Castlevania. Épica vampírica a raudales.
Estos días me apetece ver animación, así que me he paseado por Netflix siguiendo algunas recomendaciones de amigos (ya os contaré que he ido viendo) o simplemente me he lanzado a lo primero que me ha llamado la atención. Y así he caído en Castlevania. Lo mencionó un amigo en un skype que solemos hacer cada semana para ponernos al día de lo que vemos y decir mucha tonterías.
Vaya por delante que no he jugado nunca al juego Castlevania, me sonaba el nombre pero no sabía muy bien de qué iba a parte de que salían vampiros. He leído algunas críticas de seguidores del juego que están bastante de acuerdo con la adaptación, pero como he dicho, no puedo comparar porque nunca he jugado. Reconozco que no tenía muchas expectativas, ¿adaptaciones de videojuegos? No suelen ser maravillosas precisamente. Pero la primera temporada (llevan tres y ya han anunciado una cuarta) era corta, cuatro capítulos de apenas media hora y además salen vampiros, una de mis criaturas sobrenaturales favoritas. Así que me lancé de lleno. Resultado: Me he visto la serie entera en un fin de semana.
Las temporadas van aumentado de capítulos. La primera de cuatro se hace corta. La segunda tiene ocho y la última diez. Mejor. En la primera descubrimos a los protagonistas y situamos la acción. Valaquia. 1445. Lisa, una joven doctora que quiere aprender ciencia y magia pica a la puerta de, nada más y nada menos que, Drácula para que le enseñe sus conocimientos. Reticente en principio, Drácula acepta enseñarle todo lo que sabe. Acaban casándose, aunque ella seguirá siendo humana y le enseñará a Drácula a ver a las personas como algo más que simples alimentos.
Años después, Lisa Tepes es doctora en un pueblo, pero levanta las suspicacias de la santa madre iglesia que decide acusarla falsamente de brujería y quemarla viva. A Drácula esto no le sienta nada bien y decide vengarse de toda la humanidad por la vía rápida: eliminándola. Para ello desata un ejército de criaturas de la noche que arrasará con todo humano viviente sin piedad ni compasión. Reconozco que esta premisa es bastante Charles Bronson, ¿tiene que morir una mujer para que pasen cosas?
Para combatir este funesto destino, tres personas unirán sus fuerzas. Trevor Bellmont, el último descendiente de una famosa estirpe de cazavampiros. La maga Sypha Belnades, miembro de los Oradores, que guardan el conocimiento de forma oral y el hijo de Drácula y Lisa, Adrian Alucard, medio vampiro y medio humano que piensa que su madre jamás hubiera deseado este destino para la humanidad. Me encanta el trío de protagonistas, sobre todo Sypha porque es una gran maga y tiene poderes a raudales. Sin ella, Trevor estaría perdido. Él es bastante brabucón y lo suyo es la fuerza. Sypha tiene fuerza y conocimiento, para mí es la ganadora. Adrian es un vampiro bastante inusual que encima lucha contra su propio padre.
Castlevania mejora con cada temporada. La primera es una presentación de situación y de personajes. La segunda y sobre todo la tercera, es donde se desata toda la acción de esta funesta guerra, que irá incluso más allá del propio Drácula y de Valaquia. En la serie hay vampiros, criaturas demoníacas, magas y magos, humanos aterrorizados, fanáticos religiosos, cazavampiros, vampiras despiadadas, humanos con el poder de forjar criaturas del mal. Lo tiene todo para entretener. Eso es lo que me hacía falta para desconectar y lo he conseguido.
Me ha gustado especialmente la animación, el diseño de los personajes, los mundos que aparecen en Valaquia tanto el impresionante castillo de Drácula, como el reino de Styria de donde procede la malvada Carmilla. En especial, me ha parecido interesante ese cuarteto de vampiras que gobiernan allí. No desvelo más. Pero tener tantos personajes femeninos poderosos mola. También tiene una ambientación de decorados muy cuidada: los diferentes pueblos y aldeas por los que se mueven los personajes están muy conseguidos.
La única pega grave que le pongo a Castlevania es que en la tercera temporada hay dos escenas de sexo, que no habían aparecido en las anteriores temporadas, nada sutiles y muy subidas de todo, siempre desde el punto de vista masculino, por supuesto. Mucha teta puesta ahí precisamente para eso, atraer al público masculino. No hacía falta. No aporta nada a la acción. Más cuando en las anteriores temporadas no se veía nada del estilo, creo que lo podían haber resuelto de otra forma. ¿Quizás han querido emular a Juego de Tronos? Muchos mencionan la última temporada como la más cercana a la famosa serie. Por lo demás, esto no es arte y ensayo, es pura diversión vampírica. Así que si os apetece hincarle el diente, ya sabéis.