Entrevista a Guillermo Martínez-Vela
Hoy tenemos el placer de entrevistar al gran Guillermo Martínez-Vela (Barcelona, 1983), dibujante, humorista y mejor persona. Firmaba como Guille en El Jueves, revista que dirigió durante años. Ahora apuesta por la autoedición con una serie de libros que recopilan tiras cómicas de la desternillante Niña Pija.
¡Hola, Guille! Empezaremos por unas preguntas genéricas que les hacemos a todos los creadores.
¿Por qué humor?
Por supervivencia. El humor es algo que incorporamos a nuestras vidas como mecanismo de defensa puntual y que se acaba convirtiendo en una mirada constante que nos permite sobrellevar cualquier adversidad y que vamos perfeccionando por gusto y por regocijo.
¿Hacia dónde va tu obra?
Lo mío es la sátira centrada en la crítica social. Procuro informarme bien sobre las problemáticas antes de abordarlas de forma satírica. Reconozco que esto es algo que en mis primeros pasos como humorista gráfico no hacía tanto, me resultaba más cómodo tirar de clichés y de ideas preconcebidas. Me doy cuenta de que es una actitud bastante perezosa que conduce a lugares comunes que no aportan demasiado. Tiene más valor analizar a fondo las cosas y, una vez estás bien informado, criticar como te parezca. Hace ya tiempo que está a nuestro alcance toda (o casi toda) la información del mundo. Si no te documentas bien sobre las cosas es porque no quieres, ya no hay excusa. Desde hace años procuro poner más energías y dedicación en comprender mejor el mundo.
¿Qué humorista(s) te han influenciado más?
Quino, Goscinny y Uderzo, Cera y Ramis, Jan, Ibáñez, Ivà, Monteys y Manel Fontdevila, Riad Sattouf, los ZAZ… Por decir solo algunos.
¿Cuál es tu humorista actual preferido y por qué?
Joan Ferrús. Por su versatilidad y por su importancia en el panorama del humor actual, sobre todo en ámbito catalán. No sé si somos plenamente conscientes de lo influyente que ha sido y sigue siendo. Algún día se le reconocerá debidamente, hay un antes y un después de Joan.
Y ahora pasamos a unas preguntas sobre ti y tu carrera.
Para empezar, me gustaría que habláramos un poco sobre El Jueves. Fuiste director de esta revista mítica durante siete años, y dibujante durante algunos años más. ¿Cómo fue la experiencia?
Ser director de El Jueves fue un honor y una responsabilidad. Es la mejor revista de humor de España, y encima la más longeva. He podido trabajar codo con codo con maestros del humor gráfico a quienes admiraba desde que era jovenzuelo, y también con compañeros de generación rebosantes de talento. De todas estas personas he aprendido muchísimo y estoy muy satisfecho del trabajo que hemos realizado durante todos estos años.
En El Jueves a nivel creativo he podido hacer de todo y lo he dado todo. Me considero una persona realizada profesionalmente, lo cual a mi edad y en estos tiempos que corren es todo un privilegio.
En 2017 fuiste imputado por un presunto delito de injurias, pero el caso fue archivado. ¿Cómo viviste este proceso?
Fueron meses convulsos y fue la primera vez que me senté ante un juez (de instrucción, porque el caso no llegó propiamente a juicio, se acabó archivando). Nos parecía que el caso no tenía recorrido, pero eran meses muy peculiares donde la seguridad jurídica alcanzó mínimos en Cataluña. Toda la maquinaria del estado se puso en marcha para defender el statu quo español y limpiar su imagen tras el 1-O.
De todos modos, la pretendida “pena de banquillo” no le salió bien a las autoridades estatales. El reproche judicial no se vio correspondido con un reproche social, al revés. Se generó un debate en la esfera pública y la mayoría de la gente se puso de parte de El Jueves y nos apoyó.
Acudir a los tribunales y preparar tu defensa con abogados siempre es un engorro y un gasto de energía y recursos, pero en mi caso era una responsabilidad que como director de la revista debía asumir. Formaba parte de mi sueldo, vaya. Además, RBA desde el minuto cero contrató los servicios de un buen abogado especializado.
