Festival de Sitges 2013: otro viaje al fin de la noche

Del 11 al 20 de octubre, Sitges va de retro. Con leitmotiv satánico y cartel anunciador a mayor gloria de Roman Polanski y el bebé de Rosemary, un centenar y medio de filmes enmarcables en el amplio, qué digo, ilimitado espectro de eso que hemos dado en llamar “fantástico”.

La Sección Oficial Fantàstic apuesta, como cada año, por la desmesura. Empezando por su tamaño –todo vale, todo cabe-: 42 títulos, entre los que destacan algunos de amplio recorrido festivalero (Only God forgives, la poco alabada continuación del matrimonio artístico entre Nicolas Winding Refn y Ryan Gosling o la nueva –y también fallida- vuelta de Terry Gilliam a sus mundos infelices (The Zero Theorem)).

Lo macarra y visceral, el cine (o incluso el ‘no cine’) que requiere de compañías cómplices, buen ambiente y cierta predisposición a… “dejarse llevar”. En realidad, ese es el cine que más nos interesa, mucho más que la posibilidad de ver antes que nadie lo último –y nunca mejor dicho- de Miyazaki, Neil Jordan –y eso que vuelve al género vampírico que tanta fama le diera entre las grandes audiencias con su Entrevista con el vampiro-, de Palma (¿se estrenará algún día Passion?), Johnnie To, Jim Jarmush (¡qué ganas de ver Only lovers left alive!) o el nuevo filón tex-mex de Robert Rodríguez (Machete Kills, con el brutote de Danny Trejo y su cohorte de chicas malas, que esta vez incluye a Jessica Alba, Sofía Vergara –la despampanante colombiana de Modern Family-, Michelle Rodriguez y lady Gaga. En la tercera entrega de Machete, fijo que hace un cameo Miley Cyrus. Sin línea de diálogo, todo lengua).

http://www.youtube.com/watch?v=_b1zGLAtg2Q

El tiempo para la nostalgia vendrá de la mano de Space Pirate: Captain Harlock, el reboot tridimensional de una serie de anime mítica de nuestra adolescencia (y que también tuvo su manga previo, como no). Veremos cómo le va a la tripulación de la Arcadia en su lucha desigual contra las apolíneas Mazoni.

Tendremos Jodorowsky por partida doble, el mismo que vio nacer al festival con su Fando y Lis, allá por 1968: con el documental sobre lo que pudo haber sido y no fue Dune (Jodorowsky’s Dune, de Frank Pavich) y La danza de la realidad, firmada por él mismo. Esperamos otro vendaval de imágenes inexplicables, quién sabe si a la altura de sus monumentales El topo o La montaña sagrada.

En Real, Kurosawa (Kyoshi, si, Kyoshi) nos habla de los encuentros mentales entre dos amantes, uno de ellos entre los vivos y el otro en (aparente) coma irreversible tras una tentativa de suicidio. Todo ello lo hace posible sensing, una tecnología que resultará tener inesperados efectos secundarios. Promete.

Escape from tomorrow es una fantasía oscura y cargada de mala leche ambientada en la mismísima… ¡Disneyland! ¿Puede ser el escenario por antonomasia de la alegría –impostada, obligatoria, por decreto- el incomparable marco, también, de un derrumbe psicológico? Una osadía que lo mismo les vale una demanda de los herederos de tío Walt…

http://www.youtube.com/watch?v=1nfU_5NWBoE

Eli Roth vuelve con su universo de mocosos idealistas que devienen víctimas perfectas del mal. El invento se titula The green inferno y convierte a una tribu de cooperantes buen rollistas en el primer plato de otro tribu más ancestral y auténtica. Justicia poética.

Sion Sono también presenta película (Why don’t you play in hell?) y todos deseamos que se aleje de la inexistente lírica radioactiva de The land of hope, aquél filme-excusa alrededor de Fukushima. Pero más que esta, la que nos llama poderosamente la atención es Bad Film, un experimento que filmó a lo largo de más de una década y que por fin ve comprimidas sus 150 horas de metraje en ciento sesenta minutos. A saber.

