El infierno de los jemeres rojos. Denise Affonço.

Me interesé por el genocidio camboyano después de ver uno de los shows de Henry Rollins en Londres. Era una colección de relatos de sus viajes por el mundo, acompañados por fotografías que él mismo había hecho. Aunque conocía por encima el infierno que vivió Camboya en aquellos días, no había profundizado en todo el horror que allí se cometió. El cine, sobre todo gracias al maravilloso Rithy Pahn, me había contado una parte, pero quería saber más.

Portada del libro de Denise Affonço El infierno de los jemeres rojos

Así que, le escribí a Henry preguntándole por algún libro que pudiera recomendarme. The Lost Executioner de Nic Dunlop y Surviving in The Killing Fields de Haign Ngor con Roger Warner fueron sus recomendaciones. El primero es el libro que escribió el fotógrafo Nic Dunlop sobre la búsqueda de uno de los criminales de guerra más sanguinarios de Camboya. El segundo es el terrible relato en primera persona de lo que sufrieron los que vivieron aquel oscuro periodo de la historia camboyana. Dos obras imprescindibles para entender lo que allí sucedió.

Para los que no lo sepan, entre 1974 y 1979 Camboya vivió una de las revoluciones más brutales y sanguinarias que jamás se han visto. En apenas cuatro años, los jemeres rojos, que en teoría venían a salvar al país de los corruptos, liquidaron a entre 1.5/3 millones de sus propios compatriotas, una tercera y quinta parte de la población. Obligaron a todos los habitantes de las ciudades a trasladarse al campo, allí los sometieron a trabajos forzados, hambrunas, lavados de cerebro, ejecuciones, torturas y un sinfín de horrores inimaginables. Si pensabais que después de la segunda guerra mundial y el holocausto, el ser humano no era capaz de mayor vileza, os equivocáis. Esta es la prueba de ello.

El libro de Denise Affonço publicado por Libros del Asteriode, va en la línea del segundo libro de los que os hablaba antes, el del relato en primera persona. Denise tenía nacionalidad francesa, pero había nacido en Camboya y allí vivió durante 35 años. En El infierno de los jemeres rojos, cuenta su experiencia, sus vivencias y sus horrores. El hambre, el miedo, la vileza…No son estos libros agradables de leer, pero son tan necesarios. La propia Affonço se encontró tras su experiencia a personas que no se creían lo que contaba, no creían que aquello hubiera pasado. Y eso la animó a recuperar aquellas notas que escribió poco después de su experiencia y escribir este libro.

Sus memorias las consignó como prueba primero, así se lo pidieron, en el juicio contra los responsables del genocidio camboyano, el vil Pol Pot y los suyos. Unos hombres y mujers que, en nombre Angkar, el partido, decían querer liberar Camboya y lo que hicieron fue destruirla desde sus cimientos. Abandonaron las fábricas, la prosperidad, la modernidad, obligaron a la gente a irse a vivir al campo, gente que no había cultivado en su vida, a vivir a la intemperie, a trabajar de sol a sol con apenas dos comidas al día basadas en sopa de arroz, en la que el arroz brillaba por su ausencia. Eliminaron a médicos, profesores, escritores, intelectuales y después al resto de la población.

Cultivaban cosas que nunca podían comer. Sus captores, mientras disfrutaban de copiosas comilonas. Les obligaban a asistir a reuniones de lavado de cerebro donde debían confesar sus pecados corruptos. Por ejemplo, robar una fruta porque te estás muriendo de hambre tú y tu hija de nueve años. Las medicinas y los médicos estaban prohibidos, si te ponías enferma, te aguantabas o peor, los jemeres rojos te daban unas píldoras sospechosas que acababan matándote lentamente. Porque esa era la consigna, las balas son demasiado caras, mejor matarlos de hambre, pero no les digamos eso. Digámosles que es por su bien, que Angkar proveerá, que no se preocupen, y luego si se quejan matémoslos, atemoricémoslos lo suficiente para que no puedan reaccionar. Total, tampoco lo harían, estaban tan desnutridos que no podían ni con su alma.

Esto es solo un ejemplo de lo que nos cuenta Denise Affonço en su relato. Cuatro años de penurias, miserias, dolor y muerte que una vez finalizados, la hicieron marcharse a Francia para nunca más volver a pisar Camboya. Era demasiado duro, demasiado doloroso. El recuerdo. El horror.

El infierno de los jemeres rojos, es un libro imprescindible y necesario. Si os interesa saber más sobre lo que pasó en Camboya en los años 70 mientras toda la comunidad internacional miraba para otro lado, os lo recomiendo encarecidamente. Eso sí, leedlo en una época que no estéis de bajón porque os dejará por los suelos.

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