SITGES 2016: 24 potenciales elementos para construir una película realmente fantástica

Realizar un recorrido por (algunas de) las películas presentadas en un festival de la envergadura de este que nos ocupa es, como poco, una tarea titánica. Sobrevivir al ritmo de las proyecciones y eventos casi una proeza. Escribir acerca de las películas sin apenas tiempo para la reflexión, un acto arriesgado y un tanto imprudente que, sin embargo, no podemos dejar de hacer, ya que nuestra naturaleza nos obliga a emitir juicios constantes y apresurados incluso sabiendo que muchos de ellos pueden ser rebatidos con relativa facilidad y sólidos argumentos.
A veces nos dejamos influir por opiniones ajenas (para qué negarlo), y otras, nos alejamos de ellas colocándonos en un lugar diametralmente opuesto al de la opinión generalizada y defendiendo las virtudes de ciertas películas que han pasado injustamente desapercibidas para el resto de la crítica. Con demasiada frecuencia nos invade una cierta frustración provocada por la creencia de que nos hemos perdido una obra maestra al arriesgarnos y optar por ver un filme que nos ha decepcionado profundamente, nos sentimos estafados al seguir la recomendación de ciertas personas con las que solemos comulgar, el agotamiento (tanto el físico como el mental) nos puede y perdemos la capacidad de valorar la complejidad o el riesgo de la sexta película del día. Nuestra mente y nuestro cuerpo querrían comportarse de otro modo y dar a todos los films las mismas oportunidades, pero somos conscientes de que esto no es más que una irrealizable utopía, porque, a pesar de nuestro empeño, tenemos algunos (bastantes, muchos, tal vez demasiados) prejuicios, y los conocimientos y experiencias adquiridos a lo largo de nuestra vida van a influir en nuestros veredictos, lo queramos o no (¿es acaso posible una opinión al margen de todo esto?). Sabemos que lo que estamos transmitiendo al plasmar todo esto en palabras no es más que nuestra poco humilde opinión, pero intentamos dotar a nuestros argumentos de unas connotaciones asertivas, de una seguridad incuestionable que no permita dudas acerca de nuestra autoridad.
Una vez dicho todo esto no me queda más que emitir algo semejante a una opinión respecto a las películas vistas, pretendiendo de algún modo transmitir al lector las sensaciones vividas durante algunos instantes concretos. O tal vez quepa la posibilidad de plantear otra cosa, de narrar algo más parecido a una historia, pero no una historia convencional, de esas con planteamiento, nudo y desenlace, sino una historia caótica y algo deslavazada, como es la vida en realidad; una historia plagada de elipsis, incoherencias, anacronismos y cambios arbitrarios de puntos de vista. Una historia patchwork, una historia frankenstein, una historia en la que el todo querría llegar a ser algo más que la suma de las partes. Una historia en la que el lector será el único encargado de elegir los ingredientes que la conformen.
Los personajes
A) Yoko, la mensajera interestelar de The Whispering Star (Sion Sono, 2015), que se encarga de repartir paquetes a los pocos, poquísimos seres humanos que quedan esparcidos por el universo. Paquetes que contienen objetos aparentemente irrelevantes excepto para aquel que los recibe. Yoko, que comparte su tiempo, sus rutinas y su soledad con alguien (o mejor dicho, algo) que determina el rumbo de su nave y también el de su vida.
B) El protagonista sin memoria de Remainder (Omer Fast, 2015), que persiste en la minuciosa reconstrucción de su pasado creando con su empeño una realidad paralela con fuga de Bach al fondo, orquestada de manera minuciosa y repetida una y otra vez, con ínfimas variaciones, hasta la inevitable llegada del climax narrativo.
C) El norteamericano enajenado de Desierto (Jonás Cuarón, 2015), armado con su rifle, acompañado de su perro, disparando a los inmigrantes de modo arbitrario, como quien juega a un lúdico videojuego para matar ese tiempo que nunca parece acabarse. Convencido a más no poder de que su religión es la única verdadera y de que hay gente que merece morir por el único motivo de no haber nacido en su mismo lado de la frontera.
D) El ex–gangster protagonista de Mr Six (Guan Hu, 2015). Alguien con principios, de moral férrea, educado, chapado a la antigua y defensor de las viejas costumbres. Alguien que intentará demostrar que la violencia no siempre es la solución, a pesar de lo que pueda parecer en los tiempos que corren.
Los objetos
A) Las innumerables lápidas que intentan hacer recuento de muertes en Alipato, the Very Brief Life of an Ember (Khavn de la Cruz, 2016), alucinada y colorista pesadilla fílmica ambientada en una Manila futurista devorada por la podredumbre matérica y la putrefacción moral.
B) El inerte dedo de la hermana de Justine en la película Raw (Julia Ducournau, 2016), recién cortado por accidente y convertido de manera improvisada en suculento manjar que despertará los más bajos instintos de una adolescente que hasta el momento se creía vegetariana.
