Visto en el D’A 2015 (III): ‘Bird people’, de Pascale Ferran. El arte de sobrevolarlo todo

1.GARY

El avión en el que viaja Gary Newman aterriza en el aeropuerto Charles de Gaulle. Otro viaje de negocios con Dubai como destino final. Uno más que añadir a la lista. O puede que no. Porque tal vez sea este el momento de un cambio. Tal vez sea ese momento de la vida en el que te das cuenta de que no eres feliz, de que estás desperdiciando tu tiempo y tu libertad. Ese momento en el que tomas conciencia de que no eres más que un canario enjaulado cuando podrías ser un gorrión que volase libre. Ese momento en el que te percatas de que no necesitas vivir en una jaula de oro, de que ya no quieres a tu pareja, de que aborreces tu trabajo y de que el dinero, en contra de lo que solías creer, no es la respuesta a todos los problemas.

Gary se hospeda en el Hotel Hilton, junto al aeropuerto; uno de esos no-lugares de transición en los que nadie quiere quedarse más tiempo del estrictamente necesario; en los que las rutinas están estipuladas de antemano y no hay espacio para los imprevistos. Llegar, identificarte, pagar, subir tus maletas, dormir. Marcharte dejando un leve rastro en la habitación que una eficiente empleada limpiará al día siguiente a partir de las diez de la mañana.

Pero Gary no quiere ir a Dubai, no quiere continuar con su vida. Al menos, no con la vida que ha llevado hasta ahora. Por eso decide imponer un punto de inflexión drástico. Decirle a los socios que lo deja. Decirle a la mujer que todo ha terminado, que hace mucho tiempo ya que las cosas dejaron de tener sentido. Le cuesta argumentar las razones, pero sabe que es un impulso que no desaparecerá con el tiempo, sino que se convertirá en una necesidad imperante a la que tarde o temprano tendrá que obedecer. Porque Gary (al igual que Audrey, discreta y metódica empleada que limpiará su habitación), aunque todavía no lo sabe, no es un humano cualquiera sino que en realidad es un pájaro, un gorrión que quiere descubrir el mundo que hasta ahora le ha sido negado.

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2. AUDREY

Audrey Camuzet viaja en tren, como cada día, hasta el hotel en el que trabaja. Calcula mentalmente los minutos que tarda en llegar hasta allí. Cada día, cada semana, cada mes, cada año. Escuchamos sus pensamientos y también los del resto de viajeros. Polifonía de cavilaciones para matar el tiempo. Triviales unas, trascendentes otras. Algo hay que hacer en los espacios de transición, en los tiempos muertos. Pensar, dormir, tal vez soñar.

Audrey llega al hotel. Se viste con su uniforme de trabajo y se dispone a limpiar habitaciones. Reponer toallas, cambiar sábanas y borrar el rastro de clientes como Gary; que pasan por el hotel sin la menor intención de quedarse.

Audrey no quiere seguir limpiando habitaciones ni que su jefa le obligue a hacer turnos extra. No quiere seguir siendo otro ser humano más, de esos que se dejan dominar por el espacio circundante, como si éste fuese un cáncer terminal contra el que nada se puede hacer. Porque Audrey, lo que quiere, es sobrevolar el aeropuerto sin necesidad de subir a un avión, vivir otra realidad diferente a la impuesta, convertirse en una obra de arte o sentir cómo se acelera su corazón ante lo desconocido. Cualquier cosa antes que el aletargamiento crónico. Cualquier cosa antes que dejarse vencer por la inercia, la rutina y las imposiciones de la sociedad. Es por eso que la única solución pasa por convertirse en un gorrión y sobrevolar el aeropuerto mientras suena Space Oddity, de David Bowie. Sentirte como ese astronauta ficticio llamado Tom y desafiar a las leyes de la gravedad, a las leyes de la sociedad, a las leyes que usualmente acatamos sin saber muy bien por qué.

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La directora Pascale Ferran propone en Bird People un emocionante viaje en clave de fábula onírica. Sobrevolar aeropuertos, ciudades, continentes, mundos. Todo esto con el fin de recordarle al espectador que, aunque a veces pueda parecer lo contrario, la posibilidad de la libertad sigue estando ahí. Agazapada, a la vuelta de la esquina. Que cualquier persona puede tomar la decisión de convertirse en pájaro y echar a volar. Así, de repente, sin más preámbulos.

Foto 3

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