Ryley Walker. Sidecar.
A Ryley Walker lo descubrí gracias a Houston Party. La primera vez que lo vi fue uno de los últimos Bam al que fui. Venía solo con su guitarra acústica y a pesar de ser un concierto breve, fue espectacular. Hubiera deseado verlo en mejores condiciones, sin gente hablando, borrachos y personal al que simplemente le importaba un pimiento la música. Los que nos reunimos para verlo en la sala Sidecar íbamos a ver y escuchar buena música. Esta vez con banda al completo. Golden Signs That Have Been Sung es un disco que he escuchado en repeat sin cesar. Siempre vuelvo a él. Una y otra vez. Es tan hipnótico que se te queda grabado.
A veces es difícil describir lo que una ve o siente en un concierto. Esos son los mejores. Cuando las emociones afloran y la música transporta. Eso es exactamente lo que sucedió en Sidecar. Walker sabe combinar sus melodías con maestría, creador y artesano musical, en directo y con banda se vuelve eléctrico y más psicodélico si cabe. Abandona un poco esos paisaje sonoros tranquilos para sumergirse en la emoción más electrificada.
Divertido entre canciones pero centrado y certero cuando canta y toca, cierra los ojos para expresar. Las canciones fluyen. La música emerge poco a poco hasta atraparte. Es difícil no caer en su embrujo. La telaraña que va tejiendo con su guitarra y su voz es adictiva. La banda que le acompaña sirve para apuntalar cada hilo de emoción que sale de su inquieta mente. Si bien sus discos suelen ser más acústicos y tranquilos, en directo Walker se expande, fluye, se abandona y la guitarra eléctrica toma las riendas.
Esta noche repasó sus discos. No faltaron temas de su tercer disco como la siempre hipnótica y magistral “The Roundabout”, la ascendencia tranquila de “Sullen Mind” o la perfecta “The Half Wit in Me”. Pero también escuchamos canciones de su último trabajo, Deafman Glance como “Spoil with the Rest” o “22 Days”. Que manera más perfecta de superar un lunes de esos que quieres que se acaben y encarar una semana con la energía fluyendo por todo tu ser. Creo que estamos ante uno de los grandes músicos de nuestro tiempo. Gracias Ryley. Gracias por la música.