Les revenants, ciencia ficción a la francesa
Les revenants
Serie creada por Fabrice Gobert para Canal+ Francia
Hoy os hablamos de una serie de ciencia ficción a la francesa. Eso ya de por sí supone una novedad interesante en un género con unas características y una estética bastante marcadas.
La serie es una adaptación de la película homónima de 2004, obra de Robin Campillo (en español, La resurrección de los muertos). La película de Campillo se presentó en el festival de vine de Venecia como una película de zombies. Sin embargo, la estética y el lenguaje son diametralmente opuestos a los estándares del género. El punto de partida es que un día, miles de difuntos vuelven a la vida en masa. Pero, a diferencia de los cientos de películas de zombies que hemos visto, no vemos a seres putrefactos ansiosos por devorar cerebros, sino a personas normales, vestidas, aseadas y con perfecto uso de sus facultades mentales.
La serie de Fabrice Gobert retoma la misma idea. Les revenants (que podría traducirse como ‘los resucitados’ o ‘los aparecidos’) nos ubica en una tranquila población de los Alpes, dominada por una presa impresionante. Aquí la gente vive tranquilamente sus vidas pequeñoburguesas… hasta que un día aparece repentinamente una adolescente, Camille, que murió cuatro años antes en un accidente de autobús. Ahí empieza todo.
Lo más bueno del caso es que el regreso de Camille no genera grandes aspavientos ni dramatismos. Como si fuera la cosa más normal del mundo. Cuando entra en casa, se va a la cocina como si acabara de levantarse de una larga juerga, con hambre voraz y un punto de apatía. La reacción de sus padres es igual de anodina. Su incredulidad se manifiesta a través de una mirada estática, sin más. Este tratamiento le da a la serie un ambiente magnífico, ya que desde el realismo máximo, el terror es todavía más pronunciado. Y si no, ya me lo diréis cuando veáis al pequeño Victor.
Si a este tratamiento le añadimos una fotografía cuidadísima y una banda sonora excepcional (obra ni más ni menos que de Mogwai), estamos ante una serie que nos inquieta y nos perturba desde un lugar nuevo.
Poco a poco, los difuntos del pueblo irán volviendo a sus hogares. Cada uno con su bagaje, con su historia, con sus traumas, con sus motivaciones. Y se reintegrarán en la vida cotidiana con más o menos suerte, con más o menos aceptación. Y pronto empezarán a asaltarnos los misterios.
¿Por qué vuelven? ¿Qué quieren? ¿Pueden morir los muertos? Una pregunta muy pertinente, ya que no todos los resucitados serán tan taimados como la pequeña Camille, que parece que lo único que quiere es meterse entre las sábanas con su antiguo novio. Entre los difuntos que vuelven también veremos ansias de venganza y viejos rencores. Todo saldrá a la superficie, como un cadáver hundido en un lago que de repente sale a la superficie.
Adèle y Simon, la pareja del año. Pero… ¿de qué año?
La primera de las dos temporadas que se han emitido sirve para fundar el mundo, presentar a los personajes y plantear las tramas principales, que acabarán subiendo de tono y de intensidad con sutileza, crudeza y sensualidad. Todo ello, espolvoreado con un toque fascinante de cine francés.
Tras el crescendo final de la primera temporada, la segunda empieza con la calma propia del día después de una gran tormenta. Casi podría decirse que todo vuelve a la normalidad. ¿O no? Hay una presencia cada vez más numerosa de los resucitados, y parece que se establecen distinciones entre ellos.
Además, empezaremos a ver que no solo vuelven los difuntos muertos en los últimos años. A través de flashbacks, iremos descubriendo una trama intensa acaecida hace 35 años, que tendrá una importancia capital en la historia. En la segunda temporada aparece también un observador externo, un investigador del gobierno que viene a ver qué ha ocurrido en la presa. Que se prepare para lo que está a punto de descubrir…
En definitiva, una buena serie de ciencia ficción con toques de terror. Solo le reprocharía alguna falta de coherencia en ciertos aspectos de los revenants (que no puedo precisar sin caer en el spoiler). Pero, aparte de esto, es una serie que te atrapa y no te suelta hasta el final. Un final que, dicho sea de paso, ha generado controversia por no cerrar suficientes interrogantes. Pero… que nos quiten lo bailado (y lo sufrido).