Víctor López, Tambores y paisajes

Víctor 3
Víctor López, Tambores y paisajes
Club Cronopios
25 de enero

Conocí a Víctor López hace ya unos años, en ese maravilloso refugio del underground poético de Barcelona que era La Papa. Desde el principio, me impactó su presencia escénica, su voz y el ritmo con el que recitaba. Su forma de leer en el escenario siempre me hizo pensar en la energía de la Generación Beat, pero en versión mejorada.

Su poesía ha ido evolucionando por un camino muy interesante, profundizando cada vez más en el misticismo, en la verdad, en la transcendencia. Y como nota al pie, debo decir que no utilizo a la ligera estas palabras (misticismo, verdad, transcendencia), sino con toda su carga. Porque el camino de Víctor lópez es un camino de genuina profundidad. Y lo mejor del caso es que nos lleva a todos con él.

victorEn los últimos años le ha añadido a la palabra una dimensión sonora, que la complementa y la ensalza. Armado con su loop, graba voz, tonos, susurros y ritmos y los sobrepone en directo.

Esta semana pude asistir a una de las sesiones (ya no se le puede llamar recital) que hace de vez en cuando en el Club Cronopios.

Estas sesiones exploran un universo sónico poblado por ritmos y texturas fascinantes, que te invitan a entrar en un estado meditativo. Y tu papel en este ritual es entregarte al ritmo, entrar ahí, participar de su trance. Porque hay trance.

Por recurrir a una barbaridad de esas que tanto me gustan, me atrevo a decir que Víctor López es a la poesía oral lo que el stoner rock a la música.

Y una vez estás dentro de ese trance, oyes una voz que podría ser tu subconsciente, tus ancestros, tus deseos, tus diablos… Una voz que te habla de elevación, de luz sobre el cráneo, de esferas de conocimiento. Preguntas, respuestas, exploraciones, máximas, desvelamiento, camino. Todo esto y más.

¿Quién es el rostro del amor supremo? 

Por el camino, Víctor te acompaña con palabras como estas. Y lo hace con aplomo, con savoir-faire, con flow. Imagina por un momento a Allen Ginsberg recitando acompañado por Dead Can Dance. Algo así, y a la vez algo totalmente distinto.

víctor 2Recibo la luz del sol, la proceso y la devuelvo.

La sesión Tambores y paisajes es una hora de percusiones del universo, de invitaciones al conocimiento. Es como ver a un bailarín derviche dando vueltas sobre su eje. Solo que el movimiento se hace con la mente.

Eres lo que das.

Te recomiendo encarecidamente que te hagas con su último libro99 oportunidades para el gozo (Ed. Amargord), que va acompañado por un CD con este universo encapsulado.

Recuerda que más allá de ti mismo es aquí dentro.

Ven. Siente. Expándete. Deja que te acompañe. Escucha este muecín que anuncia que estamos aquí. Enciende una hoguera. Descubre los tambores. Entrégate a los paisajes.

Que la belleza sea lo primero. 

 

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