El visitante, cocinada a fuego lento
Hay series que te atrapan con su atmósfera y esta es una de ellas. El visitante empezó lenta, algunos incluso piensan que demasiado. Debo reconocer que me gustan las series que se cocinan a fuego lento y la historia me interesó lo suficiente como para seguir adelante. Así que os recomiendo que tengáis paciencia en su primera mitad, ya que merece la pena. Está construyendo personajes, creando tensiones, suspense. Y vaya si lo consigue. Si lográis pasar esa primera parte, luego todo va como la seda hacia un final espectacular.
El visitante tiene diez capítulos y está creada por Richard Price (The Wire, The Deuce, The Night Of, entre muchas otras). La serie se basa en la novela del genio del terror Stephen King del mismo nombre. Y como toda historia del maestro, tiene una buena dosis de suspense, horror y elementos sobrenaturales. Los protagonistas son el detective de la policía Ralph Anderson (Ben Mendelsohn) y una investigadora muy especial y poco ortodoxa, Holly Gibney (Cynthia Erivo). Ambos se unen para esclarecer el brutal asesinato de Frankie Peterson, un niño de 11 años. Todo esto pasa en un pacífico pueblo americano, de esos de postalita donde parece que nunca ha ocurrido nada atroz ni de semejante brutalidad. Algo que golpeará a esta pequeña comunidad donde todo el mundo se conoce y donde todos confían en sus vecinos. Al principio todo parece tener una explicación de lo más razonable, con un culpable claro, pero poco a poco se irá descubriendo que algo sobrenatural tiene mucho que ver en el crimen.
No cuento más para no destripar la historia de El visitante. Mejor que lo descubráis por vuestra cuenta. Pero lo que más me interesa de la historia son esos dos protagonistas, tan distintos y parecidos al mismo tiempo. Un policía racional, que se guía siempre por las evidencias pero al que un drama personal le ha puesto a prueba. Y una mujer fuera de lo común que se deja guiar por lo que no es tan obvio, por lo que se oculta detrás de lo que todos creemos ver. Ralph Anderson y Holly Gibney se han encontrado. El primero tendrá que abrir la mente y creer, la segunda tendrá que hacer que otros crean lo que ella sabe a ciencia cierta. Dos formas diferentes de investigar que al final son la misma, porque buscan un mismo objetivo, resolver un crimen brutal.
Ben Mendelsohn y Cynthia Eviro están espectaculares en sus respectivos papeles, aunque todo el casting es muy acertado. Mendelsohn borda al pausado e introspectivo Anderson, un policía efectivo que no ceja en su empeño de resolver el caso, a pesar de ver que le lleva por un camino que se niega a creer. Mientras Eviro interpreta a la perfección a una Gibney fuera de lo común, una outsider ella misma. La persona que entenderá qué es lo que está pasando y que hará que todos crean que algo inexplicable está pasando. La atmósfera que crea la historia pone los pelos de punta. Es casi asfixiante y va en aumento. Por momentos te ves retorciéndote las manos y pensado qué es lo que pasará seguidamente. Repito, se cocina a fuego lento pero creo que merece la pena verla. Así que si os animáis ahora que tenemos tiempo de sobras, aprovechad para verla.