Lucas Masciano, viaje hacia la libertad

A veces hay que pegar un salto adelante, uno de esos sin red, arriesgarse, dejarlo todo e ir a buscarse a uno mismo tras perderse en el camino de la vida. Eso es lo que hizo Lucas Masciano antes de grabar su último disco De París a Transilvania, se marchó tres meses a la India. Allí compuso, vivió, sintió y volvió a recuperar la música que siempre le había acompañado. Nos lo cuenta todo en esta entrevista.   Cuatro años sin sacar disco. ¿Por qué tanto tiempo? Creo que los discos tienen que salir de algún lado y hay épocas en las que estás más inspirado y momentos donde necesitas recopilar información por ahí porque la música no sale o salen cosas que no te cierran. Yo estos años estuve un poquito retirado, después del disco Siempre y Cuando Sobre Todo estuve viajando un poco, haciendo cosas que me han inspirado mucho.   Tengo entendido que el disco te lo inspiró un viaje a la India, ¿qué fue lo que viste allí que te hizo querer escribir sobre la experiencia? Me salí de mi vida durante casi tres meses. Antes de ir ya me había salido, estuve como siete u ocho meses fuera de matrix. Me sirvió mucho y el viaje a la India fue el momento culminante, estaba muy tranquilo viendo cosas nuevas y absorbiendo mucho. No del país en si, que es maravilloso, sino que las sacaba de dentro mío porque estaba en un momento que me apetecía componer, escribir y viajar. Y empecé a materializarlo en canciones.   lucasmascianoculturaca   El título del disco habla del viaje De París a Transilvania. ¿Tiene que ver con el motivo del viaje? Si, como las canciones habían surgido en movimiento y compuestas viajando, me apetecía mucho grabarlas también viajando. Nos montamos en una furgoneta con mi manager, mi productor musical que es Paquito Zárate, con mi bajista y un realizador de video y nos fuimos de París a Transilvania buscando sonidos y grabando con gente de la calle, de lo cual salió un documental. Cerrando el círculo. Un disco que había sido compuesto en carretera grabarlo en carretera también.   ¿Era tu idea inicial grabarlo así? Cuando vine de India mi idea era volver, pillar un rickshaw en Nueva Delhi y viajar hasta el sur de India durante unos cuantos meses grabando el disco así. Cuando llegué aquí, estábamos metidos en otras historias, con mi amigo Jordi que es fotógrafo siempre habíamos tenido la idea de hacer un trabajo juntos de fotografía y música. Surgió la idea de hacer un viaje a Rumania juntos porque nos apetecía y nos llamaban mucho la atención los gitanos rumanos, los sonidos de los metales y todo ese rollo. Luego él no pudo venir y acabamos haciendo el documental y disco.   ¿Fue difícil grabar así? Al principio si, pero estábamos bien cubiertos por las personas con las que íbamos. Por Paco Zárate, el bajista de La Caja de Pandora, que es amigo

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y controla mucho el tema de producción. Él con muy poquita cosa podía sacar mucho rendimiento. Es muy intuitivo con las tomas, con la gente a la que grabar. Grabábamos a gente que no había grabado en su puta vida y él sabía sacar lo mejor de cada uno. Sabía como poner los micros para que suene bien, donde poner la furgoneta, en los hoteles quitar los colchones de las camas y donde ponerlos en las ventanas para que suene menos grave, tenga menos rebote.   ¿Desde el principio tenías la idea de grabar con gente desconocida en cada país? Se fue gestando de a poco. Desde que dijimos de París a Transilvania hasta el momento que decidimos como hacerlo fueron surgiendo ideas cada día. En un principio íbamos a grabarlo nosotros con la banda en cada sitio, luego se me ocurrió que mejor con gente de cada país, que no conociéramos. En principio pensamos llevarlo organizado desde aquí para encontrarnos con los músicos en cada sitio. Y luego dijimos que no, que íbamos a ir al azar, solamente teniendo claro los países por los que íbamos a pasar pero sin buscar un músico en cada sitio. Llegábamos y preguntábamos donde estaban los músicos de la calle tocando o el conservatorio, sino conseguíamos músicos de la calle nos íbamos al conservatorio. Hablábamos con ellos, se lo planteábamos y grabamos con cuatro o cinco músicos de la calle y tres músicos del conservatorio.   ¿Cómo fue la experiencia de grabar con ellos? ¿crees que enriquecieron tus canciones? Si porque suenan cosas que no nos esperábamos. Apareció una flauta en un sitio donde jamás la hubiese puesto. Apareció el violín de “Alta tensión” grabado en una habitación de hotel en Praga con un tío que tocaba folk de la hostia y nos preguntábamos cómo tenía ese fraseo del folk o era tan intuitivo siendo músico de clásica. Pero estaba tocando en una canción que no conocía en una habitación de hotel en Praga. Es un disco que lo hice más para nosotros que con mucha expectativa de los demás. Disfrutamos mucho al hacerlo. Siempre que había hecho discos, los había hecho pensando en cuando salga ya empezaré a disfrutarlo tocando. Ahora disfrutamos de todo el proceso de creación, componiéndolo, irnos de viaje,… pensamos en pillar un estudio en Barcelona al volver pero lo habíamos hecho todo tan artesanal que nos fuimos a una masia de 300 años, alquilamos todo lo de sonido y grabamos con mi banda todos los instrumentos y luego lo mezclamos con los sonidos que capturamos en la calle. Es un disco muy cálido, muy cercano y hecho entre gente que aprecio mucho.     Ha cambiado entonces tu aproximación a la grabación de un disco, ¿no? No tiene nada que ver a como grabaste tus anteriores trabajos. Yo no quería componer en una casa otra vez. No quería meterme en un estudio y cada día mirar por la ventana y ver lo mismo. Necesitaba que se moviese todo, porque sino se movía no había forma, no me salían canciones. De hecho pienso que voy a sacar más discos así.   ¿De qué habla este disco en concreto? Habla mucho de las tormentas personales. Yo para llegar a hacer todo esto he tenido mucha crisis de estar en contra de muchas de las cosas que estaba haciendo, estar disconforme y no entendiendo porque no podía escribir. Eso me llevó a dejarlo todo e irme a la India. De ahí empecé a escribir sobre vivir el aquí y el ahora, valorar las cosas más simples, lo natural. Sobre valorar lo pequeñito, no estaba escribiendo ya desde otro sitio en el que estaba en los dos últimos discos. Es muy autobiográfico y habla mucho de encontrarse con uno mismo, de intentar ser feliz y estar estable con cosas pequeñas, con lo básico.   ¿Crees que la gente tiene siempre esa obsesión por el futuro? Todos, la tengo yo y lo tiene todo el mundo. En el sistema que vivimos, ya desde la crianza que tenemos y el colegio al que vamos nos lo inculcan desde muy pequeños, es una forma para que la máquina siga funcionando. Vivir todo el tiempo pensando donde vas a vivir cuando tengas 80 años. La mayoría de las veces mucha gente se va antes de los 50 y los planes se van a tomar por culo, claro. Es difícil vivir al margen de todo eso pero hay alternativas. Yo las estoy buscando a nivel personal y a nivel musical. Lo que ya sé es lo que no quiero para mi vida, sé la forma que no quiero vivir más. Lo que no quiero es vivir con miedo, mortificado por el futuro pero hay que ver de que manera lo voy integrando para poder seguir haciendo cosas con la música.   ¿Hablas mucho de ese proceso de búsqueda? Todo el tiempo lo que escribo es sobre eso. Desestructurar para volver a estructurar otra forma de pensar. Reprogramar la cabeza y de hecho reprogramar mi trabajo. El disco pasado y el anterior, lo hice con artistas superconocidos, grabado en un lugar de la hostia con el técnico que había grabado a Franz Ferdinand y con el técnico de moda de los indies en Catalunya, con un montón de cantantes conocidos que admiro y aprecio muchísimo. Y este lo hice con gente desconocida grabado en un envox y un ordenador dentro de una furgoneta. Y escuchas los discos y suenan los dos igual de bien. Hicimos el disco para nosotros desde un sitio supernoble y ahora estamos defendiendo el disco yendo a tocarlo. Al menos siento que aporté un disco sincero. No sé lo que va a pasar con él, pero me siento muy conforme a como lo hice porque me recuerda mucho al primer disco que hice cuando tenía 17 años. Lo hice desde un sitio muy noble, a mi me gustaba mucho la música y lo hice vendiendo una moto que tenía, pero lo hice desde un sitio muy bonito y es lo que traté de reproducir ahora. Me olvidé de todo, salvo lo que es estar aquí y vivir como si tuviese 15 años.   