C) Los omnipresentes aparatos de radio que constantemente aparecen en Sam Was Here (Christophe Deroo, 2016), detonadores de una desértica y opresiva pesadilla en medio de ninguna parte.
D) El lienzo maltratado a conciencia por Sion Sono en la primera secuencia de The Sion Sono (Arata Oshima, 2016). Lienzo que deviene metáfora del ser humano, empezando su vida como ser puro e incorrupto que devendrá inevitablemente mancillado por las manos del director y el transcurso de la vida.
Los lugares
A) El opresivo bosque por el que se pierde el personaje interpretado por Gerard Depardieu en The End (Guillaume Nicloux, 2016), ese bosque que nos pone a prueba y hace aflorar todos nuestros miedos, ese bosque que nos hace ver quiénes somos en realidad.
B) El vientre materno en el cual se desarrolla la trama de Tenemos la carne (Emiliano Rocha Minter, 2016), construído a base de cartón, precinto y bajos instintos. Un lugar oscuro, húmedo y lúgubre. El lugar al que llegan los protagonistas, ¿o acaso el lugar de dónde vienen?
C) El internado de The Silenced (Lee Hae-young, 2015): exclusivo, único, alejado del resto del mundo. Un lugar en el que aceptar las normas no implica sobrevivir, pero en el que desafiarlas implica un gran riesgo.
D) El (aparentemente) anodino parque en el que Gloria, la desubicada protagonista de Colossal (Nacho Vigalondo, 2016) descubre que, si no pone al menos un poco de orden en su vida, un monstruo de desmesuradas proporciones acabará devastando la ciudad de Seúl.
Los sucesos
A) La disección que se convertirá en el desencadenante de innumerables desgracias en La autopsia de Jane Doe (André Ovredal, 2016), demostrando que la muerte no es más que el principio, ya que lo peor viene justo después.
B) El interminable, angustioso y finalmente interrumpido exorcismo de The Wailing (Na Hong-Jin, 2016), la rítmica música que lo acompaña, el trance, la locura, la posesión y la batalla perdida contra los demonios, tanto propios como ajenos.
C) Las corrosivas conversaciones de Trash Fire (Richard Bates Jr, 2016), que demuestran a la perfección que una familia también puede ser un contenedor de odio inflamable preparado para explotar en cualquier momento.
D) La pérdida del último tren de la temporada en un pequeño pueblecito costero, que transformará a la anciana protagonista de Louise en hiver (Jean_François Laguionie, 2016) en una suerte de Robinson Crusoe capaz de sobrevivir durante un año en completa soledad (o casi).
Las relaciones
A) La historia de amor entre los protagonistas de Are we Not Cats. Porque es necesario tener algo en común con el otro para poder empatizar. El interés por los mismos libros, la emoción ante las puestas de sol o tal vez la obsesión por comer pelo humano, una afición como cualquier otra.
B) La alambicada relación de las protagonistas de The Handmaiden, falsa doncella y elegante señora que creen tener claras sus prioridades hasta que el devenir de los acontecimientos les demostrará lo contrario.
C) El breve y precoz romance entre Milo y su vecina en The Transfiguration (Michael O’Shea, 2016). Él, adolescente marginal obsesionado con el realismo en las películas de vampiros, luchando constantemente contra sus instintos. Ella, fan de la saga Crepúsculo, dejándose llevar sin saber muy bien las consecuencias.
D) La relación que establecen los protagonistas de La Región Salvaje (Amat Escalante 2016) con ese inquietante monstruo tentacular, capaz de provocarles algo que hasta entonces nunca habían sentido, capaz de transportarles a otro lugar, capaz de hacerles sentir un inenarrable placer, capaz de…
Las sensaciones
A) El hermoso (y no sabemos si voluntario) homenaje de Sion Sono a Las amargas lágrimas de Petra Von Kant en Antiporno y la polémica que, tanto él como Park Chang Wook han despertado con sus películas. Los incontables debates en torno al feminismo, al machismo, las lecturas de género, lo firme de algunos posicionamientos frente a lo voluble de casi todas las interpretaciones.
B) La indescriptible sensación, a medio camino entre la angustia y el saudade, provocada por la dulce y melancólica mirada de la solitaria Francisca, personaje interpretado por Kika Magalhaes en The Eyes of my Mother. La mirada de alguien capaz de matar de modo arbitrario sin apenas inmutarse.
C) La angustia creciente que nos provoca el ir descubriendo poco a poco la personalidad del protagonista de Autohead (Rohit Mittal, 2016), un conductor de rickshaw aparentemente normal que acabará pareciéndose al Travis Bickle de Taxi Driver mucho más de lo que nos podríamos imaginar.
D) La claustrofobia que consigue provocar el mexicano Daniel Castro Zimbrón en Las Tinieblas (2016), con tan solo una vieja cabaña y un bosque sumido en la bruma como únicos escenarios donde transcurre la acción.