Doctor Strange en el Multiverso de la Locura
Estamos viviendo la época dorada de las películas del universo Marvel, de eso no tengo ninguna duda. Dejando de lado algún bodrio (léase Eternals), el Marvel Cinematic Universe (MCU) es una maquinaria de entretenimiento muy bien engrasada. El salto de los cómics a la gran pantalla ya no es algo excepcional, sino que desde hace una década es ya lo habitual.
La última perla de la colección es la segunda película en solitario del maestro de las artes oscuras. Doctor Strange (2016, Scott Derrickson) sentaba las bases del personaje: un médico llamado Stephen Strange sufre un accidente de coche que le destroza las manos y encuentra la cura en un lugar remoto de Nepal llamado Kamar-Taj, donde aprenderá a dominar los poderes mágicos y se convertirá en el mago más poderoso del planeta.
Una vez contada la historia de sus orígenes, ha llegado la hora de dejar que el personaje vuele. Y cómo vuela. En Doctor Strange en el multiverso de la locura (2022, Sam Raimi), Stephen Strange se enfrenta a una amenaza que va más allá de este mundo, ya que pone en peligro el conjunto del multiverso.
Durante 126 minutos, Sam Raimi no deja ni un momento para respirar, alternando escenas de acción con una trama fascinante y un despliegue estético absolutamente fascinante. Sin duda, esta es la película de Marvel con una estética más cuidada. Además, no tiene reparos en combinar gamberramente fantasía con terror, ofreciendo momentos sensacionales.
El resultado es una película frenética que alterna acertadamente la oscuridad con los toques de humor omnipresentes en el mundo de Marvel. No faltan las reflexiones sobre el bien y el mal, batallas místicas, viajes surrealistas por realidades paralelas, cameos que nos hacen caer la baba y una narrativa construida sobre la idea del amor.
Los dos grandes astros de este multiverso son Benedict Cumberbatch, cuyo rostro ha quedado asociado irreversiblemente al personaje de Doctor Strange, y Elizabeth Olsen, que da vida magistralmente a Wanda Maximoff, la Bruja Escarlata. El personaje apareció ya en Infinity Wars y Endgame, pero se consolidó en la serie Wandavision. Si has visto la serie, ya sabrás cómo las gasta esta hechicera. Pues en Doctor Strange en el multiverso de la locura, el personaje alcanza una nueva dimensión de poder.
El único inconveniente que puedo verle a la película, esforzándome, es algo que pasa con todo el MCU. Hay varias referencias a los sucesos de la línea temporal de este universo/multiverso, y si no tienes el nivel de frikismo o de interés para verlo todo, puede que se te escape algún detalle. Pero no sufras, la película funciona bien de forma independiente. Si esta fuera la primera película de Marvel que ves en tu vida, la disfrutarías enormemente (y estoy seguro de que luego tendrías ganas de investigar el resto del MCU).
Finalmente, como viene siendo costumbre en el mundo Marvel, alguno de los cameos abre una dimensión de posibilidad para futuras películas. No daré detalles para no hacer spoilers, pero todo apunta a que el universo cinematográfico de Marvel está a punto de ampliarse de una forma muy interesante. Voy a empezar a preparar más palomitas.