Una persona que no sea un profesional del humor y que no cuente con el respaldo de un grupo editorial sólido sí que puede verse muy perjudicada ante una imputación de este calibre.
En 2021 El Jueves generó polémica con la tira La pandilla voxura. Cierto partido político hizo un llamamiento público para “pedir responsabilidades” en la calle Ricardo Rodrigo Amar, presidente del grupo RBA. ¿Hubo alguna repercusión real?
No, que yo sepa. La principal repercusión fue que la ultraderecha española hizo el ridículo, como es tradición.
Fuiste director hasta 2023, año en el que El Jueves pasó de ser semanal a ser mensual. Te tocó vivir el proceso de declive de las publicaciones en papel. ¿Cómo lo viviste?
El declive del quiosco es una tendencia que hace décadas que dura y no hay visos de que esto vaya a cambiar. No sorprende que El Jueves pasase a mensual, pero no por ello deja de resultar triste para quienes le tenemos tanto cariño a la revista.
No obstante, también se puede ver la situación por el lado bueno: es un éxito que dadas las circunstancias El Jueves goce de salud suficiente para seguir publicándose y seguir dando trabajo a autores y risa a los lectores. A menudo se dice que El Jueves es un milagro, pero en realidad la fórmula no tiene demasiado misterio: un plantel de creativos brillantes y el apoyo de lectores tremendamente fieles.
El paso de semanal a mensual fue muy duro, pero gracias al talento de todo el equipo se pudo llevar a cabo de la mejor manera que supimos.
En los últimos años se habla mucho sobre la cuestión de los límites del humor. Tú que has vivido en tus carnes el conflicto entre libertad de expresión y censura, ¿tienes la respuesta definitiva a la sempiterna pregunta de dónde están los límites del humor?
Me he dado cuenta de que cuando se está entre gente amiga el humor no tiene límites. Si todos nos conocemos bien y hay confianza mutua, el humor que surge en nuestras conversaciones no presenta ningún tipo de limitación.
Los problemas aparecen cuando no existe un grado de conocimiento y confianza suficientes entre humorista y audiencia. Entonces surgen los malentendidos.
A menudo son malentendidos inducidos de forma torticera por terceros con intención de suscitar escándalo y sacar rédito político. Este hecho se ha agravado con el predominio creciente de las redes sociales en nuestras vidas. En las redes es fácil sacar de contexto cualquier chiste y hacerlo a llegar a mucha gente que no maneja los códigos necesarios para comprender la intención del humorista. Además, el ritmo frenético de estímulos al que nos han acostumbrado las redes provoca que nuestra capacidad de concentración y nuestra comprensión lectora sea cada vez más endeble. Por ejemplo, interpretar en sentido figurado lo que leemos nos supone cada vez mayor esfuerzo, por prisa o por pereza es más cómodo no ir más allá del sentido literal de las cosas. Mala predisposición para el humor.
Estaría bien que el debate sobre los límites del humor se convirtiese en un debate sobre nuestras limitaciones para entender el humor. Sería más ilustrativo.
Y ahora vamos a hablar de tu nuevo proyecto editorial: una serie de cuatro libros que recopilan las tiras de Niña Pija. ¿Cómo ha ido este salto de la revista al libro?
No he inventado nada nuevo, en realidad. Los recopilatorios de personajes de El Jueves funcionaron muy bien en el quiosco durante muchos años. La cosa cambió cuando la costumbre de comprar prensa escrita empezó a ir a menos, hace ya muchos años, y los recopilatorios fueron perdiendo su espacio en el quiosco y nunca lo volvieron a recuperar. En El Jueves se decidió que lo mejor era centrar todos los esfuerzos en la revista madre y renunciar a la colección de recopilatorios.
Como autor, tenía una espinita clavada por no haber logrado recopilar mis mejores obras. Considero que las tiras de Niña pija son de lo mejor que he hecho. Sobre todo porque la inmensa mayoría de chistes han aguantado bien el paso del tiempo y siguen funcionando. Los pijos clásicos son bastante inmutables, es una de sus características inherentes. En cambio, los tropocientos chistes de rabiosa actualidad que he hecho durante estos años son difícilmente aprovechables, caducan en un santiamén, ya no tienen interés. Además, las tiras de Niña pija ganan si las lees seguidas. Los personajes recurrentes se consolidan mejor a ojos del lector y el conjunto funciona como una inmersión en el mundo pijo en que viven Piluca y sus amigas. Niña pija merecía un integral.
