Dejar el mundo atrás, o un apocalipsis de estar por casa

Imagen del film Dejar el mundo atrás con sus protagonistas

Le tenía muchas ganas a esta película de Sam Esmail, el director que en su día nos conquistó con esa serie tan perturbadora y fascinante que fue Mr. Robot. En especial cuando vi que se trataba de un thriller psicológico apocalíptico, y encima con un reparto excepcional. ¿Qué podía salir mal?

La película es una adaptación de la novela homónima del estadounidense Rumaan Alam. Seguimos las andanzas de una adinerada familia neoyorquina, los Sandford (los padres están interpretados por Julia Roberts y Ethan Hawke), que deciden hacer unas minivacaciones en una casa que han alquilado en una zona remota de Long Island.

Una noche, reciben una visita inesperada. Son un padre y una hija, los Scott (el padre lo interpreta Mahershala Ali). Afirman ser los dueños de la casa y explican su presencia debido a un apagón en la ciudad. Les ofrecen devolverles parte del dinero del alquiler a cambio de que les permitan dormir en la casa. A los Sandford no les parece un gran plan, y ahí empiezan las incomodidades.

Imagen del film Dejar el mundo atrás

La verdad es que los Sandford caen un poco mal desde el principio. La histérica Amanda y el anodino Clay resultan un poco irritantes. Cuando llegan los Scott, Amanda desconfía automáticamente de ellos. ¿Es un tema racial o es paranoia pura y dura? Es difícil saberlo.

Finalmente, duermen todos bajo el mismo techo. Les llegan noticias de un apagón en la costa este de EE UU, que ha causado que dejen de funcionar el teléfono, la televisión y la conexión a internet. Progresivamente, el drama de la desconfianza va dejando paso a la sensación de que algo grave está pasando ahí fuera.

Lo único que me pareció atractivo fueron los momentos de leve surrealismo, que funcionan muy bien y que consiguen evocar el aire perturbador que tal vez debería tener toda la película.

Los personajes resultan un poco indiferentes. Ni siquiera el personaje del magnético Kevin Bacon, que interpreta a un survivalista de manual, logra generar demasiado interés. En realidad, todos los actores parecen tremendamente desaprovechados.

Pero creo que el problema principal es [Spoiler Alert] que el gran conflicto que se está produciendo se queda a las puertas. La catástrofe, sus causantes, las consecuencias… nos quedamos sin saber qué ha ocurrido de verdad, y solo podemos aferrarnos a las elucubraciones de los personajes. El final es un coitus interruptus bastante importante, ya que llega justo en el momento en el que parece que la película va a salir de su ensimismamiento y va a llevarnos a lugares interesantes.

Al final, se queda todo en las puertas, y te deja una sensación como de un episodio prometedor de Black Mirror que quedó inacabado. Si quieres ver una película sobre lo viable que es el fin del mundo, adelante. Pero no esperes que te cuenten cómo será exactamente el fin del mundo.

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