Asian Film Festival Barcelona 2023 (II). Dos tiempos

Aunque están realizadas a miles de quilómetros de distancia la una de la otra, hay varios hilos invisibles que entretejen una sutil relación entre Absence (Wu Lang, China) y Until Tomorrow (Ali Asgari, Irán). Ambas películas están protagonizadas por madres solteras que intentan, como buenamente pueden, salir adelante en un país que, por decirlo de un modo sutil, “no las trata demasiado bien” (paréntesis, eufemismo, guiño, guiño, cierro paréntesis). Además, ambas mujeres mantienen una decisiva carrera contrareloj. Por un lado, Fereshteh, una joven iraní que intenta a toda costa ocultar a sus padres que tienen un nieto. Por otro, Hong, una humilde peluquera que habita en la isla de Hainan y sueña con comprar una casa en la gran ciudad para ella y para su hija antes de que su permiso de residencia caduque y sus ahorros se agoten impidiéndole seguir viviendo de alquiler mientras acaban de construir su (supuesto) futuro hogar.

Pero si hay algo que llama especialmente la atención es que, a pesar de las obvias coincidencias a nivel argumental, ambas historias dialogan con el concepto de tiempo de modos diametralmente opuestos. Mientras Asgari crea una tensión evidente que nos hace empatizar con la protagonista y su angustiosa deriva en busca de un lugar donde ocultar a su bebé durante una noche (el tiempo pasa rápido y cada segundo es crucial), Wu Lang opta por ralentizar e incluso detener el tiempo en una serie de fugas de carácter onírico y reposado. Mientras Asgari concede especial importancia a los diálogos, Wu Lang se lo da a los silencios, que son los que tienen mayor elocuencia. Mientras Asgari construye su historia de modo riguroso, como si de un puzzle se tratara, la continuidad de las escenas en el filme de Wu Lang se genera de un modo más orgánico y sensorial que argumental, la importancia de los hechos pasa en ocasiones a un segundo plano y nos dejamos hipnotizar tanto por las elipsis como por esas imágenes de edificios abandonados a medio construir, metáfora lapidaria de un capitalismo (catastróficamente) fallido del que la mayoría de nosotros acabaremos siendo víctimas en algún momento de nuestras vidas, si no lo hemos sido ya.

Until Tomorrow

En Absence, Hong se reencuentra con Yu (interpretado por Lee Kang-sheng, habitual del cine de Tsai Ming-Liang), un antiguo amante que acaba de salir de la cárcel después de pasar allí varios años y que intuímos puede ser el padre de la niña. En Until Tomorrow, Fereshteh buscará al padre de su hija para pedirle ayuda, a pesar de que su relación no sea especialmente buena. En ambas películas destaca la soledad y fortaleza de sus madres protagonistas, que han de superar los constantes obstáculos y criar a sus hijos sin ayuda. El machismo, la sociedad de control, la precariedad económica y las fronteras se convierten en sus constantes amenazas, en ese impedimento siempre presente que les impide avanzar.

Tanto en el tercer largometraje de Asgari como en la opera prima de Wu Lang hay una clara conciencia de la puesta en escena (ningún plano es casual), y ambos directores hacen uso de códigos y recursos cinematográficos muy concretos que sin duda alguna fortalecen el discurso de sus filmes. Filmes, ambos, que contienen una clara (que no panfletaria) denuncia en segundo plano: de la corrupción inmobiliaria en el caso de Absence y de la discriminación hacia la mujer iraní en el caso de Until Tomorrow.

Absence

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