Hay editoriales pequeñas que editan recopilatorios de material previamente publicado en El Jueves, estuve tentado de llamar a su puerta. Por otro lado, hay autores de cómic en España que se han lanzado a la autoedición aprovechando las oportunidades que permite el entorno digital y la promoción en redes, y han consolidado una cadena alternativa de edición y distribución muy interesante para el autor.
He optado por seguir el camino de la autoedición porque me provoca curiosidad, no soy un recién llegado a este gremio y ninguna editorial pequeña o grande estará dispuesta a luchar tanto por esta tira cómica como yo, que soy el autor.
Hablábamos antes del declive de la prensa impresa. Niña Pija se ofrece como libro pero también como descarga digital con un precio voluntario. ¿Cómo crees que funciona este modelo? ¿Será este el futuro de la publicación?
La descarga digital cuyo precio lo decide el lector es una idea sacada de Panel Syndicate, el proyecto de Marcos Martín y Brian K. Vaughan. Es una plataforma de cómics digitales autogestionada que ha cumplido ya 10 años y, pese a lo revolucionario de la propuesta, no ha inspirado iniciativas parecidas. A mí me parece un sistema interesantísimo y lo he aplicado en Niñapija.com
El caso de Panel Syndicate, donde se van publicando episodios de series abiertas y queda perfectamente claro que pagando garantizas que salga el siguiente episodio, es algo diferente al de Niñapija.com. En Niñapija.com las 800 páginas del integral ya están hechas. No va a haber más el mes que viene. Puedes comprar las 800 páginas en papel y en digital en la misma web. De ambos modos contribuyes a que haya más aventuras de Niña pija en un futuro cercano. Toda aportación suma. Quizá cuando no conoces demasiado la tira cómica te descargas el integral por un precio simbólico y cuando compruebas que te mola mucho te lo compras en papel. Tiene toda la lógica del mundo.
Es pronto para emitir un veredicto sobre el funcionamiento de la descarga digital con este sistema de precio, pero la acogida de la gente me está sorprendiendo positivamente. Hay personas que me apoyan muy generosamente, no hay mejor demostración de que valoran mi trabajo.
Además, con la distribución digital las fronteras geográficas desaparecen. Pasadas tres semanas desde el estreno de Niñapija.com ya he recibido pagos desde México, Estados Unidos y Países Bajos.
Creo que la descarga digital a precio asequible puede ser un sistema complementario a la publicación en papel. El fan muy fan quiere tener Niña pija en papel, valora el objeto, y encima con dedicatoria dibujada por el autor. Sin embargo, también puede haber mucha gente que valore más la disponibilidad inmediata global y la comodidad de la versión digital. Ambas versiones no son mutuamente excluyentes y para mí tiene sentido que estén disponibles a la vez y en la misma web.
En este contexto, ¿crees que la autoedición va a ser la mejor estrategia?
La edición tradicional sigue teniendo puntos fuertes, pero en España está demasiado basada en una condición que me parece injusta: remunerar poco al autor. Los autores accedemos y la rueda sigue girando.
Por inercia, asociamos la edición tradicional a muchas ventas aseguradas y profesionalización, y la autoedición a ventas anecdóticas y amateurismo. Poco a poco esto está cambiando.
Publicar con una editorial grande no garantiza muchas ventas ni garantiza la promoción que se esperaría de una empresa con recursos. En general, las editoriales convencionales —grandes y no tan grandes— editan más novedades de las que están dispuestas a promocionar bien.
Y, por otro lado, hay autores que han picado mucha piedra en internet y tienen comunidades de seguidores decididas a comprar las novedades que estos autores se autoediten.
En palabras de Morán (Sergio Sánchez Morán de ehtio.net), que ha editado novelas con editoriales tradicionales y también se autoedita sus propias novelas: “si ya te conocen, ganas más dinero con la autoedición”.
No sé si la autoedición será la mejor estrategia en general y para todos los autores, pero es una alternativa cada vez más seria.
