Núria Graham. Living Room Concerts

 

Hay conciertos que sabes que serán mágicos desde el segundo 1. Este fue uno de ellos. La intimidad y la cercanía que dan los conciertos en una casa es difícil de superar. Ahí, en las distancias cortas, es cuando se ve la pasta de la que están hechos los músicos. Es una experiencia que recomiendo a cualquiera que le guste la música, que la sienta y la viva, que la respire. Había muchas ganas de ver a Núria Graham así de cerca. No sólo por escuchar su increíble voz o su espectacular forma de tocar la guitarra, sino por la madurez de sus letras y composiciones musicales. Que alguien con 21 años tenga tal maestría musical sorprende, pero cuando has mamado música desde que tienes uso de razón, lo entiendes todo. Se nota, se siente. A Núria Graham ya la había visto en directo varias veces, con la eléctrica colgada y con banda. Esto es diferente. Poder vivir las canciones de una manera tan desnuda y directa, te hace sentir la música de una forma única.

 

núria graham

 

En este tipo de conciertos se crea un ambiente especial. El lugar, los anfitriones, el público y la artista sienten una comunión que viene dada por la proximidad y la sencillez de la propuesta, pero también por las emociones que la música provoca. A veces contienes la respiración de la emoción, miras embobada como Núria coloca los dedos sobre el mástil de la guitarra, observas curiosa como afina su guitarra a veces con el afinador pero la mayoría de oídas. Todos los detalles se viven. Los momentos que se crean son únicos. Alguien como Núria además ayuda a crear ese ambiente. Se quitó los zapatos para sentirse más cómoda. Pidió permiso. Se sentía como en casa. Núria tiene carisma, modestia, sencillez y encima tiene un talento impresionante. Divertida e informal, contaba anécdotas sobre las canciones, nos explicaba como las compuso, de qué hablaban, por qué las incluyó en el disco. Como estableciendo una conversación con nosotros, hablándonos de tú a tú, algo que en un concierto en una sala muchas veces se pierde.

 

Para la ocasión además presentaba su nuevo y reciente disco Does It Ring a Bell? Durante el concierto nos desgranó muchas de las canciones que forman parte de él. El primer tema de hecho fue el que abre el disco “Bird Hits Its Head Against the Wall”. También pudimos escuchar “Peaceful Party People From Heaven” o “Marianne”, el segundo nombre de Núria. Nos contaba la anécdota de cómo lo recibió de su abuela en el registro civil y cómo lo ha adoptado y hecho suyo, aunque en un principio no le gustaba. Del nuevo disco también sonaron “ Sinner” que no entró en el anterior pero en esté sí. Encontró su sitio. “Smile on the Grass” y “Cloud Fifteen” fueron otros de los temas que repasó de Does It Ring a Bell?. Pero también pudimos escuchar varias canciones que aún no ha grabado como “Dreaming of a failure”, “No Newness” o “The Estable”, una canción que ella mismo afirmó más positiva, tras el tono más oscuro de su último disco. Escogiendo las canciones a medida que tocaba, según el momento, la guitarra que usaba o las ganas que tenía. Un setlist impecable e improvisado de una artista que domina lo que hace a la perfección. Evidentemente, no podíamos dejarla marchar sin regalarlos alguna canción más, recuperó “Dark Past” de su anterior trabajo Bird Eyes. No nos cansábamos de escucharla. Después pudimos charlar animadamente con ella. Es lo que tienen este tipo de conciertos tan cercanos. El 19 de enero toca presentando su último trabajo en L’Auditori y sospecho que muchos repetiremos. No os lo perdáis. Núria Graham no es una promesa, creo que eso ya lo ha pasado con creces, es un talento nato que llegará muy lejos. De lo mejorcito que ha producido esta tierra musicalmente. Afortunados nosotros que la hemos podido disfrutar así.

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