Daniel Lanois, explorando sin miedo
Pocas palabras se ajustan a Daniel Lanois mejor que GENIO. Y así, con mayúsculas. Es un maestro, un hilador de esos que crea música que trasciende. Explorador y aventurero del sonido, no tiene miedo a experimentar y dejarse llevar por la música. Su último trabajo Flesh and Machine es
un claro ejemplo de ello. Esa era la excusa que lo traía al Festival Blues & Ritmes en Badalona, como siempre un acierto en su programación y visita en exclusiva en todo el estado español. Sobre el escenario en formato de trío. Lanois se hace acompañar sabiamente de dos grandes músicos. Por el bajo imprescindible de Jim Wilson (¡qué grandes alegrías nos ha dado este hombre en Mother Superior) y su gran voz haciendo los coros a Lanois, pero también las baquetas expertas del joven Kyle Crane. Vaya dos titanes. De fondo, unas hipnóticas videoproyecciones hechas con la colaboración de la Modern School of Film de Nueva York realizadas por nombres como Atom Egoyan, Mary Harron o Jim McKay. Muchos son los que conocen a Lanois más por su trabajo como productor, deudor de su maestro Brian Eno, ha producido a nombres de la talla de Neil Young, Emmylou Harris, Willie Nelson o Bob Dylan. Su música tiene el don de la perfección y es una lástima que todos aquellos que alaban su trabajo como productor no se atrevan a adentrarse en las procelosas aguas de su trabajo como compositor. Craso error, se pierden a un gran músico y se perdieron un gran concierto. Los que si que estuvimos tuvimos la ocasión de vivir una de esas ocasiones únicas en las que la música consigue elevarte hasta el paraíso sonoro que todo amante de la música desea alcanzar. Y no estoy exagerando. El concierto balanceó suavemente entre sus trabajos más melódicos y sus experimentaciones más arriesgadas, sin altibajos. Combinación perfecta en la que lo vimos cantar, tocar la guitarra, el pedal steel y explorar su lado más arriesgado en los temas más cercanos a la electrónica. Porque Daniel Lanois ese tipo de músicos que se lanza a la piscina aunque esté vacía. No le importa, por suerte para nosotros. Hace lo que le da la gana, puede hacerlo, porque lo hace con arte y maestría. Sonaron así cortes más experimentales de su último trabajo como “Sioux Lookout” o “Forest City”, pero también escuchamos extasiados un clásico como “The Maker” o “Brother LA”, la psicodélica “Fire” o canciones melódicas como la sentida “I Love You” o “Marie Claire” con sus partes en francés que se fusionó con la desértica “Agave”. Incluso hubo tiempo para varias canciones nuevas como un homenaje al que ha sido invitado a tocar en honor de los soldados canadienses fallecidos durante la Primera Guerra Mundial. Un repertorio sentido y escogido con delicada exquisitez sonora. Y uno de aquellos conciertos que sientes que recordarás por el resto de tu vida. Daniel Lanois, un genio. Foto: Ramona Lowlands