Los autores de cómic hemos tenido que aprender a desempeñar cada vez más tareas de las que antaño se ocupaba la editorial. En tiempos de Bruguera los autores entregaban páginas a tinta con los textos indicados y tal vez algunas indicaciones de color, sobre todo en las portadas. De la rotulación, el coloreado definitivo y la fotomecánica se encargaban la editorial y la imprenta. Ya hace tiempo que los autores entregan las páginas en formato digital y completamente acabadas, listas para ser maquetadas, revisadas ortotipográficamente y enviadas a imprenta. El siguiente paso lógico para el autor de cómic es aprender a maquetar y aprender a tratar con la imprenta y autopublicarse. Es más fácil aprender a maquetar un cómic que aprender a colorearlo. Dicho de otro modo, si los autores hemos aprendido a usar el PhotoShop, podemos aprender a usar el InDesign sin excesiva dificultad. La cuestión de autofinanciarse una tirada depende del dinero del que uno disponga o de su capacidad para encontrar financiación. El dinero no lo tiene que poner una editorial convencional sí o sí, cada vez surgen más alternativas. Es más trabajo para el autor que se autoedita, mucho más, pero la remuneración también puede ser mucho mayor.
Vamos a hablar de Piluca, la pija adolescente. ¿Está inspirado en alguien en concreto? ¿Tenías muchas compañeras así en el instituto? ¿Qué te impulsó a crear toda una obra alrededor de ese personaje?
Es una mezcla de muchas personas. Unas cuantas de modo más consciente y muchas otras de modo inconsciente.
Yo fui al mismo colegio privado no religioso durante toda mi escolaridad, desde los 3 a los 18 años. En mi clase había gente perteneciente a las élites económicas de la ciudad, yo nunca me sentí parte de ese mundo. En mi clase no todo el mundo respondía al arquetipo de pijo vago, reaccionario, maleducado y descerebrado, pero a través de mis compañeros de clase conocí a otra gente de sus círculos que sí se acercaba más a este perfil de pijo clásico.
En plena adolescencia, con 16 años, canalizaba mis inquietudes y frustraciones dibujando viñetas de humor. Inventando personajes de cosecha propia o dibujando viñetas protagonizadas por gente de mi clase en agendas escolares propias y ajenas.
Era una época llena de rituales de iniciación: las primeras salidas, el mundo de la noche (o de la tarde/noche, mejor dicho), fiestas con alcohol, conocer chicas, los primeros besos, mucha frustración sexual, etc. También es una época en la que empecé a desarrollar inquietudes de justicia social. Empiezas a entender cómo funciona el mundo, las desigualdades, la existencia de movimientos sociales. Transitar por ambientes pijos en los que no encajaba lo precipitó todo, me di cuenta de que aquellos mundos de los que era testigo merecían ser satirizados y desmitificados. Se me ocurrió que una niña pija daría para protagonizar una tira tipo Mafalda (una especie de Susanita adolescente), o para un personaje de El Jueves, con humor más para adultos, sin escatimar crítica social y chistes burros.
Las sátiras sobre pijos que yo había visto en la tele se quedaban en lo superficial: las marcas que visten, los dejes en el habla y poco más. Yo con Niña pija quería profundizar más en los valores y circunstancias de esta clase social. Espero haberlo logrado.
Mi intención siempre fue que la sátira presente en Niña pija contrarrestase esa admiración aspiracional hacia los pijos en la que parece basarse nuestra sociedad. La gente admira a los pijos y aspiran a ser como ellos. Quizá no se han parado a pensar en profundidad todo lo que eso implica. Espero que leyendo Niña pija se den cuenta y pierdan ese respeto reverencial hacia los pijos.
Es un cómic satírico cargado de crítica social. ¿Crees que la clase social representada también puede llegar a ser fans de Niña Pija?
Me he dado cuenta de que el término “pijo” funciona en términos absolutos y también en términos relativos, como cualquier adjetivo. Siempre habrá alguien más pijo que tú; y tú siempre serás más pijo que alguien. Por lo que los personajes de Niña pija siempre serán percibidos como alguien más pijo que uno mismo. Los pijos siempre serán “los demás”, nunca uno mismo.
