Peter Broderick y Sumie. Concierto Delicatessen.
Los conciertos que el Delicatessen de Albert Puig organiza nos tienen muy bien acostumbrados. Siempre son pequeñas delicias musicales, exquisita selección. Esta vez no iba a ser menos. El protagonista era Peter Broderick presentaba su nuevo Ep Colours of the night y los temas de su próximo disco que saldrá a la venta el año que viene. Pero antes de deleitarnos con su música y rompiendo una regla no escrita del Delicatessen en la que el telonero era siempre alguien de casa y a petición del propio artista, se subió al escenario de la Antiga Fàbrica Damm la persona que le ha acompañado en esta gira, Sumie.
La cantante sueco-japonesa, con su figura delicada y pequeña cogió su guitarra y nos dejó a todos sin aliento. Al principio del concierto, Albert recordaba que por favor guardáramos silencio. No hacia falta. Fueron dos conciertos en los que la gente prestó atención al 200%. Era el último concierto en el que teloneaba a Broderick, le daba las gracias emocionada, se nota que hay buena química entre ellos. Buena prueba de ello es que Broderick subió a hacerle los coros y tocar el violín en un par de temas. Sumie es delicadeza, es fragilidad, emoción. Un
gran descubrimiento de esos que emociona. Esta vez Broderick venía por primera vez con banda, nos había visitado en otras ocasiones en el Tanned Tin y en Barcelona pero siempre en solitario o acompañando a Rauelsson. Ahora el multi-instrumentista vuelve con banda, guitarra, batería y bajo le acompañan. Broderick tiene esa capacidad de seducción que pocos músicos tienen, su voz te atrapa y no te suelta. Te hace contener el aliento, los sentidos al acecho, la emoción a flor de piel. Los temas nuevos iban sonando in crescendo, subiendo en intensidad y en emoción. Empezó el concierto bajando y paseando mientras cantaba entre el público y en algún otro momento volvió a bajar para marcarse unos divertidos pasos de baile con Sumie. A parte de sus temas, una versión sentida del tema “Get On With Your Life” de la sueca Stina Nordenstam. Pero es en sus temas donde Broderick se crece, donde su voz alcanza la perfección y las emociones brotan sin parar. Como regalo, un bis de un tema que nunca ha tocado en directo y que acaba en un divertido fraseo hip-hop. Una vez más demostrando que es un músico excelso, grande, de esos únicos que hemos tenido la suerte de poder disfrutar. Foto: Jordi Vidal