Wonder Woman: por fin, la gran superheroína en pantalla grande
DC ha dado en el clavo en las pantallas del cine. Lo ha hecho con nada menos que una protagonista femenina y en una película además dirigida con acierto por una mujer, Patty Jenkins. La recordaréis como directora de Monster, protagonizada por Charlize Theron y que le valió un Oscar. Los últimos intentos cinematográficos de DC fueron un verdadero fiasco, El Escuadrón Suicida por ejemplo. Así que las expectativas eran altas. Ya tuvimos una previa del personaje de Wonder Woman en la espantosa Batman v Superman: El amanecer de la justicia, podéis leer mi reseña aquí. Lo único que se podía salvar de aquella película era la aparición de Wonder Woman. Nos puso los dientes largos y estábamos deseando que llegase la hora de que la superheroína por excelencia fuera la gran protagonista de la acción. Pues bien, esa hora ha llegado. Y nada mejor que acercarnos al Phenomena, unas cuantas amigas y yo, para deleitarnos con la primera película protagonizada por la gran superheroína del universo DC y de la historia de cómic.
75 años después de su nacimiento, la gran pantalla acoge la historia de Diana, princesa de Themyscira. La primera película en condiciones protagonizada por una superheroína. No contamos Elektra ni Catwoman por ser infumables no, lo siguiente. Wonder Woman como película tiene muchos aciertos. El más importante de todos, la elección de Gal Gadot. Sin duda, ella es Wonder Woman y ha sabido encarnar a la perfección a la superheroína. Prueba superada y con muy buena nota. Ya le gustaría a Ben Affleck, cuando se embuta el traje de Batman, tener la mitad de la mitad de la mitad del carisma que tiene Gadot. El segundo acierto es un buen guión. Sin esa base no hay película que se aguante y esta lo hace. La historia es amena y entretenida. A pesar de que nos cuenta muchísimas cosas. Son más de dos horas de metraje que no se hacen pesadas sino que mantienen muy bien el ritmo. Un acierto de guión y de directora, que ha sabido recrear la historia del personaje sirviéndonosla como lo que es, un buen cómic de aventuras con trasfondo bélico.
En la película descubrimos a una Wonder Woman niña criándose en Themyscira, su madre Hipólita (Connie Nielsen) protegiéndola y su tía Antíope (espectacular Robin Wright) entrenándola en secreto. Una niña de arcilla a la que Zeus insufló vida. Una mujer que se ha criado en una sociedad de mujeres guerreras, que viven en paz y protegen esa paz contra el peligro que representa el dios de la guerra, Ares. Esa es su misión en el mundo. Pero hace tiempo que no hay señales de vida del dios y viven aisladas en su isla paraíso, alejadas del mundo y de la realidad de la guerra que acecha al planeta. Cuando el avión de Steve Trevor se estrella contra Themyscira y Wonder Woman le rescata, sabe que tendrá que marcharse de aquel paraíso en el que ha vivido toda su vida y enfrentarse a un mundo desconocido con una misión: salvar al mundo.
Es un acierto también que la acción se sitúe durante la primera Guerra Mundial, aunque el personaje en sus inicios en el cómic luchaba contra los nazis de Hitler. Nos aleja de una realidad cercana. Las guerras son todas iguales, cruentas, injustas e innecesarias. Esa es la lección que Wonder Woman intenta enseñar. En esta película se mezclan varias historias y arcos de la vida de la superheroína, pero se hace de tal manera que todo encaja. Y además lo hace mostrando a una mujer poderosa, que se sabe valer por sí misma, que es capaz de lo imposible. Es de agradecer que por fin se muestre a una mujer guerrera luchando y ganando batallas. La escena de su salida de las trincheras es simplemente espectacular. Te pone la piel de gallina. La pelea de la Amazonas es una coreografía perfecta de fuerza femenina. Porque sí, las mujeres pueden ser guerreras. Después de haber leído cómics desde mi niñez y haber visto todas las películas de superhéroes que he podido, no puedo evitar emocionarme al ver un personaje tan potente en la gran pantalla. Esta es la Wonder Woman que me habría gustado ver de adolescente en el cine. Que la película haya batido récords de espectadores solo viene a confirmar que las películas con protagonistas femeninas tienen tirón y si son superheroínas más aún.
En Wonder Woman, Patty Jenkins ha sabido combinar la dosis justa de acción, aventuras y emoción. A parte del acierto de Gal Gadot, el reparto se completa con un Chris Pine entre divertido y romántico que representa el mejor ideal de la humanidad con ese espía a la antigua que interpreta y sus ideales sobre el ser humano. El equilibrio entre ambos personajes logra hacerlos reales y creíbles, algo que ayuda a la trama. Le acompañan también la divertida Etta Candy (Lucy Davis), lástima que aparezca tan poco, y la patrulla que acompaña a Steve y Diana en su intento de salvar al mundo: Sameer (Saïd Taghmaoui), Charlie (Ewen Bremner ) y el Jefe (Eugene Brave Rock ) que aportan ligereza y comicidad a la película. Los malos por supuesto son de envergadura: el gran Ares, un militar alemán megalómano interpretado por Danny Huston y una sádica Doctora Veneno o Doctora Maru, interpretada por Elena Anaya.
La única pega que le veo es quizás los últimos minutos de la película de lucha encarnizada entre Ares y Diana, un poco largos. Por lo demás, un buen comienzo para una nueva saga. ¡Larga vida a Wonder Woman en el cine! Esperamos con ansia una segunda parte, aunque antes nos llegará La Liga de la Justicia prevista para estrenarse a finales de este año. Y tendremos que soportar de nuevo a Affleck mancillando el nombre de Batman. Los amantes de los cómics estamos acostumbrados a sufrir en el cine. Aunque a veces, tenemos suerte, películas como Wonder Woman son prueba de ello.