Feel Good. Una historia de amor verdadero.
Elliot Page recomendó en otro día en sus redes sociales esta serie que se titula Feel Good. Vi el tráiler y me pareció interesante, así que me lancé de cabeza. No he parado hasta que he visto los 12 episodios, de 26 minutos cada uno, de sus dos temporadas. Creedme os pasará lo mismo.
Feel Good es una creación de la cómica canadiense afincada en Inglaterra, Mae Martin. Aunque es una producción de Channel 4, ahora se ha estrenado en Netflix. Arriesgada, divertida, sentida, emocionante, Feel Good te hará reír y llorar a partes iguales. Y como os comentaba está protagonizada, escrita y dirigida (junto a Joe Hampson) por Mae Martin. La serie, entre la ficción y la autobiografía, es una exorcización de los demonios personales de Martin en toda regla. Y también una historia de amor preciosa, honesta y sentida.
George (Charlotte Ritchie) conoce a Mae (Mae Martin) cuando la ve hacer uno de sus monólogos cómicos en el club donde actúa en Londres. El flechazo entre ambas es inmediato, tanto que al poco tiempo están viviendo juntas sin apenas conocerse. Ambas tienen secretos que afectarán a la relación. George nunca ha estado con una chica y se lo oculta a su entorno. Mae tiene un pasado con las drogas que parece volver a llamar a su puerta.
La serie está llena de personajes entrañables a los que van cogiendo cariño. Empezando por las protagonistas. Mae Martin es caótica, un desastre como persona, que salta de una adicción a otra, que busca el cariño desesperadamente. Que usa el humor para sobrevivir, para copar con la vida. Siempre corriendo hacia delante, no mira hacia atrás, aunque sabe que tendría que hacerlo para librarse del gran peso que arrastra su pasado. Ahora ha encontrado a George, una profesora centrada y bastante previsible que va a tener que dar un salto mortal sin red para vivir la vida que siempre se ha negado a vivir, la de ser ella misma. Tanto Mae Martin como Charlotte Ritchie están espectaculares. También tenemos a Phil (Phil Burgers), el compañero con el que comparte casa George. Un americano extraño y descentrado que será un pilar de amistad fundamental para las protagonistas.
No puedo dejar de destacar a la divertidísima Lisa Kudrow como Linda, la madre de Mae, con la que tiene una relación muy peculiar. Y con la que conecta a menudo via Skype, Mae vive en Inglaterra y sus padres en Canadá. A través de ellos también descubriremos más del pasado de Mae. Y luego está Maggie (Sophie Thompson), compañera de Narcóticos Anónimos de Mae y que se convertirá en su desquiciada esponsor. O los compañeros de club de Mae, algunos de sus grandes amigos, que siempre están ahí para ella cuando los necesita, como el dueño Nick (Tobi Bamtefa) o Jack (Jack Barry).
Mae Martin huye de Mae Martin, de su pasado, de sus miedos, de sus ansiedades. El problema quizás no son los otros, sino ella misma, reconoce mientras su vida se desmorona por momentos cuando debería ser feliz y sentirse bien, como dice el título de la serie. Porque el amor puede ser otra adicción como cualquier otra. En medio de este hundimiento, Mae encuentra a George, la persona que da luz a su vida. Y con la que vive una historia de amor complicada, pero emotiva y cercana. Ver como evoluciona su historia es una gozada. Está contada de forma honesta y directa y os llegará al corazoncito como me ha llegado a mí. Seguro. Por favor, vedla en versión original.