Foto1LucasMasciano   ¿Fue a los 15 años cuando decidiste ser músico? Antes, lo decidí muy pequeño. Toco música desde que tenía siete u ocho años. Iba a clases, componía, tenía bandas. La primera vez que toqué en la radio tenía 12 años. Y desde entonces siempre estuvo la música conmigo, siempre tuve muy claro que quería ser un artista. Soñaba al principio con convertirme en un artista conocido, eso con el tiempo fue cambiando. Hoy por hoy me encanta la música y lo único que quiero es que me vaya bien para poder hacer las cosas que me apetece y para poder hacer música más tranquilo. Pero tengo claro que lo más importante es hacer las cosas con el corazón y dónde vos crees que estás siendo honesto contigo mismo. Yo no estoy preparado para ser un monigote o un payaso, no puedo. No puedo participar de un ghetto, fingir y hacer la sonrisa a todo el mundo para conseguir cosas. No lo pude hacer nunca y ahora menos.   En tus letras te desnudas mucho, ¿te cuesta ser tan abierto a la hora de expresarte? No me cuesta pero te trae un problema. Cuando desnudas tanto tu corazón, eres muy fácil de cazar porque todo el mundo sabe como eres y escribes sobre lo que te pasa. Cuando he intentado escribir desde un sitio que no sea lo que me pasa, no me lo creo y no me sale nada. Yo la música la utilicé para poder relacionarme con el mundo, porque no había forma de relacionarme de otra manera. Empecé a cantar porque me costaba hablar. Me di cuenta que a través de la música me podía relacionar con el mundo, con la gente y cantar lo que sentía me permitió vivir. Ahora tengo más recursos para relacionarme con el mundo y la música es una compañía.   ¿Ya no tiene tanto de terapia como antes? Si, muchas veces es mi remedio y mi enfermedad. Es lo que me hace bien porque la necesito y muchas veces es lo que me hace mal. Porque estar viajando todo el tiempo cantando tus sentimientos, todo tan visceral, tan expuesto y de corazón. Viajando a 600 kms de mi casa, a veces va bien y otras va mal. No estás vendiendo zapatos, estás vendiendo lo que tu sientes. Hay gente, a lo mejor son poquitas, pero la que conecta con lo que has dicho están ahí para siempre.   ¿Por qué crees que tus historias conectan con esas personas? Conecto mucho con la gente que está buscando cambios. La mayoría de las personas que van a mis conciertos buscan cambios, romper estructuras. Están en un sitio que no quieren, quieren salir y cambiar, mis letras hablan mucho de eso. En España desde el disco Al diablo con todo, había mucha gente que me decía que dejaba el trabajo por esas canciones y se iba a dar la vuelta al mundo durante dos años. Muchas de las personas que vienen a mis conciertos o me escriben mails están buscando otras cosas. Lo mío no es un fenómeno de fans, no es de tía de 15 años que se pega mi foto en la carpeta. Y tampoco es una moda. Mezclo muchos géneros desde cumbia, pop, tango y eso es difícil encasillarlo en un ghetto y yo no participo en ningún ghetto. Es más fácil para un cantante decir soy cantautor, rockero, flamenco o indie.   Ahora hay más contacto con los fans, a través de las redes sociales, antes era más después de los conciertos si eras un artista accesible. ¿Crees que eso es positivo o te agobia? Ahora perdemos más tiempo haciendo eso que haciendo música. Yo viví la época en que sólo era música y está bueno porque mantiene una distancia que a ti como artista te protege, no porque te vayan a hacer daño sino para mantener tu privacidad y sentirse más protegido. De la otra manera es tan fácil llegar a ti por todos los medios que se hace todo muy cercano. Yo no veo a Bob Dylan poniendo en su facebook un foto de un plato de patatas que se está comiendo. No lo veo y me encanta que no sea así. Y lo mitifico mucho más, no saber dónde esta y qué está haciendo, me genera un misterio que me da aún más ganas de escuchar su música e ir a verlo. Lo único que puedo tener de él es su música porque es un artista, no viendo la foto que pone en el instagram o la frase de su twitter.   FECHAS DE LA GIRA: Octubre 16 – ZAMORA / Avalon #DPAT 17 – OVIEDO / Nunca Jamás #DPAT 23- MANRESA / Voilà #DPAT 24 – MURCIA / La puerta falsa #DPAT 31/10 a 10/11 Gira #DPAT BULGARIA Noviembre 14 – BARCELONA / Sala Fizz #DPAT 15 – BARCELONA / Sala Fizz #DPAT 21 – ALICANTE / Oxígeno #DPAT 22 – FUENGIROLA / La botica #DPAT 23 CÓRDOBA #DPAT 28 TENERIFE / Buho Club #DPAT 29 – LAS PALMAS DE GRAN CANARIA #DPAT Diciembre – Enero 2015 14 Diciembre al 15 de Enero – MÉXICO – ARGENTINA / Gira #DPAT

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