Entre lo más atractivo: The philosophers, de John Huddles, una especie de clase magistral con mala baba. Un profesor propone un reto cruel a su alumnado: ¿qué diez de ellos merecerían salvarse en caso de hecatombe? ¿Quiénes podrían refugiarse en el búnker y cuales serían… prescindibles? Un tratado sobre el buen gobierno y qué hace realmente imprescindible a un individuo que le hubiese pirrado al mismísimo Aristóteles.

O ese documental titulado American Jesus (Aram Garriga), un recorrido que promete ser terrorífico y absurdo por el núcleo duro del cristianismo estadounidense. ¿Y qué decir de Miss Zombie, un filme japonés que fantasea con la posibilidad de contratar a zombies como señoras de la limpieza? Los no muertos ven convertido su problema en una cuestión de… clase.

The Rambler, además de un álbum de Johnnie Cash, es un filme de Calvin Lee Reeder que presume de experiencia lisérgica al más puro estilo Dennis Hopper. No sabemos si estará más cerca de The trip que de Miedo y asco en Las Vegas, pero su trailer nos regala un buen puñado de imágenes desasosegantes.

En Hell Baby, una comedia gamberra en la línea de Reposeída, dos curas harán de émulos de los Blues Brothers (o quizás de Faemino y Cansado, que ya está bien de tanta referencia internacional). Esta vez la cruzada es contra el diablo neonato, así que preparaos para un exorcismo… poco ortodoxo.

Y sobretodo, el cine del desparrame. The World’s end hibrida géneros: el brindis por los viejos buenos tiempos (una especie de ruta bacalao de pubs que no pudo ser completada por unos adolescentes tiempo ha) y el género fantástico (tendrán una nueva oportunidad 20 años después, lástima que coincida con una invasión alienígena… o algo así).

La sección Seven chances viene fuerte este año. Empezando por una versión restaurada de El desierto de los tártaros. Cine de la espera sin sentido, de la inacabable amenaza que representa un enemigo que no llega (¡qué gran libro el original de Dino Buzzati!). O con un filme como Leviathan, una de esas películas-idea que quizás suene mejor por escrito que vista: un barco, muchas cámaras, una experiencia. Por último, Much ado about nothing, un Shakespeare que apuesta por la frescura, aunque no estuviese nada mal la formalista versión de Kenneth Branagh.

Entre lo que más tememos: esa plaga de películas contadas en primera persona, donde en lugar de cámaras al hombro ahora ya se estila el móvil en ristre, la carrera y el found footage donde al final descubriremos, ¡oh, gran novedad!, que todos han muerto.

Miedo nos dan los tres cortos que conforman 3x3D, una exploración del formato que supuestamente lo iba a cambiar todo (recordemos que ya hace cuatro años desde Avatar) y que cuenta con el concurso de Peter Greenaway y si, Jean-Luc Godard. A Greenaway lo veremos en solitario en lo que nos gustaría pensar que no es otro cansino ejercicio de voceras (¡‘el-cine-ha-muerto-menos-mal-que-existo-yo-para-hacer-algo-diferente’!). Se titula Goltzius and the pelican company y nos barruntamos otro despliegue de fiebre bibliófila, ópera, teatro y cantata. Diez minutos apasionantes, noventa de tedio.

… y escépticos, cuanto menos, antes la incursión de Brillante Mendoza en el cine de posesiones, con el muy sobreexplicativo título de Possession. ¿Después de Serbis, Kinatay o Cautiva una de vomitonas y crucifijos? Uf…

En fin, que no hay excusa que valga para no darse un garbeo por Sitges. ¿Qué vas mal de pelas? En la sala Tramontana se pasarán, gratis total, capítulos de las series de género fantástico que están en boca de todos: Bates Motel, Hannibal, Los asesinatos de Fjällbacka o Sleepy Hollow. Destacan la proyección del primer capítulo de la cuarta temporada de The Walking Dead (simultanea a su emisión por la televisión yanqui) o la repetición del mítico episodio nueve de la pasada temporada de Juego de tronos (Las lluvias de Castamere), acompañada por la presencia del mismísimo… ¡ Tywin Lannister! Sin olvidar esa Zombie walk (sábado 12 de octubre a las 20h, si el tiempo lo permite) donde os podéis echar unas risas con la imaginación y desparpajo de algunos para lucir trapitos vintage desgarrados y carnes colgantes.

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