AMERICANA FILM FEST 2024 (I)

Del 5 al 10 de marzo ha tenido lugar la undécima edición del Americana Film Fest, el Festival de cine norteamericano de Barcelona, con sesiones en los cines Girona, la Filmoteca de Catalunya, Espai Texas, Phenomena Experience y Cinema Zumzeig. Durante estos días se han proyectado más de medio centenar de películas –tanto largometrajes como cortometrajes– y se han realizado numerosas actividades, desde proyecciones para estudiantes pasando por un concierto inaugural o una sesión de stand up comedy, entre muchas otras cosas. Además, el festival ha tenido como invitado especial al director de fotografía Sean Price Williams (Good Time (2017), Her Smell (2018), One Man Dies a Million Times (2019)), que también ha presentado The Sweet East (2023), su opera prima como director.

Mediante su entrega de premios, celebrada el domingo 10 de marzo en la Sala 1 de los Cines Girona, el festival ha puesto en valor la –a menudo infravalorada– obra de la veterana cineasta Kelly Reichardt (Wendy and Lucy (2008), Certain Women (2016), First Cow (2019)) que, en su última película, Showing Up, narra con delicadeza y naturalidad el día a día de una joven artista a punto de inaugurar una exposición individual. El film ha obtenido el premio de la sección Tops. Otras películas galardonadas han sido Sometimes I Think About Dying (2023), cuarto largometraje de la directora Rachel Lambert y premio de la sección Next; Les Chambres Rouges (2023), el perturbador film de Pascal Plante que se ha alzado con el premio del público; el nuevo documental de Frederick Wiseman, Menus-Plaisirs – Les Troisgros (premio del público de la sección Dxcs!?) o Los rayos Gamma de Henry Bernadet (premio cineclubista). El festival además ha destacado con el premio a la mejor traducción a Olga Gómez Balduz por el subtitulado del documental King Coal, de Elaine McMillion Sheldon. Pero pasemos a hablar de algunas de las películas más destacadas que se han podido ver estos días en las distintas sedes del festival.

1. Retratos de adolescencia

Bruno, el protagonista de Todos los incendios, es adolescente. Adolescente e introvertido. Adolescente, introvertido y youtuber. Adolescente, introvertido, youtuber y también un poco pirómano. A menudo, enciende cerillas sin propósito alguno, observa cómo arden hasta que se consumen por completo. De vez en cuando, también quema otras cosas. Cosas más grandes y peligrosas que una simple cerilla. Lo graba con su cámara, lo cuelga en internet, comparte su obsesión con el resto del mundo. Observa las imágenes una y otra vez: las llamas, la destrucción, las cenizas resultantes. Bruno echa de menos a su padre muerto y se lleva regular con su madre que, tras la muerte de su marido, intenta empezar una nueva vida que su hijo no aprueba. Bruno, como tantos otros adolescentes, empieza una relación por internet con una chica a la que decide ir a conocer en persona. Bruno se encuentra algo confuso. Respecto a su vida, respecto a sus opciones, respecto a su sexualidad. Tal vez, confrontar la muerte de su padre sea el primer paso para aceptarse a sí mismo y a los que le rodean. La ópera prima de Mauricio Calderón Rico es un film coming of age que huye de los sentimentalismos y los clichés LGTBIQ y que tiene como protagonista a un personaje ambiguo, hosco y algo incómodo. Un personaje que se recubre con aparente indiferencia y hostilidad para así no tener que mostrar su dolor y su inseguridad. Al menos, hasta que una serie de hechos determinantes se desencadenen permitiéndole ver las cosas de otro modo.

Para aquellos que ya disfrutaron en la edición de 2021 con la proyección del documental Bloody Nose, Empty Pockets (2020), los directores –y hermanos– Bill Ross IV y Turner Ross nos han traído su nuevo film, Gasoline Rainbow. Particular road movie que narra la deriva situacionista (y por qué no decirlo, un tanto festiva) de un grupo de adolescentes de un pequeño pueblo de Oregón que deciden llegar en una furgoneta hasta la costa del Pacífico, a 500 millas de distancia. Por el camino conoceremos sus deseos, sus dudas, sus esperanzas e inseguridades. Su sensación de no acabar de encajar en el mundo más que como outsiders y su necesidad de cuestionar el sistema de… ¿valores? que la sociedad les ha inoculado. Los hermanos Ross se mueven como peces en el agua en ese género híbrido, parte documental, parte ficción, que ya pusieron en práctica en su film anterior. ¿Qué parte de Gasoline Rainbow es real y qué parte está guionizada? ¿Son los cinco adolescentes que vemos en pantalla como en la vida real? ¿Importa eso acaso? ¿No es mejor dejarse llevar por una cautivadora historia incluso sin conocer el proceso de realización del film?

Otra de las películas que propone un retrato colectivo de adolescentes –en este caso, adolescentes inmigrantes que viven en Montreal– es Los rayos gamma, primer largometraje en solitario del director canadiense Henry Bernadet. Mediante una serie de historias que se relacionan sin llegar apenas a entrecruzarse de modo directo, Bernadet mezcla el drama con la comedia, el documental con la ficción, y las partes guionizadas con la improvisación actoral. En Los rayos Gamma conoceremos las historias de Abdel, Fátima y Toussaint, papeles interpretados por actores no profesionales de comunidades inmigrantes. Un emotivo filme que aborda con franqueza pero sin tremendismos temas como el racismo, las drogas, la soledad, las diferencias sociales o las (pocas) posibilidades que tienen los adolescentes de encontrar su lugar en un contexto definitivamente hostil con los más desfavorecidos.

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