Fugazi Music Club. Sueños sonoros hechos realidad.
Marcin Podolec nos cuenta en este cómic la historia del Fugazi. Una anomalía, una rareza, una excepción que se convirtió en el oasis musical de toda una generación. Tres años después de la caída del muro de Berlín, a unos cuantos amigos se les ocurre la loca idea de abrir una sala de conciertos de rock en Varsovia, Polonia. Fugazi Music Club es el relato documental de una historia real que el propio protagonista, Waldemar Czapski le contó al autor y que Podolec ha sabido transformar en una delicia visual gracias al amor y al respeto que ha sentido por sus protagonistas. Podolec es uno de los autores polacos de cómic más conocidos del país, en 2011 logró con Czasem, con guión de Janusz Gregory, el Premio a Mejor Cómic Polaco del año por la Asociación Polaca del Cómic. Fugazi Music Club es su primer cómic publicado en nuestro país, esperemos que no el último.
El Fugazi fue la idea de cinco amigos que decicieron crear un club musical en el que poder montar los conciertos que querían ver. En una Varsovia, además, postcaída del telón de acero, aún con las reminiscencias del poder soviético sobre sus espaldas. El Fugazi se convirtió en una vía de escape musical. Una iniciativa a primera vista inocente, que tuvo una existencia breve, pero intensa. Al principio el Fugazi era un pub donde escuchar música y realizar convenciones de fans de los Doors, pero fue creciendo y se trasladó desde un centro cívico a un cine alquilado y reconvertido en sala de conciertos. Se llamó Fugazi por dos razones, la primera por el disco de Marillion y la segunda por la banda de Ian MacKaye. Por allí pasaron las mejores bandas polacas pero también algunos artistas internacionales que pisaban el país, seguramente, por primera vez.
Fugazi Music Club relata la historia del sacrificio y el esfuerzo de sus creadores por seguir con el club en pie a pesar de todo. De la falta de dinero, de los mafiosos presionando, de los conciertos fallidos. Pero también es el relato de la amistad, de la superación y la fuerza de la unidad y la piña que hace que los sueños se hagan realidad. Hasta que un día desaparecen o mejor dicho, los dejas marchar. El dibujo en blanco, negro y azul, ayuda a entrar en la historia, melancólica y a veces triste pero divertida a la vez, de este grupo de amigos que vivieron su sueño a pesar de todo. Por cierto, imposible evitar tomar nota de los nombres de bandas que mencionan. Una buena excusa para conocer a la desconocida escena rockera polaca.