My Neighbour Sky, o como Andrés Corchero y Oguri embrujaron la Fundació Miró
El fin de semana pasado, tuvimos el privilegio de ver de muy cerca a dos monstruos de la danza contemporánea y el butoh, Andrés Corchero y Oguri. Estos dos bailarines y coreógrafos presentaron ‘My Neighbour Sky’ hace ya unos años en el pabellón Mies van der Rohe.
La semana pasada nos regalaron su particular diálogo, dentro del marco del Festival Grec de Barcelona, en una versión adaptada y personalizada para el espacio: la terraza de la Fundació Miró donde se encuentra la escultura ‘Lluna, sol i una estrella’.
Andrés Corchero y Oguri se conocieron en la compañía del mítico Min Tanaka, que en sus talleres de la disciplina Body Weather invitaba a concebir el cuerpo como una fuerza de la naturaleza, un elemento ‘omni-centrado, antijerárquico y profundamente sensible a los estímulos externos’ (fuente: Wikipedia).
Una terraza privilegiada sobre la ciudad. El atardecer. Una colección de sillas para un público tan reducido como afortunado. Sillas de esparto en el agua. Dos figuras estáticas sentadas, con una piedra en la cabeza, junto a una escultura de Joan Miró. 3, 2, 1… magia.
Las figuras se levantan con la lentitud de un paisaje, conscientes de que su movimiento tiene sentido por sí mismo y en relación con el del otro. Como las ramas de un árbol al viento, que no tienen prisa.
Poco a poco, las dos figuras se acompañan, se refuerzan, se exploran, se acercan, se arrastran. hasta devenir uno. Sístole, diástole. Todo se rompe y todo se recompone. Todo fluye, en una narración abstracta que no tiene ansias de explicar sino de elevar, que no quiere mostrar sino hacer partícipe. Un elemento de la naturaleza que te invita a seguir vivo.
Algo así, o algo totalmente distinto, es lo que vivimos en la terraza de la Fundació Miró. Todo ello acompañado por algunas voces en off y con la música en directo sutil y evocadora de Nuno Rebelo, que acabó haciendo una percusión minimalista arrastrándose por el suelo al ritmo de In the neighborhood de Tom Waits.
En definitiva, una verdadera obra maestra. Gracias.
