Falcó. El espía sin escrúpulos

Los que han leído a Arturo Pérez-Reverte ya saben lo que van a encontrarse aquí. El estilo del escritor de Cartagena es totalmente reconocible. Con una prosa directa y efectiva, directo a la yugular. Pocos escritores hay que sepan ambientar tan bien como él. Esta vez el protagonista de su última novela es Lorenzo Falcó, un espía mercenario sin colores que vestir y sin escrúpulos que ocultar.
Falcó se encuentra, en plena Guerra Civil, envuelto en una urdida trama para liberar a Primo de Rivera de su prisión en territorio republicano. Una anécdota que tiene base real. Basada en uno de los planes que se elucubraron en su momento para salvarle el pellejo. Pero que bien le vino al dictadorzucho librarse del único que podía hacerle sombra, ¿verdad? Todos sabemos que a Primo de Rivera no lo liberó nadie de su cárcel y que fue fusilado. Aún así, la historia de Falcó funciona. Mantiene la tensión y emoción del relato. Y ese es uno de los mayores aciertos de Pérez-Reverte.
Falcó es un canalla con todas las letras de la palabra. Un ser despreciable al que además le importa una mierda que piensen que lo es. De hecho, casi mejor que lo piensen. En una época convulsa en la que el “sálvese quien pueda” estaba a la orden del día, Falcó se mueve como pez en el agua. En este bando o en el de al lado, vive para salvar su pellejo. Amoral y sin remordimientos, la única regla por la que se rige es la falta de reglas.
Las mujeres para Falcó no se pueden llevar a la acción porque los hombres siempre tienden a querer protegerlas y eso les hace cometer errores. Aunque al final, él mismo caerá en su propio error. Ya os podéis imaginar el tipo de hombre que es. Pocos personajes están tan bien dibujados como el protagonista, especialmente las mujeres, exceptuando a Eva Rengel. A la que el propio Falcó define como una mujer de armas tomar. Reconozco que el tratamiento que Reverte da a las mujeres en esta novela me crispa. Es la época, la situación y la caracterización del personaje principal la que hace que el resto de personajes giren en torno a él. Falcó es un solitario y las mujeres para él, si no le sirven para salvarle el pellejo o conseguir algo, son un estorbo. Es el arquetipo de hombre de una época llena de brumas e inseguridades.
Novela de espionaje y aventuras a partes iguales. Con violencia, sexo y sin escrúpulos. Falcó entretiene y engancha, que es para lo que están escritas este tipo de obras. De lectura rápida y ágil, durará en manos de los más lectores apenas unas horas. Es tan corta que parece la presentación de un nuevo personaje para Pérez-Reverte, un antihéroe en toda regla. ¿Habrá nuevas aventuras de Falcó? Seguro que sí.