Morly Grey: predicadores del evangelio rocker
Morly Grey fue un grupo de los 70 que mereció haber tenido más suerte. Formado en Ohio por los hermanos Roller, Tim y Mark, guitarra y bajo respectivamente, tuvieron dos baterías distintos durante las accidentadas sesiones de su primer álbum de estudio, apropiadamente titulado The Only Truth (aunque al principio se tituló The First Supper, la Primera Cena… cuando la verdad es que para ellos fue la Última). Paul Cassidy tocó la batería en la mayoría de las canciones del disco, pero Bob LaNave le sustituyó en las tres últimas, además de convertirse en el cantante principal. De estos tres temas cantados por LaNave destacan “A feeling for you”, una de las canciones de amor más bonitas de todos los tiempos (en mi opinión), sencilla, directa y conmovedora, así como el temazo que da nombre al disco, “The Only Truth”, que dura nada menos que 17 minutos y cierra el disco de forma magistral. En el álbum se percibe cierta influencia de otro trío de rock duro que, como ellos, grababa por aquel entonces en Cleveland, los míticos Grand Funk Railroad (se nota sobre todo en la primera canción, “Peace Officer”). Pero Morly Grey eran mucho más que un grupo de rock duro. Tenían muchos registros, y sobre todo un talento especial a la hora de crear canciones en las que se fundían guitarras duras y melancólicas melodías pop. En cierto modo, eran el eslabón perdido entre el rock duro y la psicodelia americana. Escuchándolos, uno tiene a veces la impresión de que hallaron la fórmula de la piedra filosofal que tanto habían estado buscando los rockeros durante años. Pero claro, después de grabar un discazo así y con semejante título, ¿qué más se puede hacer? Dos años después sacaron otro disco, pero no tuvo la misma repercusión que el primero ni de lejos. Lo más probable es que después se retiraran a un monasterio, pues sorprendentemente los Roller tenían una marcada espiritualidad cristiana (en la portada de The Only Truth sale Jesucristo, nada menos). Pobres ilusos, todo el mundo sabe que una vez que has vendido tu alma al diablo del rock ya no hay vuelta atrás…
Portada original del disco cuando se llamaba The First Supper