Jambinai, de la tradición al caos

Jambinai
Lunes 21 de julio
Sala Apolo 2
¿Qué sería de nuestras vidas sin las sorpresas? Pues sería una extensión infinita de tierras baldías, grises y repetitivas. Para evitar que esto suceda, corren por la faz de la tierra bandas como Jambinai, que de repente llegan a tu vida y de un día para otro te ofrecen frescor, energía e intensidad. No se puede pedir nada más.
Jambinai es una banda surcoreana formada por tres miembros: Lee Il -woo, encargado de la guitarra, los samples y una flautita de bambú llamada piri, Kim Bomi al haegeum (un instrumento de cuerda asiático que se parece a un violín) y Shim Eun-yong, que se encarga de tocar el geomungo. Este último es un descomunal instrumento de cuerda, de sonoridad parecida a la cítara. Shim Eun-yong lo utiliza para explorar tonos muy bajos que le dan a la banda esa sonoridad tan potente.
Con un Apolo 2 razonablemente lleno y unas luces sutiles y sugerentes, los tres músicos salieron al escenario y se colocaron en sus posiciones. La estampa ya de por sí era maravillosa: parecía una mezcla de debut en conservatorio clásico y performance artísica contemporánea.

Empezaron interpretando tres piezas muy delicadas de corte más clásico, que sirvieron para que el público fuera entrando lentamente en su universo. Cerrando los ojos, uno se sentía desplazado a parajes abstractos de otra dimensión, basculando entre los parajes infinitos de unos Silver Mt. Zion y los riffs lisérgicos y monolíticos de Tool.
Después de esta introducción, salió al escenario la base rítmica que acompaña al trío: un bajista y un batería que parecían sacados a rastras de un antro subterráneo de hardcore-psychobilly de Seúl.
Con esta formación, Jambinai sacaron las garras y nos asaltaron con una serie de temas más agresivos y viscerales. Casi sin despeinarse, la banda empezó a destripar sus instrumentos tradicionales para ejecutar una música que dejará sin aliento a más de un metalhead.
A partir de aquí, Jambinai combinaron las sonoridades más delicadas y variadas que logran extraerles a sus instrumentos con parajes de una gran intensidad. El resultado es una vertiginosa transición de la tradición más sutil hasta un caos maravilloso.
Con tan solo un EP autoproducido, los Jambinai ya han llegado hasta nuestras tierras. Está previsto que este año publiquen un LP. Es de esperar que vuelvan a venir de gira. Nosotros no nos lo vamos a perder. ¿Y tú?