de su edad. Iggy se entrega en los conciertos al 300%. Y el Azkena no fue una excepción. Una banda potente y compenetrada, un repertorio bien equilibrado con temas nuevos y clásicos de toda la vida, unos metales que le dan un toque soul a algunos de sus temas y una actitud revienta escenarios. Así fue el concierto de Iggy Pop. Por supuesto, sonaron “Raw Power” y “Gimme Danger” de los Stooges y el Azkena se volvió loco. Igual que con “The Passenger” o “Lust for Life” y tantas otras canciones suyas que ya son clásicos inmortales del rock. Es Iggy y lo demás no importa.
Me perdí un trozo del concierto de Iggy porque no podía venir al Azkena Cherie Currie y perdérmelo. El concierto de Nat Simmons y Cherie Currie se había suspendido por la tormenta, pero por suerte se pudo recolocar, aunque coincidía con el concierto de Iggy, un numeroso público se acercó para ver a estas dos rockeras de la cabeza a los pies. Una pionera como Cherie Currie y una artista que sigue sus pasos con luz propia como Nat Simmons. La legendaria cantante de The Runaways y la artista española han unido fuerzas para un concierto único. Ofrecieron un repertorio con canciones de Simmons y por supuesto con algunos de los grandes éxitos de The Runaways y del último disco de Cherie Currie, Blvds of Splendor. Currie es una leyenda del rock, una pieza fundamental de su historia. Oirla cantar el “Cherry Bomb” en directo, es como un sueño hecho realidad. Y más coreado por todo el público. Dos mujeres que con su música reinvidican que el rock nos pertenece.
El Azkena terminó con una fiesta, la del rock sin fisuras de Jim Jones All Stars. Una apuesta segura para acabar otro festival más en el que la buena música fue la gran protagonista. Hasta el año que viene.
Fotos de Jordi Vidal y Oscar L. Tejeda