Entrevista a June’s Kaleidoscope

1

Ir y volver, de casa a Inglaterra, segunda casa y vuelta al hogar. June’s Kaleidoscope es el nombre tras el que se esconde Arantxa Iranzo que publica su segundo trabajo Brave Journey Into The English Sea. Un disco sentido y atmosférico que trasporta y transciende en sus canciones. Un trabajo que relata una experiencia y un viaje vividos a través del recuerdo. Hablamos con ella en esta entrevista de su nuevo trabajo y de su música.

 

june's kaleidoscope

 

Brave Journey Into The English Sea parece muy cinematográfico. ¿Tenías esa intención al crear el disco?

Sí, creo que aún sin ser totalmente consciente, en mi cabeza todas las canciones se sucedían la una a la otra de forma lineal, y yo me veía desde fuera observando cada momento, sentada en una sala vacía. Dicen que a veces escribes cosas que llevan mucho tiempo dentro, y de forma accidental se acaban construyendo solas. Preparé ante mí misma una historia tan fuerte y tan real, que sólo conseguía trascender a mi memoria si la escribía de forma tan directa a la mirada. Visualizar cada canción fue importante para sacarle la esencia más verdadera.

 

¿Y por qué ese nombre? ¿Tenías en mente el paisaje inglés cuando creabas las canciones?

El viaje tanto íntimo como físico en Inglaterra sucedió sin prisa, pero acabó durando varios años. Fue un capítulo valioso, y a día de hoy, tan inevitable, que incluso cada momento vivido alejado de lo que yo esperaba ahora lo veo como una bendición muy obvia. Los errores marcan mucho. Los aciertos, a costa de esos errores, creo que aún más. Sea como fuere, Inglaterra fue mi casa mucho tiempo, y aún en parte la considero así. El primer paisaje que me viene en mente son las Cotswolds, cerca de Coventry. Es una zona totalmente rural, botas llenas de barro, naturaleza salvaje que crece entre las viejas iglesias y las casas, hay bosques y muchos cottages con techo de paja todavía. Viajé allí una vez y me iluminó, llovía y hacía sol a la vez, visité la casa de Shakespeare, fueron días tranquilos y viajar a sitios así siempre me hacían volver a Londres con muchas ideas.

 

Estuviste viviendo una temporada en Inglaterra. ¿Cuál es tu relación con el país y su música? ¿Y qué hay de ese país en tus canciones?

Mi relación con el país viaja desde hace ya muchos años. Estudiaba inglés allí cada verano, más tarde pasé a pasar semanas en diferentes ciudades, estudiando piano, durante también varios años. Comencé a su vez Filología Inglesa, y me fui finalmente un año entero a estudiar Literatura a Londres. Y ahí empezó todo de verdad. He crecido escuchando a The Who, a George Harrison, Nick Drake… Pero sobre todo mi adolescencia estuvo muy marcada por bandas brit. Adoro Inglaterra. De pequeña siempre pensaba que acabaría allí, la veía como una isla misteriosa y mágica, con tantos campos verdes y pueblos antiguos de leyendas. Mis canciones de este álbum tienen un pedacito de Inglaterra latente, es ahora parte de mí, como lo puede ser una playa de Valencia o el jardín de la casa de mi familia. Este disco es quizá un homenaje a un lugar donde eché raíces un tiempo, un canto a su paisaje oceánico y a la gente que entró en mi vida.

 

El gran protagonista del disco es, a parte de tu voz, el piano. ¿Por qué lo escogiste como instrumento para expresarte?

Me gustaría empezar a componer con otra base, tengo en mente experimentar muy pronto, pero el piano es el instrumento que estudié desde muy pequeña y mi educación musical está basado en él. Ya no puedo separarme, es un apego tan profundo como un amigo de la infancia. Me gradué en piano clásico, así que ha sido toda mi carrera. En realidad no lo escogí, pero accidentalmente empecé a tocarlo, aunque mis padres pensaron al principio en mi hermano mayor para que lo estudiara. Llegué y me lo quedé, a él no le convenció…

 

Lo grabaste en Inglaterra junto a Matt Ingram y Fyfe Dangefield, ex líder de Guillemots, que también es coautor de los arreglos de cuerda. ¿Qué han aportado ellos a tu música?