La pijez también se percibe en la conducta, a alguien rico pero cortés le parecerá que el pijo es su vecino que también es rico pero se comporta de forma insolente y maleducada.
Tampoco descarto que haya quien lea las tiras de Niña pija poniéndose de parte de Piluca y apostillando cada una de sus frases con un “¡así se habla!”, “¡que aprendan quién manda!”, “¡bien hecho!”. Las interpretaciones son libres e independientes de la intención del autor, y hay mucho sociópata por el mundo.
Si Piluca acaba convirtiéndose en una especie de Snoopy presente en todo tipo de merchandising del gusto de los sectores bienestantes, significará que el mensaje de la tira cómica ha fracasado estrepitosamente peeero también significará que tendré la nevera llena y podré pagar el alquiler. Algo es algo.
Me gusta mucho que en la edición catalana (Nena Pija) hayas hecho un cambio lingüístico, adaptando fonéticamente la forma de hablar de la especie pijus barcelonensis. ¿Qué te llevó a hacer ese cambio?
En mi vida cotidiana hablo constantemente en catalán con familia y amistades. Me apetecía explorar las posibilidades humorísticas del catalán. Hay un movimiento de humoristas catalanes en Twitter y en la escena de monólogos barcelonesa que mola mucho, han demostrado que se puede hacer un humor en catalán afiladísimo y genial, sin las cortapisas de los medios públicos generalistas catalanes (aunque muchos han acabado ganándose las lentejas colaborando en medios públicos catalanes, bien por ellos, se pueden compaginar ambas cosas).
Inspirado por este humor en catalán tan molón, se me ocurrió que estaría bien traducir Niña pija al catalán, en mi cabeza Piluca siempre ha sido de Barcelona (ultranacionalista española, pero de Barcelona) aunque en la serie no se explicite. Me pareció divertido subrayar el habla de los personajes pijos y encontré una solución divertida: una ortografía propia para transcribir los sonidos del catalán pijo de Barcelona. De este modo la versión en catalán no solo sería una traducción, sino que incorporaría una capa extra de humor ortográfico. Un motivo más para leer la versión en catalán. Incluso habiendo leído antes la versión en castellano.
Le puse ganas y traduje todas las tiras. Luego me entraron dudas sobre la inteligibilidad del conjunto y de algunas parrafadas, pero ya era demasiado tarde, ya lo tenía hecho.
Puedo decir ya que fue un acierto, a mucha gente le fascina la ortografía pija presente en la versión en catalán. En el Cómic Barcelona de 2024 alquilé un estand y puse a la venta los recopilatorios en papel. Las ventas fueron bien, y la versión en catalán se vendió casi el doble que la versión en castellano.
Has traducido los libros al inglés, disponibles solo para descarga digital: Rich Girl from Barcelona. ¿Crees que el público internacional puede conectar con unas idiosincrasias y unos referentes tan locales?
Espero que sí, aunque de momento he centrado mis esfuerzos sobre todo en promocionar las versiones en castellano y catalán. La versión en inglés todavía no ha arrancado demasiado, será el siguiente paso (crucemos los dedos). Espero que la gente que descubra Niña pija en castellano y catalán se la recomiende a amigos extranjeros y les pase el link a la web en inglés: https://richgirlfrombcn.com
Las desigualdades sociales y las diferencias de clase son una constante en todo el mundo. En el título ya indico que la protagonista es de Barcelona, para que cualquier lector se ubique rápido — y se sienta atraído por la marca Barcelona, también—. El público internacional tendrá que hacer un poco de esfuerzo por entender el contexto, igual que nosotros hemos hecho un poco de esfuerzo por entender los ambientes californianos en los que suceden tantísimas comedias adolescentes y las hemos disfrutado igualmente. No es tan difícil si hay un mínimo de predisposición.
Para terminar, una pregunta indiscreta: ¿puedes contarnos algún proyecto nuevo que tengas en el horizonte?
Estoy trabajando en la primera historieta larga de Niña pija. Tengo mucho curro por delante, pero si la acogida de Niñapija.com sigue siendo buena en meses venideros y me permite pagar mis facturas, tendremos más y mejores aventuras de Niña pija. ¡Vamos allá!