Viajando con Henry Rollins

Se puede viajar de muchas maneras, algunas incluso sin salir de casa: con un libro en la mano o mirando una fotografía por ejemplo. Y eso es lo que hicimos los que asistimos al Travel Slideshow de Henry Rollins en el Ondaatje Theatre de la Royal Geographical Society de Londres hace unos días. Un lugar muy adecuado para que Rollins nos explicase sus aventuras como viajero incansable, que mejor que un espacio en el que se venera a los exploradores que abrieron el mundo a nuestros ojos. Como dice la canción: caminante no hay camino, se hace el camino al andar. Y esta podría ser la máxima que aplica Henry Rollins a sus viajes. Un caminante que se sube a un avión gran parte del año para recorrer el ancho mundo y que deja que este se abra ante delante suyo para mostrarle cosas que de otra manera jamás hubiera conocido. Sin miedo a la aventura, sin preocuparse por los inconvenientes pero teniendo muy claro a dónde va y lo que va a hacer, mr. Rollins se calza la mochila con todo lo necesario para descubrir nuevos horizontes y descubrírnoslos de paso a nosotros. Hasta ahora lo había hecho a través de sus libros, tanto los que recuentan sus viajes y sus tours musicales cuando era cantante de Black Flag y posteriormente con su banda Rollins Band, como los que le llevan con sus show de spoken word alrededor del mundo. Pero más interesantes aún que estos, que lo son y mucho, son los viajes que le han llevado a recorrer gran parte del globo en su afán por descubrir otros lugares, otras realidades y abrir puertas para entender el mundo tal y como lo conocemos.

 

Henry Rollins Travel Slideshow Londres

 

Dentro de ese afán por mostrarnos partes del mundo que difícilmente conoceremos, Henry Rollins ha presentado su nuevo Travel Slideshow. Una variante de sus spoken word en el que, a través de fotografías que él mismo ha realizado en sus incontables viajes, nos abre numerosas ventanas al mundo. Viajamos con él por Corea del Norte, Irán, Siria, la Antártida, Vietnam, Uganda, Mali, Nepal, Afganistán y un sinfín de destinos más donde nos invita a helarnos de frío en el Transiberiano, escuchar la música del festival del desierto en Mali, descubrir los efectos de la tragedia de Bhopal, visitar el Nepal ocupado por China, experimentar el maravilloso olor del guano de pingüíno en la helada Antártida, sufrir el marcaje de los guías nordcoreanos o subirnos en un helicóptero militar para sobrevolar Afganistán. Todo ello lo vivimos a través de sus fotos, de lo que significaron esos momentos para él y lo que expresaban las caras de sus protagonistas. No esperéis ver grandes paisajes, aunque alguno hay, a Henry le gusta la gente, sus vidas, sus expresiones y sus emociones, le gusta perderse en un país que no conoce de nada y hablar con sus habitantes, con los que lo viven día a día y lo experimentan en carne propia, descubrir al fin y al cabo, su realidad. Una de primera mano, cercana y sincera.

 

Situado esta vez a un lado del escenario y mostrando foto a foto sus aventuras, Rollins hace que las experiencias de las personas se conviertan en las protagonistas, que nos lleguen sus historias a través de sus imágenes. Aunque por supuesto, él sigue siendo la voz del relato y sus experiencias son también las que nos marcan, ya que vemos el mundo a través de sus ojos y sus palabras. Casi tres horas de charla, divertida a rabiar, es imposible no mearse literalmente de la risa con sus explicaciones. Pero igual que es imposible no divertirse escuchándolo, tampoco lo es salir de allí con la conciencia removida y reflexionando sobre todo lo que nos ha contado. También te entra el gusanillo de coger el primer avión que veas y descubrir otros sitios a parte del sillón de casa y la tele a los que la gran mayoría se aferra con tanta pasión. El mundo es enorme, diferente, a veces hostil pero también puede ser una experiencia enriquecedora, una que te cambie y te haga vivir de una forma diferente. Las historias de Rollins te abren una puerta por la que puedes entrar si quieres, una que te descubrirá otro mundo más allá de tu realidad y tu zona de confort. No hay que tener miedo a descubrirlo. Al contrario, dejemos la puerta abierta para que nos sigan llegando estas historias e imágenes que nos hacen viajar sin movernos de la silla. Aunque recomiendo encarecidamente que esa silla esté de vez en cuando pegada al fuselaje de un avión. Todo un acierto este nuevo formato de sus shows. Sigamos viajando con sus historias y sus fotografías.

 

Foto: Cris Gallego

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