Muchísimo. Son artistas reales. El instinto en la producción y el buen gusto, la profesionalidad, y la alegría que pusieron en mi proyecto (o en cualquiera que pase por su estudio) es algo que valoro y agradezco enormemente. Entendieron el álbum, supieron cómo aconsejarme dónde restar y dónde hacer más hincapié. Revisaron mis letras y la historia, y fueron músicos entregados cada día. Me entra nostalgia de pensarlo… Trabajaría con gente así todos los días.

 

¿Cómo fue el proceso de grabación? ¿Llevas los discos muy preparados al estudio?

La producción la tuve muy clara antes de llegar, sabía que no buscaba grandes sorpresas en la instrumentación o en el esquema de las canciones. Sin embargo, quería delegar en un productor cercano a mi género muchas cosas que no conseguía por mí misma. Especialmente, la percusión, el instrumento principal de Matt. Admiro a las artistas, sobre todo femeninas, con las que él ha trabajado durante años. Especialmente, la diosa Laura Marling. Son siempre proyectos muy cuidados, muy sutiles y con cierta profundidad lírica a los que yo siento mucho apego. Compongo por la misma vía. Matt y yo teníamos reuniones por Skype hasta que llegué a Urchin Studios en Londres, pero ambos sabíamos por dónde irían las cosas. No obstante, hubo espacio para la improvisación, no fue todo tan medido. Aprendí mucho, y me dejé llevar, algo que suele costarme, porque siempre mantengo mis esquemas muy nítidos de entrada. La gran parte de la instrumentación la llevé ya escrita en partitura, y la letra la modifiqué un poco in situ, gracias a ellos.

 

Trabajas como profesora de piano. ¿Es más difícil conseguir dedicarse a la música de lleno aquí o en Inglaterra? ¿Con qué dificultades te has encontrado después de acabar tus estudios musicales?

Es más difícil aquí, con creces. Existe todavía la creencia de que la música no tiene un valor único, cultural, terapéutico, educativo. En Inglaterra la música, tanto clásica como moderna, late en todas partes. Incluso aprender piano o violín forma parte del currículum de un colegio, como las Mates o Educación Física. Algo que rescatar de los griegos en la Edad Antigua… la música se establecía como algo vital para el desarrollo de una persona, no sólo a nivel cívico.

En España hay mucha precariedad en demasiados Conservatorios todavía, la educación musical está llena de agujeros, sobre todo en los Conservatorios Superiores. Es un trabajo que no es nada agradecido. Todo el mundo quiere que toques gratis o cobrando cantidades ridículas. No es un oficio real, como tal, en el que crecer, a no ser que pases oposiciones durísimas y con mucha competencia para enseñar en un Conservatorio profesional, en el caso de que quieras dedicarte a la enseñanza. Los conciertos de clásica no llegan al público joven todavía al nivel de otros países. Decir ‘soy músico’ es como decir ‘vivo del cuento’. Hay mucha desinformación, poca gente conoce el esfuerzo que conlleva ser un buen intérprete, es de las profesiones más arriesgadas que hay.

 

Arantxa Iranzo es tu nombre, ¿Por qué June’s Kaleidoscope? ¿Qué significa para ti este nombre?

June es mi vía de escape, mi yo aventurero, mi yo sensible que crece de forma paralela. No la necesito cada día, pero la necesito. Me convierte en compositora, por lo tanto, June es mi vocación la mayor parte del tiempo.

Hace años, quise expresar que detrás de ese alias había alguien mirando a través de un agujero pequeño y veía muchas cosas que antes no. Constelaciones y figuras geométricas, jardines coloristas. No es una forma de evadirse, sino de conocerse.

 

JUNE'SKALEIDOSCOPE4

 

¿Cuáles son tus primeros recuerdos musicales?

La ópera rock Tommy (The Who), Born in the USA (Bruce Springsteen), la banda sonora de El Rey León (Elton John y Hans Zimmer), Sgt Peppers Lonely Hearts Club Band (Beatles), Aretha Franklin…era lo que más escuchaba sola con los cascos. En los viajes familiares escuchábamos de todo, mis padres tenían un gusto muy amplio, y ahora puedo decirlo con total seguridad: estupendo. Nos ponían a Caetano Veloso, a Luis Eduardo Aute, a Bob Dylan, Camera Obscura, y bandas sonoras de películas como Pulp Fiction o High Fidelity.

Mis primeras canciones tocadas al piano me aburrían, no fui buena estudiante. Aún así me encantaba tocar valses, y las sonatinas de Mozart eran mis favoritas.

