Humoristas en París, que no paren las risas

Imagen del especial de Netflix Humoristas en París

Si te das un paseo por Netflix y te fijas en la cantidad de especiales de comedia de calidad que hay disponibles, estarás de acuerdo en que el mundo del stand-up está en un buen momento.

Hoy queremos hablaros de una serie de ficción dedicada a ese mundillo. Se trata de Humoristas en París (Drôle, en francés), dirigida por Fanny Herrero. La serie sigue las andanzas de cuatro humoristas principiantes que tratan de triunfar en el circuito parisino de la comedia.

La serie empieza con un chico que recorre París en bicicleta haciendo entregas para un servicio de comida a domicilio. Se trata de Nezir (Younes Boucif), repartidor durante el día y aspirante a cómico por la noche. Durante el reparto se encuentra con su amiga Aïssatou (Mariama Gueye), que va por la ciudad pidiendo permiso para colgar carteles de su próximo espectáculo. Más tarde, los dos acuden al Drôle, el club de la comedia donde actúan cada semana: la cantera de nuevos talentos de la ciudad. Allí se encuentran con Bling (Jean Siuen), cómico establecido que regenta el local.

Mientras se prepara la alineación para la noche, se empiezan a forjar las historias de cada uno de los cómicos. Los principiantes pelean por pulir su técnica y darse a conocer. Otros tratan de dar el salto a públicos mayores. Y los consolidados tratan de mantenerse en la cresta de la ola.

Imagen del especial de Netflix Humoristas en París

Entre el público de esa noche se encuentra el cuarto personaje principal, Appoline (Elsa Guedj), hija de una familia adinerada de París que acude por primera vez a un espectáculo de comedia y se queda con ganas de más.

Poco a poco, iremos viendo cómo su comedia va entrelazándose con sus vidas personales, de las que se nutren para conseguir más risas. Con resultados más o menos acertados. En su camino hacia la fama, se enfrentarán a múltiples obstáculos: confrontaciones con el público, desvelar detalles demasiado personales o abusar de las substancias.

La fórmula de combinar vidas de los cómicos con fragmentos de sus monólogos no es nada nuevo, pero el planteamiento coral se hace muy fresco. Humoristas en París se centra en las relaciones entre los cómicos, en las amistades y pugnas dentro de la comunidad.

La serie peca de ser un poco previsible, además de facilona en cuanto a sus conflictos y su moral. Pero si conectas con las vidas de los protagonistas, devorarás la serie en menos de lo que se tarda en decir stand-up comedy. Ya lo sé… chiste malo. Por suerte para vosotros, Nezir es mucho más gracioso que yo.

En definitiva, Humoristas en París es una serie entrañable con tintes de fábula amable que, sin ser muy profunda, permite adentrarse en un mundillo en expansión, con personajes interesantes y momentos muy tiernos. Buenas interpretaciones, buena fotografía y, sobre todo, pasión por la comedia.

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