 

¿Tienes una familia musical o fuiste la primera con estas inclinaciones artísticas? ¿Siempre quisiste dedicarte a la música?

Nadie toca ningún instrumento en casa, sólo yo. Mis hermanos son más científicos, aunque la familia de mi madre al completo es artista. Pintores, fotógrafos, ceramistas. Mi madre es una grandísima pintora, y mi abuelo y mi bisabuelo también lo eran. Yo dibujaba a todas horas, y aún ilustro cuando tengo tiempo, o mientras hablo por teléfono. Mi padre escribe, mi abuela paterna también lo hacía, muchas poesías. Recitaba genial aún en la vejez, siempre muy teatral. He heredado cosas de todos ellos. Pero la música es por donde canalizo todo. No quise siempre dedicarme a ello, quise ser pintora y escritora antes, la verdad. La decisión de dedicarme de lleno a esto comenzó casi a los 20 años. En cualquier caso, yo siempre quise relacionar mi futuro con crear, crear algo, lo que fuese. Ese ‘algo’ se ha convertido en canciones, pero no descarto dedicarme a otras artes como escribir libros, o incluso cine.

 

Tu primer disco autoeditado es Soon You Will See de 2012. ¿Qué diferencias hay entre este disco y el nuevo? ¿Ha cambiado mucho tu sonido?

Ha cambiado mucho porque también yo lo he hecho. Mi forma de ver las cosas hace seis años era bastante peculiar. Supongo que aún no me veía del todo como alguien ‘adulto’. Pensaba en mí misma como una persona que vivía en un mundo protegido con tintes idealizados, y aquello iba rompiéndose. Entraba lo bueno y lo malo al final. En Soon You Will See empezaba el viaje a Inglaterra. En Brave Journey ese viaje es un recuerdo. Desconozco de qué tratará el tercer viaje, a veces dudo un poco de qué tendré que contar. Las experiencias cuando descubres mundos nuevos dan pena dejarlas atrás. Como dice Dylan, cuando las cosas se vuelven demasiado familiares, hay que desorientarse un poco. Me gustaría sorprenderme de nuevo, de lo contrario la repetición sería un caos. Mi sonido es más mío ahora. He estado muy presente en encontrarlo por mí misma, he escuchado más de cerca durante los últimos años a toda clase de artistas, qué contaban, cómo lo hacían, que instrumentación era más válida según qué tipo de canción. Hay un estudio previo, y el sonido se ha agrandado y consigue tocar más orillas. Es más humano, así lo defino.

 

¿Cómo nace una canción de June’s Kaleidoscope? ¿Primero la letra o la música?

A veces una frase lo transforma todo. Algo que has oído, o leído, casi de forma despreocupada. A través de esa frase se hila una estrofa, y luego una intención general. O a veces solamente pones la grabadora y dejas la mente volar un rato, a ver cómo responde la voz a lo que suene al piano. Es una especie de prueba. A veces funciona. Incluso existen esas veces en las que te despiertas con una melodía que has soñado de noche. Es muy raro, pero juro que existe. En cualquier caso, lo mejor que te puede pasar es tener un día con las sensaciones a flor de piel. Ahí es cuando todo fluye como debe ser.

 

¿Cómo son tus directos? ¿Irás con banda o en solitario? ¿Y cómo está siendo la acogida de este disco?

La banda está cambiando, pero he estado mucho tiempo tocando con cuerdas. Existe una parte clásica siempre, también ligada al formato. Sacarle partido a estos instrumentos me parece muy bonito, y es algo más difícil de encontrar en un directo. Me gusta la opción de poder transformar el sonido en algo diferente y más cálido. En los grandes conciertos la parte rítmica es importante que esté. Vamos alternando, todo ha gustado hasta ahora.

La acogida del disco está yendo por un buen camino, con gente que me escribe o que me pregunta tras un directo, las historias les llegan. Eso es lo importante. Dentro de poco, el disco estará disponible digitalmente en muchas plataformas y será más fácil acceder a él.

 

¿Qué proyectos tienes en el futuro?

Quiero empezar a escribir el próximo videoclip, ya tengo algunas ideas. También, me gustaría hacer una colaboración pronto con otro artista, mezclar géneros y que algo explosione después. No lo he hecho nunca y tengo ganas de escribir con más gente.

También me ilusiona seguir de gira, más allá de España, y visitar todos los lugares que pueda.

You may also like